Formada en el mundo tecnológico y dueña de Storq, una fantástica marca online de ropa para embarazadas, Courtney Kline se mudó a SF desde NY –aunque le costó– porque cree que es una experiencia que un emprendedor techie no debería dejar de tener
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Enviadas especiales: Mariana Kratochwil e Inés Marini.
Está a caballo entre ser una local y una recién venida. Dos años son lo suficiente para andar sin mapa por la ciudad, pero también para seguir ajustándose y sorprendiéndose con las novedades, con las diferencias. Algo que ancla a Courtney Kline en su ciudad adoptiva y en el barrio que eligió para instalarse, The Mission, es el hecho de que aquí nació su hija, con toda la recorrida fuera de la ruta profesional que eso implica.
Bien temprano
"Con Zack [Klein, cofundador de Vimeo, entre tantas cosas] nos casamos jóvenes, o relativamente, a los 29. La gente nos preguntaba: ¿por quéeee? Cuando después de haber trabajado años en una agencia de productos digitales lancé Storq, una línea de básicos para embarazadas que trabajan, o que simplemente tienen ganas de verse bien, entendían menos todavía. ¡Si ni tenía chicos! Cuando finalmente tuvimos a nuestra hija, hace un año, pensaron que no era buscado…".
Courtney y Zack son parte de una generación (el que quiere, llámela millennial) que llegó adonde quiere con el bonus track de la juventud. Tienen logros importantes, libertad para abandonarlos y experimentar algo nuevo, y la energía para disfrutar de todo eso.
Verde y teclado
Una visita virtual a beaverbrook.com, deja sin aliento. Allí se puede espiar un poco la vida de una "comunidad del bosque" al norte del estado de Nueva York. Esa comunidad está formada por Zack, Courtney y amigos, que tienen allí varias hectáreas. No son turistas ocasionales ni de hotel. Juntos levantaron sus cabañas con sus propias manos, y hasta formaron una escuela de carpintería y construcción (cupos limitados, imprescindible anotarse con tiempo). Parece una nueva utopía. Un escape sencillo que no deja de lado su formación ni su estilo.
Hacía menos de un mes habían estado en Beaver Brook. Allí se casaron, semanas antes de venirse. Idílico como parece todo, la negociación para llegar a SF no fue fácil.
¿Te costó mudarte?
Muchísimo. Tenía una cantidad enorme de prejuicios: que acá eran todos hippies, que la última mesa en los restaurantes se reservaba a las 8 p.m, que no había tanta vida cultural, que iba a necesitar un auto sí o sí. ¡Hasta protestaba porque no iba a tener un lindo invierno con nieve!
¿Cómo lo resolviste?
Entendí que es una buena experiencia para tener si trabajás en tecnología o internet. Pero nos dedicamos a buscar un barrio donde no sintiera tanto el tirón. En The Mission hay una gran diversidad, y es un barrio atípicamente soleado dentro de la ciudad. Me encanta mirar los patios vecinos con sus árboles añosos: no es algo común en NY. Por primera vez, tenemos un patio propio, con huerta y todo. Además, tengo que admitir que SF es relajado de una manera súper positiva: no me calzo los tacos hace años.
Esperando a la cigüeña
La bajada de Storq es clara y sencilla: "Nuevo cuerpo, nuevas reglas. No necesitás un guardarropas nuevo: sólo los básicos". Si los básicos tienen un corte genial, buenas telas, te hacen sentir linda con una panza de nueve meses y te llegan a casa por correo… qué más se puede pedir. "Hoy la mayoría de las mujeres tienen hijos cuando son más grandes. Ya están insertas en el mundo laboral, son independientes, saben lo que quieren. Planear el mensaje de la marca fue fácil: lo difícil fue meternos en la fabricación", dice Courtney que, a pesar de su experiencia en plataformas digitales, recién hace poco incluyó Instagram en su estrategia de comunicación.
¿Por qué la resistencia?
Porque yo insistía en mantener mi clásico bajo perfil, en que se trata de la marca, y no de mí. Pero contratamos una consultora de marketing que fue implacable: "Stroq es una marca de maternidad: la gente quiere saber quién sos, qué hacés, cómo equilibrás el trabajo y tu vida familiar. Las mujeres en ese estado se vinculan con lo afectivo". Y bueno. Bastó rendirse ante la evidencia del poder que tienen los "mami blogs. Y nos lanzamos.
Evidentemente, la movida rindió sus frutos. Si el sitio nos captura con su elegancia, el Instagram le da lugar a una comunidad de mujeres que comparte sus vivencias. Y cuál no sería nuestra sorpresa al ver un posteo reciente: Mark Zuckerberg y su mujer, Priscilla Chan, embarazadísimos frente a la cámara de Annie Leibovitz, los dos con su tradicional estilo informal. Ella, by Storq.
La seducción de la vida retirada
Por Zack Klein
¿Cómo llegaste de elegir fotos motivadoras a lanzar tu libro hace un mes?
Empezamos el blog Cabin Porn para poner fotos de inspiración de cabañas que construiríamos en un terreno que tenemos entre varios amigos. Lo compartí y rápidamente se viralizó. El blog es muy simple: cada entrada es una foto con una breve descripción de la ubicación de la cabaña. Por años quisimos hacer este libro para contar las historias geniales detrás de cada una, para compensar todo lo que no habíamos posteado. Tardamos un poco más de lo planeado porque varias editoriales se negaban a publicarlo con su nombre original, que empezó como un chiste interno pero no pensábamos cambiar.
¿Por qué pensás que el blog se convirtió en un hit tan grande?
Cabin Porn nos recuerda lo maravilloso que es estar al aire libre. Y también que la felicidad puede ser simple, en franco contraste con los ideales de riqueza y éxito que muestran los medios masivos.
¿Qué características de la "casa pequeña" benefician a todos?
Las casas pequeñas [hay todo un movimiento: pongan tiny homes en Google y salen 80 millones de sitios relacionados. Ochenta] típicamente son económicas, usan materiales renovables y son fáciles de reformar y mantener. Creo que son cualidades admirables para donde sea que elijamos vivir.