¿Tengo 53? Me suena raro, son muchos", dice a pura carcajada Iliana Calabró. Divertida, espontánea, de charla sincera, simple y relajada. Desde la casa ubicada en lo alto de las sierras que alquiló en Carlos Paz –donde está haciendo la obra Perfectos Desconocidos
en el teatro Melos–, la actriz e hija del gran Juan Carlos Calabró se sienta (aunque admite que no puede estar quieta más de 10 minutos) al teléfono para hablar con ¡HOLA! Argentina.
–¿Te molesta que te pregunten la edad?
–¡Para nada! Para mí es sólo un número, no cómo yo me siento. Creo que tiene que ver con llevar una vida muy disciplinada, organizada, metódica, una rutina sana… Todo eso me ayuda a no sentir la edad. Siempre fui una mujer muy vital y energética. Hay que ser organizada hasta para el descontrol. [Se ríe]
–¿Qué sería un descontrol?
–El lunes pasado, por ejemplo, que es nuestro día libre, nos juntamos con amigos a comer pizzas hechas al horno de barro. ¡Un manjar! Y yo comí hasta que no pude más. Eso sí, al otro día, enseguida vuelvo a mi comidita sana y mis porciones.
–¿Estás entrenando?
–Acá, en Carlos Paz, se me complica más. Yo soy activa por naturaleza, nunca me vas a ver sentada durante el día más de 10 minutos. ¡No puedo! Me traje las pesas de Buenos Aires y mientras tomo sol, hago un poco de brazos. Abdominales no hice desde que llegué. Pero hice tantos en mi vida que el cuerpo tiene memoria.
–¿Hacés yoga, meditás?
–Medito todos los días. Me ayuda a relajar y recargar las pilas.
–Es la primera vez que estás sola durante la temporada, ¿no?
–Sola, sola, en todos los sentidos: sin pareja, sin hijos, sin familia. La verdad es que me siento muy bien con la soledad. El año pasado estaba Antonello (Gandolfo, su ex) con su familia, mi mamá –que también es imparable–. Por suerte, tengo de vecino a Ale Müller –compañero de elenco– con quien compartimos el parque y la pileta.
–¿Tus hijos dónde están?
–Nicolás (26), que es licenciado en Turismo y Hotelería, vive en Trancoso [Brasil] con su mujer, y Stefano (21), que es instructor de esquí, se fue unos meses a Vermont, en Estados Unidos, a dar clases. Pero él vive en Buenos Aires y viene seguido a casa. Su cuarto está intacto. También se queda en la casa del padre durante la semana cuando cursa, está terminando Arquitectura.
–¿Te gustaría ser abuela?
–Me encantaría, pero a estos dos no los veo con muchas ganas de ser padres todavía. Pero a mí me gustaría tener alguien a quien malcriar. Soy muy maternal y mimar al otro me hace bien a mí. Tiempos de soledad
–¿Cuánto hace que estás separada de Antonello?
–Físicamente desde que volví de Italia en agosto, pero después pasaron unos días hasta que tomamos la decisión definitiva. Fue por teléfono. Era una cosa que no iba y yo no concibo una pareja a la distancia. [N. de la R: tras quince años viviendo en Argentina, Antonello decidió regresar e instalarse nuevamente en Italia en junio de 2019]. No teníamos un proyecto en común. Sinceramente, a esta altura de la vida quiero un compañero, más allá de tener buena química, que sea alegre. Necesito cotidianeidad y compartir el día a día.
–¿Qué balance hacés de los cuatro años de amor con él?
–Excelente. De hecho, hasta el día de hoy hablamos de vez en cuando, nos seguimos en las redes. No tuvimos una pelea y lo mejor que pudimos hacer fue terminar a tiempo. Empiezan a decir cosas, tiran rumores de romances y la distancia no ayuda…
–¿Se dijo que estabas con Alejandro Müller?
–¡Nada que ver! Somos buenos amigos y esta es la tercera temporada que hacemos. Además, somos vecinos acá, vamos y venimos juntos al teatro. Los dos estamos solos y que digan que estamos saliendo nos ahuyenta la posibilidad de conocer a alguien. La puerta hay que dejarla abierta para que llegue un amor.
–¿Te gustaría volver a enamorarte?
–Yo no soy enamoradiza, pero me gusta la vida de a dos. Disfruté mucho las dos parejas que tuve en mi vida. El amor es algo que pasa a pesar de uno, aunque hay que estar permeable. Yo siempre estoy abierta al amor, a pesar de que en la vida me tocó atravesar momentos feos, duros de sobrellevar.
–¿Te costó volver a confiar en un hombre después de lo que te pasó con Fabián Rossi? [N. de la R. Además de estar procesado en la Ruta del dinero K, la causa de lavado de dinero más grande de la historia argentina, él reconoció que en Panamá llevaba una "doble vida"].
–Esas cosas te van endureciendo un poco el corazón, pero también te dan herramientas. Los momentos difíciles son de un gran aprendizaje. A mí me sirvió para estar más atenta, no caer en los mismos errores. Fui demasiado confiada, estaba muy enfrascada en mi carrera, en mis hijos, en mis ganas de alimentar mi ego.
–¿Tenés contacto con tu exmarido?
–No, no, no. Pero no tendría problemas, porque para mí es una etapa superada. Y creo que estoy donde estoy porque tengo un montón de cosas resueltas. Si yo no me hubiera sacado esa pesada mochila, me habría sido imposible armar otra pareja.
Físicamente estoy separada desde que volví de Italia en agosto, pero después pasaron unos días hasta que tomamos la decisión definitiva. Fue por teléfono
CANDIDATOS A LA VISTA
–¿Te invitan a salir?
–Recibo un montón de invitaciones, me llaman por teléfono. Algunos empiezan mal, porque ni siquiera quieren decirme de dónde sacaron mi número. [Se ríe] La verdad es que me siento tan bien sola y en armonía que me da miedo que llegue alguien en este momento.
–¿Saldrías con un hombre más joven?
–El tano era más chico que yo, pero con alguien mucho más joven que yo, no. Necesito alguien que tenga experiencia y un mundo en común. Un par.
–Cathy Fulop contó que se colocó un chip sexual…
–¡Yo no lo necesito! Mi ginecólogo me sugirió algo parecido y le dije: "No, no, no, yo estoy bárbara así". ¡Hormonas me sobran!
Mi ex marido (Fabián Rossi) es una etapa superada. Estoy donde estoy porque tengo un montón de cosas resueltas. Si no me hubiera sacado esa pesada mochila, me habría sido imposible armar otra pareja
EL GRAN CALABRÓ, SIEMPRE PRESENTE
"El 3 celebramos el cumple de ‘El Cala’ justo con la entrega de los premios Carlos, en los que estoy nominada como Mejor Actriz. Nada es casual, son señales. Aquel que se encargó de darte un buen consejo y marcarte a fuego con su forma de ser es lógico que aparezca naturalmente a pesar de su muerte. Claramente cuando tengo que tomar una decisión, aparece la consulta y de alguna manera, me llega su respuesta. La fortaleza de mi madre, por ejemplo, no es natural, es algo que viene del más allá. Es él el que la está apuntalando. Más allá de su partida física, mi viejo está y nosotras tres –mi mamá, mi hermana Marina y yo– estamos como estamos porque él nos está acompañando".
Agradecimientos: Andrea Pellegrino (maquillaje), Ema Tapia (peinado), Andresa, Condesas Deco y Agencia AB
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