Humberto Canale: viñedos viejos para los mejores vinos patagónicos
Humberto Canale es sinónimo de la vitivinicultura en la Patagonia. Esta bodega recorre la historia del Alto Valle del Río Negro, desde la llegada del ferrocarril a finales del siglo XVIII hasta el día de hoy, presentando vinos que compiten entre los mejores del mundo. Allí, en medio de un oasis verde irrigado por las aguas del Río Negro, la Patagonia se muestra como lugar único, con cielos amplios y vientos poderosos.
"La bodega nació en 1909, poco después de que el Ingeniero Humberto Canale recorriera esta zona para implementar los sistemas de irrigación de la región junto con otros directivos de Obras Públicas del gobierno del General Roca", explican desde esta casa. Esa historia familiar es la que le permitió a Humberto Canale lanzar su premiada línea Old Vineyards, vinos de viñedos viejos que ya son parte del patrimonio nacional. "Los Old Vineyard provienen de nuestros viñedos ma´s antiguos; representan nuestra historia y también nuestro presente. Y elegimos algunas de las variedades que creemos que mejor se dan en la zona, que expresan el terruño de donde provienen. Tenemos un Pinot Noir y un Pinot Noir Rosé, un Malbec, un Riesling, un Semillón y dos cortes", explica Guillo Barzi, a cargo del área comercial y parte de la quinta generación familiar de la bodega . "Son vinos muy emotivos para todos nosotros; para cada variedad, nuestro padre tomó como inspiración las distintas personalidades de los nietos de la familia. El Riesling, por ejemplo, se llama La Morita, en honor a mi hija", continúa su hermana Lucrecia Barzi.
En la viticultura, los viñedos viejos son muy buscados, ya que aseguran el equilibrio natural de la planta, logrando bajos rendimientos de uvas de gran concentración y profundidad aromática. "Los viñedos del Riesling son parrales del año 1937, que seguramente están entre los más antiguos parrales de esta variedad de todo el país. El Semillón surge de viñas plantadas en 1942, y tenemos paños puros de Pinot Noir del año 1969", dice Lucrecia.
A 39.2 grados de latitud sur, en la Patagonia Argentina, la región cuenta con un clima desértico y templado, de noches muy frías que se alternan con días de sol intenso. Esa amplitud térmica (que en los días previos a la cosecha llega a alcanzar los 18ºC de diferencia) aseguran una maduración lenta y cuidada de las uvas. Por su lado, los vientos que bajan por los Andes, secos, constantes y frescos, colaboran en la sanidad del racimo, mientras que las pieles de las uvas se engrosan a modo de defensa. Todo esto logra concentración de sabores y aromas, colores intensos y una gran frescura en los vinos.
"Nuestra historia con la tierra también es un compromiso a futuro, trabajando bajo premisas de sustentabilidad, referidas a los suelos y también a la comunidad. Miramos hacia adelante proponiéndonos crecer. La zona nos ofrece el agua y los recursos naturales mas puros del planeta y cada paso que damos lo hacemos mejorando el cultivo y el medio ambiente", agrega Guillo.
Entre las últimas novedades, la bodega acaba de presentar la segunda añada de su vino ícono, Barzi Canale, el mayor exponente de la casa. Un vino elaborado bajo una mirada moderna, aportada por las nuevas generaciones de la familia. Es un corte de Malbec, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot de gran complejidad, textura delicada y aromas profundos, que perdura por largo tiempo en la boca.
"Barzi Canale sintetiza 110 años de viticultura patagónica. Es nuestra historia y nuestro presente. Y es también nuestro lugar en el mundo".
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