Hugh Laurie, el hombre que ríe... a veces
Famoso por sus fobias e ironías, el actor que lleva siete años de éxito como Dr. House jura que tiene tantas razones para ser feliz que podría pasarse la noche sonriendo. Igualmente, se atrinchera en su casa de Los Angeles a resguardo de sus admiradores y refunfuña sobre las cosas del mundo de hoy. En esta entrevista habla de todas sus obsesiones y del disco de blues que se animó a grabar
Hace siete años, cuando recién empezaba a representar el brillante pero fallido personaje de House, Hugh Laurie fue presentado a alguien que entendía exactamente por qué podía tener sentimientos ambivalentes respecto de su status dramáticamente elevado en la industria; alguien que también sabía de las presiones que genera el éxito desmedido.
"Mejor no doy su nombre, pero es una actriz que fue la principal estrella de un programa de TV de una hora muy exitoso -dice Laurie-. Estaba viviendo en algún lugar de la costa al Norte y me contó que volvía a su casa de noche a 160 km/h pensando: Voy a llegar muy temprano o me voy a estrellar y ninguna de las dos cosas es mala. Ese es el estado de ánimo que uno tiene."
Eso no es bueno para un actor extranjero cuya esposa y tres hijos mayores están en la casa familiar en Londres y que tiene antecedentes depresivos. Pero la terapia (se conoce de memoria el chiste respecto de que es obligatoria para gente recién llegada de afuera a Los Angeles con altos ingresos) lo ayudó y lo sigue haciendo.
"La pasé muy mal cuando llegué aquí. Estaba haciéndome cargo de esta cosa bastante abrumadora y por momentos resultaba demasiado. Sentía la tensión. Por lo que era bueno pasar un tiempo con alguien que no iba a difundir por Twitter lo que yo dijera. Sigue siendo bueno. Y es bueno que esa persona no sea un amigo, por lo que no tengo que sentirme culpable por aburrirlo. A un achicacabezas no hay que entretenerlo. Uno paga por la responsabilidad de ayudar, eso es un gran alivio para mí."
Nos encontramos en el Château Marmont, en Sunset Boulevard, habiendo acordado Laurie, siempre muy preocupado por la privacidad, hacer una entrevista, cosa rara, en este caso para promover lo que es una inesperada y tardía incursión en la música con su disco debut, Let Them Talk (estará a partir de mañana en las disquerías argentinas). Lo tonto es que debido a la incertidumbre respecto del número de cuarto, Laurie había dejado un mensaje de voz en mi hotel el día anterior, en el que dio su nombre y el número de su celular. "Este, no sé si esto es muy inteligente de mi parte, pero la gente por lo general es amable, ¿verdad?", terminaba.
Por suerte llegó al cuarto indicado. "De todos modos no fue muy inteligente, ¿verdad?", se preocupa, encendiendo el primero de varios cigarrillos. "Normalmente estoy mucho más en guardia, incluso paranoico. Patético en realidad, pero yo opero en este mundo horrible de nombres falsos, anteojos oscuros y sombreros de ala ancha. Creo que se lo llama el mundo moderno. Incluso hice oscurecer las ventanillas de mi auto, porque se ha vuelto tan aburrido tratar de no quedar al frente de la fila cuando el semáforo se pone rojo. Todos tienen cámaras digitales, y antes de saber qué pasa uno está trabando el tráfico. Peatones que cruzan pueden llegar a verte y quedarse mironeando. Uno tampoco se atreve a mirar a izquierda o derecha, para no mirar a otro conductor a los ojos. Yo sólo miraba para adelante antes de oscurecer los vidrios, lo que hacía muy complicado planificar una ruta."
Dice que a menos que se vea obligado a hacerlo, no sale en Los Angeles para nada que no sea a trabajar. "Usted es sólo la onceava persona que conocí desde que llegué... Pero honestamente no salgo. Cosa horrible, lo sé. Usted debiera sufrir por mí", dice. Entonces, ¿cómo hace para...? "¿... buscar alimentos o la ropa de la lavandería? Hace años que no hago eso. Terrible. Pero la última vez que traté de ir al supermercado me sacaron una foto y lo odio. Odio que la gente mire qué compré, que tomen fotos de lo que hay en mi changuito. Lo odio."
Como en una jaula dorada
¿Por lo que la fama a esta escala lo ha hecho infeliz? Laurie suelta una risita aguda. "No, ya era así." Toma su café. "Por supuesto que estoy muy agradecido por todo lo que tengo. Es muy satisfactorio ser parte de algo que uno cree que es bueno y que la gente valora. Me siento increíblemente afortunado de vivirlo. Uno no puede hacer un viaje de estos y quejarse de los baches en el camino. Sé que estoy bendecido, especialmente cuando tanta gente se enfrenta a todo tipo de adversidades en la vida. Sólo que uno no puede ser uno mismo. Sé que ésa es una forma de adversidad mucho menor comparado con estar preso y ser torturado por la policía secreta iraquí, ¿verdad?" ¿Es justo decir, entonces, que se siente encerrado en una jaula dorada, prisionero de su propio éxito? "Sí, nunca creí que eso me sucedería y es... Bueno, es interesante."
Laurie, que tiene 51 años, es el más joven de cuatro hijos de un hombre que es médico en la vida real y ganador de una medalla dorada olímpica en remo en 1948 -más tarde me dirá: "Sea lo que sea que heredé de él, no fue suficiente. Fallo en tantos sentidos"-. Pese a lo que describió como una vida familiar relativamente modesta, disfrutó de una educación de privilegio: Eton, luego Cambridge, tiempo en el cual fue presidente del Footlights Club, y por un tiempo salió con Emma Thompson, que también era miembro.
Fue ella quien le presentó a Stephen Fry, que se convertiría no sólo en su amigo de toda la vida, sino también en su socio en Blackadder, A Bit of Fry and Laurie y, más tarde, la serie de adaptaciones de P.G. Wodehouse, Jeeves and Wooster. En cada una de ellas hizo de una especie de loco y parecía asegurado un cierto nivel de fama ligada al personaje. Pero entonces, de alguna manera, puso esas expectativas patas arriba y se ganó el papel como el antihéroe estadounidense sexy, en lo que se convirtió rápidamente en un programa exitoso. No puedo menos que preguntarme cómo han reaccionado sus pares y sus viejos amigotes de Cambridge frente al hecho de que logró semejante popularidad abrumadora en todo el mundo. ¿Conocerá aquella vieja canción de Morrissey: We Hate It When Our Friends Become Successful (Nos da bronca cuando nuestros viejos amigos tienen éxito)?
"No tengo amigos", responde instantáneamente como era de esperarse, siendo la ironía su modo habitual. Le recuerdo que ha usado esa frase antes. "Tiene razón. Y en realidad es descortés hacia los amigos que sí tengo, ¿verdad? Muy descortés. Y no es cierto. ¿Entonces, por qué lo digo? Me desdigo. Supongo que es posible que haya gente que se sienta resentida a algún nivel, pero entonces probablemente no hayan sido muy buenos amigos. Y no recuerdo esa canción de Morrisey, pero recuerdo que Gore Vidal dijo: No basta con tener éxito. Los amigos tienen que fracasar".
Si House fuera discontinuada y si no fuera a involucrarse entonces con otra serie exitosa, es posible que la puerta de su jaula dorada comenzara lentamente a abrirse. ¿Cuánto durará la serie? "Estamos llegando al final de la séptima temporada y he firmado contrato por otra más. Es mucho tiempo. Un tiempo estúpidamente largo."
¿Desearía continuar con el rol más allá de eso? "Eh..., aquí es donde tengo que ser enigmático. Es una posibilidad. Más allá de eso, lo que diga me va a meter en problemas con una u otra persona. Sin duda pienso que podríamos seguir, pero llega un momento en que el público pasa a otra cosa."
Laurie no se hace ilusiones de Los Angeles como centro laboral. "Es un buen lugar donde vivir si las cosas van bien, por lo que la mía ha sido una experiencia inusual. Por lo que sé, no es un buen lugar cuando a uno no le va bien. No hay comunidad. Uno no se encuentra con gente por casualidad. Este [señala el patio del Château] es uno de los pocos lugares donde podría suceder. Todo está planificado por anticipado, todo estratégico, con la gente pensando antes de arreglar una cita: ¿Qué voy a conseguir con esto? Es una ciudad más bien solitaria. Uno podría volverse loco y terminar todo el día en pijama, sin bañarse y dejando crecer mucho las uñas. No hay una relación normal. Nadie que diga: ¿Qué estás haciendo? Tenés que ordenar tu vida. Sólo muchas vidas aisladas, un poco de desesperación callada. Así me lo imagino."
Estamos en una ciudad que, más que ninguna otra, gira en torno de, e incluso idolatra, el éxito conspicuo. Y aquí está él, en la cima de la montaña. Laurie sacude la cabeza, como para decir que no entiende una verdad elemental. "Si hacemos un programa malo la semana que viene el barco no seguirá navegando suavemente hasta quedarse sin energía. Inmediatamente dirán: Ya está. Se acabó. Caerá muerto. Por supuesto que soy alguien que está esperando constantemente que se le caiga un avión en la cabeza; si hoy no, entonces mañana. Pero así sería, se lo prometo."
Cosa extraña, tengo la sensación de que está disfrutando la oportunidad de hablar sin trabas. Me ha enviado dos mensajes de texto en las últimas 24 horas. El primer mensaje terminaba: "Con gusto me preparo a batallar con usted." El segundo concluía: "Dicho sea de paso, ¿pistolas o sables?" Dejando de lado las imágenes (¿el orgullo de un artífice de frases, o cree realmente que las entrevistas son un deporte sanguinario?), ¿no hay nadie con quien pueda relajarse cuando su esposa, Jo, está en Inglaterra?
"En la era de Facebook, Twitter y todo el resto, es difícil confiar en alguien. Hay un malévolo disfrute de hacer correr chismes. Puedo decir algo en la filmación y dos horas más tarde leo un comentario al respecto en la Red. Me ha sucedido. El resultado es que no puedo ser completamente honesto en cualquier situación. Siempre tengo que pensar un modo político o diplomático de decir las cosas. Todos pueden ir corriendo a sus computadoras ahora y sentirse importantes. Tener un secreto es tener poder, por poco que dure: Yo estuve allí. Yo lo vi. Yo lo escuché todo."
Lo que es otro buen motivo, entonces, para recurrir a la psicoterapia. "A usted no le hace falta alguien que está obligado profesionalmente, si es que por ningún otro motivo, a tratarla con cortesía y mantener las cosas en confianza. La noción de privacidad... dentro de 20 años, no estoy seguro que para entonces la gente vaya a saber lo que significa esa palabra. En los hechos está muriendo el concepto de privacidad ante nuestros ojos."
¿Considera que debe estar en guardia constantemente cuando no está solo? "Gran parte del tiempo." Lo que significa que a menudo debe contener su... "¿Ira?", aporta Laurie antes de que pueda terminar de decir lo que pensaba: sus verdaderos sentimientos.
"Todos tenemos que medir como actuamos, ¿no es cierto? Alguna gente sostiene que es el hecho de que pueda divulgarse nuestra conducta lo que nos hace controlarla. ¿Acaso no es el argumento de Assange, que la difusión de secretos es lo que hace que el gobierno tenga que ser honesto? No estoy seguro que sea así. Los funcionarios oficiales tampoco tienen derecho a la privacidad y la confidencialidad, el derecho a intercambios que no estén abiertos a todos. Si no protegemos ese derecho, el resultado final será que no habrá comunicación significativa en absoluto. Nadie sentirá que puede decirle algo a alguien, porque si lo hace se conocerá en todo el mundo."
Actor que escribe y canta
Todo empieza a sonar como un pacto con el diablo, le digo. "Bueno, yo estoy hecho de dura materia presbiteriana escocesa. Me gusta un poco de autocontención. Me gusta que haya cosas que decidan por mí. Que otra persona me despierte a las 8 de la mañana y diga: Esto es lo que tenemos que hacer. Ni siquiera me gustan los menús, porque obligan a elegir. Simplemente quiero comida y bebida."
Por desgracia, cuando más éxito se tiene, más cosas hay que decidir. Su actual status significa que se acumulan las decisiones. En cualquier momento que no esté filmando House podría hacer una película, escribir un libro, grabar un disco, o lo que sea. En realidad ya ha hecho todo eso, pero considera que debe contenerse. "Hay mucho de todo. Hay muchas canciones. Hay muchos libros en proceso de escribirse. Probablemente haya suficientes películas de Woody Allen. Hay un gran barullo de expresión, considerando la cantidad de diarios, blogs, la enormidad del discurso público. Es un mundo clamoroso." ¿Qué significa cada cosa? "Hay que preguntarse por qué querría uno aumentar el barullo."
Y sin embargo lo ha hecho. La novela, de espías, El vendedor de armas, apareció en 1996 y tuvo buenas críticas, y ahora ha sido publicada en 30 idiomas, "incluyendo algunos de los que nunca oí hablar". Laurie la presentó bajo un seudónimo y recién reveló su identidad cuando el manuscrito fue aceptado.
Lo mismo vale para otros medios. El primer disco de este fanático de la música desde hace mucho y buen pianista se difundirá con su propio nombre y no un seudónimo como Blind Dr. Hughie o lo que sea. Porque Laurie es un apasionado de los blues. Incluso fue a Nueva Orleáns a grabar un disco en el que interpreta 15 de sus canciones más gloriosas, que son al mismo tiempo algunas de sus favoritas, en compañía de una banda estelar de músicos y con apariciones de Dr. John, la veterana diva Irma Thomas y Tom Jones.
Dice de Let Them Talk: "Mi esposa insiste en que no debo ofrecer esto al mundo con tono de disculpas, porque las disculpas cansan. A todos. Pero por supuesto, cosa típica, se disculpa. "Mucha gente ha muerto en el intento, así que estoy muy consciente de que es como una escena de Indiana Jones, donde uno se mete en la selva y a cada lado hay calaveras montadas en palos, que son recordatorios de todos los que trataron de ir de la actuación a la música antes que uno".
Siendo Laurie, lo que prevé son críticas ("Sé que me van a dar una pateadura") y busca desviarlas por anticipado. En una nota dirigida a periodistas escribió: "No nací en Alabama en la década de 1890. Nunca comí bichos, cosechado algodón ni viajado en carricoche. Ninguna gitana le dijo nada a mi madre cuando nací y no creo estar condenado al infierno hasta donde puedo juzgar. Espero que el disco muestre que soy un inglés de clase media, que me entrometo abiertamente en la música y el mito del sur de Estados Unidos."
La paradoja evidente es que los blues son la música de las penurias. Uno no puede menos que preguntarse qué composición original podría contribuir Laurie. ¿Me desperté esta mañana... y me encontré que soy el actor mejor pago de la televisión estadounidense? El lo sabe muy bien. "Soy un chico de vida acomodada que creció hasta convertirse en un hombre de vida acomodada. ¿Qué he sufrido?"
Lo que espera transmitir es que su amor por esa música es sincero. También desea disipar la idea de que se siente permanentemente infeliz en lo que popularmente se considera el paraíso. "Deliro de felicidad. Me río de la mañana a la noche y a veces después también. Puedo llegar a quedarme levantado hasta tarde porque me queda mucho por reír. O despertarme en medio de la noche para seguir riendo." Por lo menos puedo asegurar que cuando se levanta para irse está sonriendo.
Traducción: Gabriel Zadunaisky
SE DICE DE EL...
- Hugh Laurie nació en Oxford, Inglaterra, el 11 de junio de 1959.
- Desde 1989 está casado con Joanne Green, con quien tiene 3 hijos. El vive en Los Angeles; su familia, en Londres.
- En 2004 arrancó con su protagónico en House, la serie de TV que va por su séptima temporada por Universal Channel.
- Escribió dos libros, El vendedor de armas (1996) y The Paper Soldier, todavía inédito; y grabó un disco de blues, Let Them Talk, que esta semana se edita en nuestro país.
- Además, acaba de publicarse la Guía no oficial de House, con reseñas de episodio y entrevistas.