Hormonas y neurotransmisores: ¿Cómo se relacionan con nuestro bienestar físico y emocional?
Nuestra calidad de vida depende de un sinfín de factores, entre ellos, la salud tanto física como emocional. Las hormonas juegan un papel fundamental en este sentido, según nos lo cuenta Rosana Gogorza, médica neuróloga convocada por OSDE
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Las hormonas y los neurotransmisores influyen en la función de otras células. Básicamente, son mensajeros indispensables para que el organismo lleve adelante sus funciones de manera correcta. El bienestar físico no es su única meta, ya que las emociones y sensaciones positivas también son fundamentales para mantener una buena calidad de vida. El cerebro humano tiene la capacidad de producir diferentes hormonas que se relacionan directamente con nuestra salud y así nos lo detalla Rosana Gogorza, médica neuróloga convocada por OSDE.
ENDORFINAS: el estimulante natural
Las endorfinas se originan principalmente en el hipotálamo y la glándula pituitaria. Son un potente estimulante natural que afecta nuestro estado de ánimo, sin provocar efectos adversos. “Estos químicos naturales actúan como analgésicos y estimulan los centros de placer, creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar”, comenta Gogorza y nos propone realizar todo tipo de actividades que nos resulten reconfortantes, para incitar su producción y consecuentes resultados positivos.
Para estimular la elaboración de endorfinas se recomienda reír, realizar ejercicio, relajarse, escuchar música, leer, meditar, cumplir objetivos, acariciar, besar y abrazar porque todas las muestras de afecto generan placer. Estas actividades facilitan la memoria y la atención, así como la sensación de bienestar y felicidad. No es un mito que “la risa es el mejor remedio”, ya que está demostrado que fortalece el sistema inmunitario y disminuye el dolor físico.
SEROTONINA: indispensable para el bienestar
La serotonina es un neurotransmisor cerebral encargado de regular la función gastrointestinal. Se produce mayoritariamente en el intestino e influye sobre el control del movimiento, las emociones y las funciones cognitivas. “La serotonina genera sensaciones de relajación, satisfacción, aumenta la concentración y la autoestima”. Depende directamente del triptófano, un aminoácido fundamental que podemos encontrar en alimentos como huevos, pastas, arroz, lácteos, cereales, pollo y leguminosas.
Este neurotransmisor también nos ayuda a disfrutar de un sueño reparador y pone en marcha el reloj interno del cuerpo. El exceso de la misma puede ser peligroso, ya que un pico repentino (generalmente provocado por algunas drogas ilegales) puede ocasionar paranoia e impactar negativamente en la memoria y el juicio. Por el contrario, si el cerebro no produce la cantidad necesaria de serotonina, podemos experimentar insomnio o falta de ánimo.
DOPAMINA: ante la motivación y la recompensa
Otro de esos neurotransmisores presentes en diversas áreas del cerebro es la dopamina, ligada a la función motora del organismo y a la concreción de diferentes propósitos. “La dopamina inunda la sinapsis entre neuronas cuando sucede algo gratificante. Es responsable de ese torrente de alegría cuando se alcanza un objetivo o una tarea resulta exitosa”, agrega la neuróloga sobre esta substancia química que también favorece el estado de alerta, la memoria y ayuda al páncreas a liberar la cantidad adecuada de insulina después de las comidas.
La dopamina es responsable de la coordinación entre el cerebro y el cuerpo al momento de producir movimientos voluntarios, por eso su deficiencia está relacionada con la enfermedad de Parkinson. Para estimular su secreción podemos aumentar nuestro consumo de alimentos ricos en tirosina como el chocolate, la sandía, las almendras, la carne, el té verde, los lácteos, los arándanos y la soja.
OXITOCINA: la hormona de la confianza y la sensibilidad
También llamada “hormona del amor”, la oxitocina se produce en el hipotálamo cerebral y recorre el torrente sanguíneo, alcanzando diferentes órganos. “Se libera ante momentos placenteros de la vida, como cuando disfrutamos de una reunión con amigos, y también ante simples contactos físicos, estableciendo lazos de apego”. La oxitocina ejerce funciones como hormona y como neurotransmisor: desencadena y sostiene las contracciones en el parto, dilata el cuello uterino y juega un rol fundamental en la lactancia, fortaleciendo el vínculo materno-infantil.
El organismo necesita de esta substancia, la cual influye plenamente en la salud física y social, ya que aumenta la empatía y la confianza, regula el aumento de la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y el estrés, así como la propensión a las adicciones. Abrazar a nuestros seres queridos, reír, disfrutar del ocio, generar vínculos profundos y duraderos, entre otras cosas, ayudan a mantener los niveles altos de oxitocina y, por ende, una mejor calidad de vida.
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