Organizaciones médicas hablan de una “epidemia de solitarios”. Las tribus que le dan la espalda a los valores colectivistas
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El aislamiento pandémico está impulsando lo que organizaciones de bienestar social como la AARP o la United Health Foundation, en EE.UU., ya pronostican como una “epidemia de soledad”. No suena alentador. Sin embargo, hay maneras constructivas de convivir con la soledad y hasta de sacarle un lado positivo, explicó la psicoterapeuta estadounidense Francie Healey.
Un año antes de que irrumpiera la pandemia, Healey comenzó a investigar un curioso fenómeno en Corea del Sur que reivindica la soledad como estilo de vida: los honjok o “tribus de uno solo”. Fue un movimiento que nació de la contracultura, afirmó la autora de “Honjok: el arte de vivir en soledad” (2020), quien investigó a 15 individuos de distintas edades que lo practican.
Muchos jóvenes, especialmente mujeres, decidieron crear su propia “tribu”, rechazando los valores colectivistas de la sociedad surcoreana y abrazando el individualismo emergente para formar hogares de una sola persona, optando por una vida en solitario. “El honjok es una invitación a reflexionar sobre quiénes somos realmente, más allá de las normas sociales y culturales establecidas, y a disfrutar de la soledad”, le contó la escritora a BBC Mundo.
En esta entrevista contó las aportaciones a los tiempos de estas “tribus” que eligen la soledad.
El honjok es poco conocido en Occidente. ¿Cuándo escuchaste hablar sobre él y cómo lo investigaste?
Escuché por primera vez el término honjok en 2019, a través de mi editor. Si te pones a buscar en internet, verás que no hay mucha información disponible, así que decidí investigarlo y buscar qué podemos aprender sobre él.
Cuando estaba haciendo mi investigación, todavía no había llegado la pandemia pero sentía curiosidad por estas personas que buscan dar significado a su vida a través de la soledad. El honjok empezó como un movimiento en 2017 liderado por jóvenes surcoreanos que comenzaron a usar el hasghtag #honjok para definir quiénes eran y cómo vivían, desafiando las presiones y normas sociales establecidas históricamente que les empujan a casarse y formar una familia.
Esas normas dictan que los hombres tengan trabajos exitosos en empresas prestigiosas que les permitan mantener una familia, y que las mujeres prioricen siempre la familia, por más que tengan una alta formación académica o una carrera, y que cumplan con las expectativas de los exigentes estándares de belleza.
En respuesta a la frustración por esas fuertes presiones sociales y culturales, los honjok eligieron vivir solos para encontrar una forma de libertad. Me pareció que sería interesante hablar con personas en Corea del Sur que practicaran el honjok para conocer a través de sus voces qué significa para ellos.
¿Y qué significa? ¿Se podría decir que el honjok es un estilo de vida?
El honjok es más que un estilo de vida, es una forma de estar en el mundo. “Hon” significa estar solo y “jok” es tribu, así que honjok quiere decir “tribus de uno solo”.
Es un concepto hermoso, porque se traduce en tomar la decisión consciente de explorar en profundidad las preferencias y los intereses propios, y de cultivar el auténtico mundo interior. Muchas veces les ponen a los honjok la etiqueta de “solitarios”, con todas las connotaciones negativas que esa palabra lleva implícita.
Sin embargo, son personas que tomaron la decisión consciente de vivir solas y de pasar tiempo disfrutando de actividades en solitario. Son, digamos, solitarios exitosos. Hablando con ellos aprendí que esa soledad les permite, de hecho, tener relaciones más fructíferas y positivas con otras personas.
Es interesante que describas esa soledad como una decisión consciente. ¿Qué podemos aprender sobre la soledad elegida de los “honjok” en tiempos de soledad impuesta?
Es una muy buena pregunta para la época que vivimos ahora. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, monstraron que la soledad provocada por el aislamiento social contribuye a incrementar problemas físicos y mentales como la depresión, las cardiopatías e incluso el Alzhéimer, y que comprometen el sistema inmunológico. Así que estamos viviendo una crisis.
Pero no es lo mismo estar solo que sentirse solo. La soledad puede verse como una oportunidad para estar realmente con nosotros mismos y explorar dónde encontramos significado en nuestras vidas, cómo nos sentimos estando con nosotros mismos.
Nos ofrece la oportunidad de trabajar en nuestra identidad más allá de cómo nos relacionábamos con los demás e interactuábamos con el mundo antes de la pandemia. El honjok puede ser una vía para comprender que cuando te permites a ti mismo convivir con la soledad, aunque al principio sea incómoda, cultivas una autoconciencia más profunda. A través de actividades contemplativas y de curiosidad hacia tu mundo interior, puedes sentir una verdadera riqueza espiritual estando contigo mismo.
Muchos existencialistas hablaron sobre esta invitación a conocerse a uno mismo que nos ofrece la soledad. Así que todo depende de cómo lo enfoquemos. Yo creo que debemos enseñar a la gente a hacer un trabajo interior más profundo para encontrarse a sí mismos.
Ahora nos sentimos incómodos con esta soledad, pero eso no significa que no podamos aprovecharla para sentirnos conectados con nosotros mismos. La pandemia nos obligó a buscar otras maneras de estar con nosotros mismos, y esta puede ser una oportunidad de aprender a conocernos realmente.
Dices que el honjok es el arte de vivir en soledad. ¿De qué maneras específicas lo podemos aplicar en nuestra vida?
Una honjok treintañera de Corea del Sur me dijo que antes era una persona muy sociable y extrovertida pero empezó a adoptar el estilo de vida honjok y tuvo una especie de iluminación espiritual practicando más actividades de mindfulness y meditación, y desarrollando su curiosidad hacia intereses creativos y artísticos con cosas que había estado posponiendo porque tenía otras distracciones.
Puede ser un buen ejemplo de cómo aplicar el honjok en nuestra vida. Yo recomiendo dedicar tiempo, empezando con unos pocos minutos cada día, a cosas tan sencillas como prestar atención a la respiración, cultivar la creatividad, buscar las maneras de activar otras partes del cerebro, desarrollar hábitos diferentes o patrones de comportamiento que nos aporten más diversidad a nosotros mismos.
También es muy interesante escribir un diario, o simplemente dejar por escrito nuestros pensamientos, porque nos ayuda a ser reflexivos y a trabajar la autoconciencia, sobre todo cuando sufrimos estrés o ansiedad. Es importante tratar estas actividades no solo como un pasatiempo, sino como algo tan urgente como otras cosas que hacemos en la vida.
Entrevisté a honjok que descubrieron que eran más fuertes, solidarios y bondadosos de lo que pensaban viajando solos o pasando tiempo a solas en la naturaleza. El impacto puede ser enorme para despertar nuestros sentidos. Me sentí muy privilegiada de poder aprender sobre estas personas y de conocer sus historias, que me ayudaron a rebatir mis propios prejuicios. Las personas con las que hablé estaban orgullosas de llevar ese estilo de vida y dispuestas a aprovechar al máximo la oportunidad de vivir en soledad.
Estamos hablando de personas que viven en Corea del Sur, pero ¿hay “honjok” en otros lugares del mundo?
Bueno, sin duda es una tendencia creciente que estamos viendo en otras partes del mundo, no solo en Corea del Sur, aunque no se definan a sí mismos como honjok. En Suecia, cerca del 40% de los hogares están compuestos por una sola persona. En Estados Unidos, se estima que hay unos 28% hogares unipersonales.
En Japón y en otras partes del mundo, cada vez más personas eligen la sologamia (casarse con uno mismo). Son distintas “tribus de uno solo” y yo diría que van a ir en aumento.
“Estar solo en la vida requiere valentía”, dices en tu libro cuando hablas sobre la “vida honjok”. ¿Por qué nos da tanto miedo la soledad?
Creo que tenemos mucho miedo a estar solos porque nos asusta que no nos guste lo que podamos descubrir. Es un ajuste de cuentas con los lugares dentro de nosotros mismos en donde sentimos que no somos lo suficiente.
Cuando estamos en la colectividad del mundo, podemos pensar que somos las actividades que desarrollamos en él; que nuestra identidad es nuestro trabajo, el dinero que ganamos o lo que hacemos con él. Se necesita mucho coraje para descomprimir todo eso y llegar a lo que hay detrás. Se necesita coraje para afrontar el malestar de estar con nosotros mismos y arriesgarnos a sentir la vulnerabilidad de que no nos guste todo lo que vemos, de reconocer que hay algunos lugares vacíos que debemos cultivar más.
Por eso es valiente estar con nosotros mismos y con nuestra verdadera identidad. Cuando reconoces eso y cultivas la tolerancia, a través de pequeños cambios incrementales en el tiempo, puedes descubrir la riqueza de tu propia esencia que te permite estar más conectado, establecer mejor tus límites y aceptarte a ti mismo.
Es una parte de nosotros mismos que tenemos que trabajar duro y que los honjok priorizaron.
También escribes en tu libro sobre las conexiones entre soledad y autoestima, y la importancia de “hacernos amigos de nosotros mismos”. ¿Cuál es el vínculo?
Tengo una consulta privada de psicoterapia y el foco principal de mi trabajo es la autovaloración.
Lo que yo vi en mi trabajo, y también en el proceso de escritura de este libro, es que cuando empezamos a cultivar la autovaloración e invertimos en conocernos a nosotros mismos, más allá de nuestra propia identidad y el covid puede ayudarnos a ello por cómo cambió la manera en que nos relacionamos con el mundo, y por el tiempo que pasamos con nosotros mismos entonces podemos enfrentar mejor la desolación que nos provoca al principio la soledad.
Y llegamos a un punto en el que nos sentimos cómodos estando con nosotros mismos. Yo veo la soledad, o más bien la solitud, que es un término más amplio y positivo, como un camino para construir y cultivar nuestra autoestima.
Es en ella donde podemos ver cuáles son nuestros verdaderos valores, cuál es nuestro auténtico yo y qué nos motiva realmente. Nos permite hacernos las preguntas adecuadas, descubrir cuáles son nuestros talentos únicos y cómo queremos usarlos en el mundo y en nuestra comunidad. Estar solos nos puede llevar a buscar maneras de ser más resolutivos, creativos y autoconscientes.
Se trata de cultivar un marco mental que nace de la curiosidad de descubrirnos a nosotros mismos, en el que nos convertimos en líderes de nuestra propia vida y retomamos el control. Por eso el honjok es, al fin y al cabo, una búsqueda para volver a nuestra propia esencia.
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