La prueba de manejo del nuevo Honda Civic EX–T
Desde hace tiempo, en materia de autos, hablar del Honda Civic es hablar de un vehículo confiable, duradero y rendidor. Con el paso de los años y los rediseños fue volviéndose un coche más completo, creciendo en carácter y sumando elementos técnicos
El nuevo Honda Civic de décima generación rompió sus propias reglas de juego tejidas con paciencia japonesa durante décadas de éxitos, sin dejar de ser confiable y rendidor, y manteniendo la tendencia de ser una excelente inversión a futuro.
Su diseño es más osado que en versiones anteriores, y en él se destacan unas ópticas full LED delanteras y traseras con una lumínica excelente. Visto de costado, notamos que creció, especialmente en las puertas traseras y la cola, por lo que ofrece un excelente espacio interior y un baúl enorme. Llama mucho la atención y tiene la misma impronta de autos mucho más caros y potentes. Esa sensación visual de potencia y confort se condice perfectamente con las que decantan de una experiencia de manejo.
La versión probada fue la más completa, llamada EX–T, y cuenta con un motor sorprendente: apenas 1.5 litros de cilindrada alimentado por inyección directa y un turbo intercooler de última generación. En la práctica, el motor acelera rápido y enseguida está entregando sus 173 caballos de potencia y casi 220 Nm de torque. Por tratarse de un motor chico y comprimido, podría esperarse que lo haga a un régimen alto, pero este motor es muy elástico. El secreto de su éxito es su caja automática tipo CVT de transmisión variable continua, con una configuración muy parecida a la que tienen los scooters y que, en teoría, tiene infinitas relaciones de caja, aunque en la práctica el fabricante setea siete marchas, que pueden accionarse con levas al volante. El conjunto propulsor ofrece un excelente andar y un consumo bajísimo para su segmento, sobre todo en ruta.
Por dentro, la calidad de los materiales y el cambio en la lógica de diseño sorprenden. Esta nueva versión tiene un diseño exquisito, deportivo y pensado para el conductor. Dos pantallas enormes sirven para visualizar todos los instrumentos -totalmente digitales y animados- y controlar todo el vehículo. La información llega a los ojos a través de interfaces gráficas muy bien logradas, algo que no todos los vehículos pueden sostener. La sensación de uso de la pantalla multitáctil central es la misma que se tiene en un Smartphone de última generación y eso es decirlo todo: no se pierde tiempo, reacciona rápido y no hay que presionar con más fuerza para que funcione. Simplemente, funciona.
Un buen sistema de parlantes cumple su función, y el equipo de audio permite todo tipo de conexiones, hasta por HDMI. Lo que se destaca por su practicidad y buen funcionamiento es el GPS integrado, que es el clásico de la firma GARMIN y que puede actualizarse con mapas personalizados con información de, por ejemplo, cámaras de fotomultas y zonas peligrosas.
El interior del Civic tiene un detalle muy práctico: la ubicación de los puertos de 12v, USB y HDMI. Están abajo del tablero, entre las rodillas del conductor y el acompañante, en una bahía escondida de la vista pero muy funcional para dejar cargando los chiches sin que se vean desde el exterior. Esa bahía se conecta con otra más chica, que sí está al alcance de la mano, justo delante de la palanca de cambios. Es muy práctico, como todos los porta objetos y huecos que tiene en su interior.
Dentro del habitáculo la aislación sonora mejoró mucho, gracias a un profundo desarrollo de los ingenieros japoneses. La sensación de seguridad que transmite no es sólo eso: el Civic más seguro del que se tenga registro tiene frenos a disco ventilados adelante y sólidos atrás, con antibloqueo ABS, repartidor electrónico de frenada EBD y sistema de asistencia de frenada en casos de emergencia. Se detiene súbitamente, sin perder adherencia ni el conductor el dominio de la situación.
El control de estabilidad y tracción no se limita al torque y la velocidad de rotación de las ruedas en curvas, sino que se comunica con la dirección electrónica para adaptarse a los cambios de rumbo involuntarios. En curvas también acciona el asistente de conducción ágil, que regula el torque para evitar pérdidas de tracción que puedan presentarse en bruscas aceleraciones.
Cuenta con seis airbags, dos frontales y laterales para conductor y acompañante, y de cortina para los cuatro ocupantes. Los cinturones de seguridad y los apoyacabezas son correctos, así como las fijaciones ISOFIX para instalar sillas de bebes. Una de las características de seguridad más interesantes de este vehículo es su cámara de visión lateral, que se ubica en el espejo retrovisor derecho y que muestra en la pantalla central una mirada despejada del punto ciego más peligroso de cualquier auto, especialmente en maniobras de cambio de carril, que son motivo de los más comunes accidentes.
LA NACION