Halloween: estos son los cuatro lugares más espeluznantes de todo el mundo
Ciudades fantasma, catacumbas y una iglesia llena de restos humanos, todos sitios que puede ser un gran atractivo turístico en la noche de brujas
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El tanatoturismo, o el turismo negro y del dolor, se volvió una de las actividades más populares entre los viajeros curiosos que anhelan conocer lugares donde ocurrieron tragedias escalofriantes durante Halloween.
Algunos lugares son espeluznantes incluso por su ambiente: en las zonas más tenebrosas hay climas muy fríos o terrenos incómodos que dificultan el tránsito y hacen más difícil la visita. A continuación, algunos lugares tenebrosos que, con el paso del tiempo, se convirtieron en parajes obligados de los viajeros amantes del misterio.
1. Prípiat, Ucrania
Chernobyl es un destino obligado para los aficionados del terror. En esa zona ocurrió la tragedia nuclear más grande que se haya vivido en la historia de la humanidad: el 26 de abril de 1986, el reactor número cuatro de la central nuclear Memorial Vladimir Ilich (Chernobyl) sufrió un fallo en sus sistemas de seguridad y provocó una terrible explosión.
El evento dejó 50 personas muertas, según el balance oficial de la ONU, y otras miles se vieron afectadas por los niveles de radiación que se esparcieron por esa parte del territorio ucraniano. Prípiat, ciudad destinada para albergar a los trabajadores de la central, tuvo que ser totalmente evacuada.
Más de 50 mil personas fueron reubicadas. 35 años después, la ciudad sigue vacía y con niveles de radiación altos, sin embargo, muchos turistas se animan a visitar las instalaciones de la central y el pueblo fantasma que quedó luego de la tragedia. Los visitantes pueden entrar bajo un estricto protocolo de seguridad. Los humanos no podrán vivir allí hasta dentro de un lapso de 24 mil años.
2. Catacumbas de Palermo, Italia
Las catacumbas de Palermo, en la provincia de Sicilia, Italia, esconden una de las reservas de cuerpos momificados más grande del mundo. Allí se exponen miles de cadáveres de personas que vivieron en la ciudad desde el siglo XVI hasta el XIX.
Este, en definitiva, es un museo de la muerte no apto para sensibles. El visitante debe bajar por unos túneles estrechos mientras es observado por un sin fin de restos óseos, colocados en las paredes con la indumentaria típica de la época en la que cada uno de ellos murió. El sitio se llama el Convento de los capuchinos. Están activos desde 1528, según portales especializados.
Rosalía Lombardo fue el último cuerpo que ingresó a formar parte de los 8000 mil restos humanos del complejo. Ella fue una niña, de dos años, oriunda de la ciudad de Palermo y que murió de neumonía a causa de la pandemia por gripe española que azotó al mundo a principios del siglo XX.
3. Nagoro, Japón
Nagoro es un pequeño pueblo en la isla de Shikoku, en Japón. Hace 60 años era un próspero centro urbano, sin embargo, a medida que pasaba el tiempo sus habitantes empezaron a migrar a otras ciudades a buscar un futuro mejor para ellos y sus hijos. En la actualidad es un pueblo habitado por ancianos que se niegan a dejar la vida que construyeron en la aldea.
Hace 14 años, Ayano Tsukimi, oriunda de Nogoro decidió volver a la villa debido a que su padre estaba en muy mal estado de salud. Al llegar se dio cuenta que el lugar estaba casi deshabitado. Ella sintió nostalgia profunda por el ‘fin’ del pueblo, así que decidió crear muñecos de tela para reemplazar a las personas ausentes. Desde entonces los elabora en su taller y los viste dependiendo de la función que cumplan en la aldea: meseros, granjeros, soldadores o incluso policías.
Los saluda como si estuvieran vivos. Cada mañana les da los buenos días y de vez en cuando se pasea por todo el lugar revisando que no estén sucios o que necesiten alguna reparación. El pueblo ahora cuenta con 379 habitantes: 29 humanos y 350 muñecos distribuidos por toda la villa.
Para algunos visitantes que llegan hasta este paraje es espeluznante encontrarse con los muñecos en las carreteras y en los diferentes puntos de descanso. El ambiente desolado del lugar y el decorado con los muñecos es el perfecto escenario típico de una película de terror.
4. Kutna Hora, República Checa
El osario de Sedlec está ubicado en República Checa. Es uno de los puntos preferidos por miles de turistas, quienes llegan a esta capilla con la expectativa de ver sus curiosos acabados. Es una capilla católico romana y se estima que está decorada con más de 40 mil huesos. Cuando la peste negra empezó a azotar Europa, hacia el siglo XIV, miles de personas fueron enterradas en los alrededores de la iglesia.
En ese tiempo, el cristianismo había empezado su ofensiva evangelizadora contra los musulmanes y otros cientos de cuerpos de los guerreros caídos en combate fueron a dar al cementerio de la capilla. En el siglo XV, el recinto sagrado tuvo una remodelación y los miles de cuerpos que yacían al interior y en los terrenos aledaños fueron exhumados para apilarlos bajo el nuevo edificio.
Los restos estuvieron enterrados hasta 1870, cuando la iglesia católica quiso volver a desenterrarlos para darles un buen uso decorando el lugar. Según documentó National Geographic, para ello fue contratado un tallador de madera local, quien construyó cruces, cálices y hasta collares con los huesos que habían permanecido por siglos allí.
Es un escalofriante templo que, paradójicamente, le helaría los huesos a más de uno.
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