"Hace dos años que estamos juntos y él ya no quiere tener más sexo"
Hola Consuelo,
Estuve leyendo un caso muy parecido al mío y quisiera ver si podés ayudarme.
Llevo dos años y medio con mi actual pareja, yo soy divorciada y tengo 32 años. Mi pareja tiene 29 años, nos llevamos muy bien, él es una gran persona y me apoya en todo. Es amoroso y se preocupa por mis cosas. Nos llevamos muy bien y al inicio nuestra actividad sexual era muy buena. Ya estamos viviendo juntos y conforme ha pasado el tiempo lo sexual se ha vuelto un problema. Yo soy una persona muy activa sexualmente y él ha bajado totalmente la guardia. Si yo no tengo la iniciativa, él ni siquiera me toca, he hablado con él de buena forma en varias ocasiones exponiéndole mi molestia e incomodidad pero lo único que he conseguido es que se frustre y llore. Dice que no valoro todo lo demás bueno que él hace y que no solo en eso se basa una relación y que para él todo está bien como está. Yo ya no sé qué más hacer, no lo he dejado porque sé que tenemos una buena relación fuera de eso. Él no es un hombre mujeriego y tampoco con vicios. Pero siempre hay una excusa, si no es el trabajo es que está mal del estomago o que está cansado. Se dejó estar, no se cuida y pues es cierto que el trabajo lo absorbe bastante. Trabaja en sistemas desde casa y casi no sale. Esta última vez que hablamos dijo que buscaría ayuda pero la verdad no sé si lo haga. Estoy desesperada, me duele mucho lo que pasa y ya no quiero que sigamos sufriendo por el mismo tema.
Si pudieras recomendarme algo te lo agradecería.
Saludos,
La Ninguneada (32)
Querida Ninguneada:
Creo que tenés la cabeza en el lugar correcto, y es él quien tiene que hacer un clic —muy probablemente, como vos sugerís, con ayuda profesional—. Hay mucha gente a la que le cuesta el erotismo una vez que "el misterio" ya no está, y especialmente con la convivencia es algo difícil de sostener; pero lo que vos contás parece parte de un proceso más amplio en el que él se desvinculó del cuerpo y del placer.
Por mi parte, además de seguir insistiendo para que busque ayuda profesional (sin ponerse pesada igual, que es contraproducente), me parece que quizás vale la pena pensar en maneras de revincularse con el placer que no tengan que ver necesariamente con lo sexual. ¿Por qué? Bueno, a los hombres lo peor que les puede pasar a la hora del sexo es sentirse presionados: es difícil que logre volver a sentir deseo a partir de la demanda, como una especie de obligación a la pareja. Pero creo que reconectándose con otras formas del placer que no lo hagan sentir demandado pueden volver a aparecer las ganas: ¿a él qué le gusta? ¿Ir al cine? ¿Tomar tragos? ¿Comer rico? ¿Viajar? ¿Acampar? Lo que sea que le guste, proponéselo. Diviértanse sin pensar en el deber de tener sexo o en ningún otro deber, y quizás algo de la dimensión del deseo resurge. Mi recomendación más importante es salir del lugar de la demanda: no te pone a vos, tampoco, en un rol muy atractivo.
Contame cómo te va. Cariños,
Consuelo
Consuelo estará disponible para resolver todos los conflictos digitales que lleguen a la casilla modalesdebolsillo@lanacion.com.ar, como comentario a esta nota o a la cuenta de Facebook de LA NACION. Si la consulta es comprometedora, cuidará el anonimato del remitente.
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