Por la ruta nacional 237 -un tramo más en el viaje al sur de la Argentina, ese que cruza la Patagonia por la emblemática ruta 40-, pasando Neuquén un enorme cartel llama la atención: es la imagen de un dinosaurio y una bienvenida a su tierra. Así te das cuenta que estás pasando por Villa El Chocón y, si tenés tiempo y los chicos te insisten, decidís hacer un stop para sacarte una foto con el dino que convoca a los viajeros. Quizá también hasta te des una vuelta por el museo Ernesto Bachmann, que funciona de lunes a jueves de 8 a 18:30 y de viernes a domingos de 8 a 19:30 horas o aproveches para visitar la famosa central hidroeléctrica, una obra imponente que regula las crecidas del río Limay y abastece de energía los centros urbanos de nuestro país.
Pero lo que probablemente desconozcas - seguro si hace más de cuatro años no pasás por ahí- es que si hacés otros 10 kilómetros podés llegar a una extensa playa de arenas doradas y aguas cristalinas.
Que no te sorprenda. Hace apenas cuatro años, el lugar era un páramo. Un poco mágico, sí, pero desértico e inhabitado. Desde la ruta era imposible divisar el bello lago Ezequiel Ramos Mexía, una hondonada artificial que se formó al construirse la represa hidroeléctrica del Chocón.
En realidad se trata de un lago artificial, alimentado con agua del río Limay que viene desde Bariloche, con arena de playa y médanos dorados. El Ezequiel Ramos Mexía está ahí hace casi 50 años y es uno de los lagos artificiales más grandes de Sudamérica. Pero durante todo ese tiempo pasó desapercibido, era tan solo una postal del paisaje a lo largo del viaje a la cordillera. Un paseo para pescadores y habitantes cercanos, que llegaban para escapar del calor veraniego. Un lugar sin infraestructura de servicios ni comodidades para el viajero, tan solo un lago rodeado de vegetación silvestre. Un refugio para almas solitarias que, en plena estepa patagónica, permanecía escondido, como una gema preciosa sin tallar.
Hoy, en cambio, el lago no solo es una gigantesca aguamarina que brilla rodeada de un paisaje verde y celeste, sino que también recibe a decenas de visitantes que llegan a bañarse en sus costas, durante los veranos del sur. Fue en 2012, cuando una legislación provincial autorizó la explotación de esas tierras fiscales con el objetivo de reactivar la economía provincial y comenzó una tendencia de construir barrios cerrados en la capital de Neuquén y sus alrededores.
El paisajismo, una clave
De a poco, en forma gradual, el entusiasmo de unos pocos pioneros que pasaron a ver qué era lo que se estaba construyendo, empezó a contagiarse por este nuevo desarrollo que se encuentra a menos de una hora, hacia el oeste, Neuquén, ciudad en la que vive el 85 por ciento de la población de toda la provincia.
El cambio empezó de la mano de un grupo empresario que vio el potencial del lugar y concretó un sueño: el de construir una nueva comunidad para aquellos que buscan una segunda residencia o bien afincarse durante todo el año en un lugar paradisíaco. Así, bajo el concepto de barrio cerrado y emprendimiento turístico nació Chocón Medio, una urbanización de vanguardia internacional con servicios como luz, agua e incluso conexión a Internet a través de fibra óptica.
Lo que a todos atrae del lugar es la relación con la naturaleza. Esa inmensidad inabordable en la que está emplazado el conjunto habitacional es lo que más convence a quienes eligen hacer un cambio de vida para quedarse en el Chocón. Según cuenta Martín Lagos Gorsky, director General de Gran Valle Negocios SA, la empresa responsable del proyecto uno de los principales focos del mismo fue la forestación y el paisajismo. "Junto al lago, había sauces, algún álamo, tamariscos llevados a la región por los colonos a fines del 1800, para asentar la arena del desierto que también volaba con el viento", explica y añade: "pero luego toda la vegetación de la zona era la típica del desierto patagónico con el alpataco y la jarilla como máximos exponentes". Para construir Chocón Medio, la desarrolladora llevó adelante un gran trabajo de paisajismo que sumó, incluso, un gran vivero propio.
"Un pilar de todo esto es el riego, fundamental para sostener la vida vegetal con sus características propias", explica Gorsky. "En ese sentido las obras consistieron en adaptarse a las posibilidades de la región. Si bien el lago está omnipresente en todo el complejo, el agua está ubicada pendiente abajo. Entonces, para poder utilizarla, primero hay que hacerla subir desde el lago con bombas, y una vez que se riega, el agua se va inmediatamente hacia abajo, lo cual puede no resultar suficiente para regar las plantas. Y el sol en el verano, en el desierto, es muy fuerte, feroz. Para solucionar este problema se implementó un sistema de riego por goteo, de a poco, para que la planta alcance a tomar el agua".
El trabajo de paisajismo y forestación estuvo a cargo de Jorge Wirth, basado en conceptos de sustentabilidad teniendo en cuenta el clima y el suelo del lugar, para que las especies plantadas puedan seguir creciendo. Con el objetivo de afectar lo menos posible la flora autóctona y remediar algún sector que pudiera sufrir algún daño, las especies que actualmente pueblan el entorno son las salicáceas (diferentes variedades de sauces y álamos de crecimiento rápido), y las especies arbustivas y gramíneas.
Para los turistas, cabañas y spa
Con vistas a convertirse en un resort que englobe turismo con vivienda con servicios de spa y de entretenimiento, el complejo ya está en funcionamiento. Con la instalación de 45 viviendas, un parador que opera todo el año, otro que abre en termporada estival y una escuela de actividades naúticas, además de un camino de acceso a tan solo una hora de Neuquén, Chocón Medio hace posible posible disfrutar de la playa y el descanso.
El año próximo se proyecta que estará operativo un complejo de cabañas y spa, diseñado acorde al paisaje, con el cual se espera satisfacer una demanda turística insatisfecha, ya que hasta hoy para los neuquinos el poder veranear en una playa cercana implicaba viajar 6 horas hasta Las Grutas. Esta opción se presentará como una alternativa para quienes busquen opciones de playa para veranos y fines de semana largos. " El objetivo es poder tener operativas por lo menos 8 de las 24 cabañas este verano, y a medida que se van terminando ir sumandolas a la oferta hotelera. Creo que esto va a cambiar mucho la forma de disfrutar El Chocón", concluye Gorsky.