En 1971, en la disco Enterprise de Mar del Plata, Graciela Alfano fue coronada como “Miss Siete Días”
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Ya pasaron más de cincuenta años. El sábado 13 de marzo de 1971, en la discoteca futurista Enterprisse, sobre la avenida Constitución de Mar de Plata, la revista Siete Días Ilustrados realizó la tercera edición del concurso “Miss Siete Días”. Durante el verano, periodistas y fotógrafos habían buscado en las playas argentinas a las candidatas. Hubo más de 200 postulantes, pero solo nueve resultaron finalistas. Aquella noche, luego de varias pasadas, después de la medianoche, se anunció a la flamante ganadora. Con el número 6 entre sus manos, Graciela Alfano fue coronada “Miss Siete Días” por Teté Coustarot y Ana María Contini, elegidas de los años anteriores. Hoy, 50 años después, Graciela recuerda aquella noche tan especial que cambió su vida por completo.
“No fue algo buscado, yo estudiaba ingeniería. No tenía la idea de dedicarme al espectáculo. Nunca fue el sueño de mi vida…No sé si te sorprende esto, pero es la verdad…”, comienza el diálogo con Alfano.
-¿Y qué deseaba en aquel entonces?
-Yo quería estudiar. En la escuela era una nerd absoluta, fui el mejor promedio en quinto año y medalla de oro en el Colegio Saint Catherine’s. Después me inscribí en ingeniería, en la UBA.
-¿Por qué ingeniería?
-Porque mi papá era ingeniero y había muerto. Pienso que era un poco seguir la carrera de ese padre que ya no estaba... Eso es algo frecuente, más siendo hija única. Pero en ese momento no lo pensé así. En ese momento yo elegí.
-¿Y cómo llegó a participar de un concurso de belleza?
-Ese verano yo estaba en Mar del Plata, caminando por Playa Grande, cuando el fotógrafo Osvaldo Dubini me vio de atrás y dijo: “Estos glúteos son dinamita… si esta chica está tan buena de adelante como de atrás tenemos la próxima Miss Siete Días”. Me propuso hacer fotos para presentarme en el concurso. No le di demasiada importancia, le dije que tenía que hablar con mis padres, con mi mamá y su pareja. Y a mi mamá le gustó la idea de tener una hija linda y me sacaron las fotos.
Al término de la temporada de verano, tras una sesión de fotos, Alfano quedó preseleccionada. A mediados de marzo, volvió con su madre a la ciudad balnearia para presentarse en famosa final. “En realidad, yo estaba contenta porque iba a encontrarme con un novio que tenía allá, en Mar del Plata, no le daba demasiada importancia al concurso”, explica.
-¿Es cierto que en ese concurso mintió sobre su edad y dijo que tenía 18 años cuando en realidad tenía 15?
-[se ríe] No, no, no. Eso fue un mito que surgió porque cuando tenía 15, para poder salir, usaba una identificación de una amiga mayor, Silvia Boto. Pero cuando salí “Miss Siete Días” tenía 18 y lo otro fue una confusión, era un chiste interno con mis amigas.
-La edad muchas veces es un tema tabú para las mujeres de la farándula que prefieren ocultarla….
-(se ríe) Tengo 68 años, 20 con 48 de experiencia. Pero a mi edad ya soy una vieja y no es un problema eso. Creo que la edad de una persona, como cualquier medida, es una estupidez. No define a una persona. Lo que importa es la persona, que es una totalidad que va mucho más allá. Ahora si vos llegas a mi edad y no viviste, entonces viviste al pedo y eso sí es un problema. La edad está muy buena cuando vivís profundamente y te vas a haciendo cada vez más seguro de vos mismo porque te vas conociendo más.
“No era consciente de la belleza que tenía”
La mujer que supo convertirse en un sex symbol que sedujo a varias generaciones, asegura que “no era consciente” de su belleza. Alfano dice que en aquel tiempo utilizaba la cara lavada, el cabello recogido -porque le molestaba tenerlo suelto- y que además, usaba anteojos porque sufría de miopía.
“Era muy miope, tenía casi 8 de dioptría. Veía muy mal de cerca. Entonces, tenía una mirada bastante particular, porque como no veía nada entornaba los ojos y parecía una cosa muy sexy, pero en realidad era porque no veía lo que me estaban diciendo… me decían que parecía Greta Garbo que después me enteré que también era miope. Entonces, la mirada de Greta Garbo y la mía era así porque no entendíamos nada”, cuenta entre risas.
Una vez que Alfano fue coronada “Miss Siete Días” su carrera en el mundo del espectáculo fue en ascenso. Fue Miss Argentina, luego Miss Belleza Internacional y comenzaron las tapas de las revistas. “Continúe con algo que me resultó relativamente fácil, porque no fue un esfuerzo… y yo no me arreglaba nada, pero nada. Cara lavada, pelo agarrado y los anteojos”, asegura.
“Que lástima que seas tan linda”
“En mi familia, lo valioso siempre había sido lo intelectual. Ellos querían que yo estudiara. Mi madre una vez me dijo: “Que lástima que seas tan linda porque normalmente las lindas no desarrollan ni su simpatía, ni su personalidad, ni su inteligencia”, no era algo malo sobre las lindas, sino que trataba de decirme que te recostás sobre un valor que es efímero…”, dice.
-Bueno, más allá de que la profecía de su madre no se cumplió porque se recibió de Ingeniera, ¿Qué la impulsó a seguir con los concursos de belleza?
-Lo que sucedió con mi madre. Con ella tuve una relación muy especial, muy difícil. Sucedió que me prestó atención, una atención que yo no tenía, porque ella tendía a cosificarme. Y a partir del concurso mi mamá decía “mi hija es la más linda”. Entonces… yo decidí convertirme en la más linda del país.
-Es curioso, la misma madre que le cuestionaba su belleza…
-Mi madre fue la materia más difícil que tuve, pero al mismo tiempo fue la relación que más me fortaleció. Cuando tenés grandes dificultades en la vida te volvés más fuerte. Y ahí empezó un proceso que yo acompañé, donde necesité primero la atención de mi madre y luego la del público, como buena niña que no tuvo ninguna atención. El público me brindó mucha atención. En esa época no era como ahora, era muy difícil convertirte en alguien famoso, estaban las revistas que se publicaban una vez por semana. Me empezaron a llamar para hacer películas, recuerdo la de Los Superagentes, publicidades… y yo simplemente dije sí. Como digo siempre: “Sí a la vida”.
-¿Se ve distinta a la Graciela que ganó el concurso en 1971?
-Yo me veo distinta a la Graciela de hace cinco minutos cuando empezamos esta charla. Uno va cambiando permanentemente y eso es una maravilla. La vida no te pasa por el costado, te va transformando. Es como una ola, que hay que saber surfearla.
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