Te contamos qué tenés que tener en cuenta, las diferentes propuestas y materiales que vas a encontrar en el mercado. Contanos cuáles elegís vos para tu casa
Esta semana vamos a hablar un poco sobre las aberturas, sobre sus diferentes características y sobre su estética, que le dará un estilo personal a un espacio tanto por su forma como por el material de su composición. Las aberturas son necesarias porque brindan una buena ventilación a cualquier habitación, al tiempo que evitan la acumulación de humedad o que se vicie el aire.
Según el tipo de apertura, las ventanas pueden ser:
- De paños fijos: un bastidor donde se insertan los vidrios.
- Ventana/puerta corrediza: con una hoja que corre sobre la otra de manera horizontal. Esta es la tipología más utilizada. De acuerdo al lugar donde se vaya a emplear, la puerta-ventana puede llevar varias hojas sobre la misma guía, permitiendo tener un espacio completamente libre, permitiendo un contacto directo con el exterior.
- Puerta/ventana de abrir: se abre 100% de forma lateral. Las puertas, generalmente son sin umbral y pueden combinarse con algún otro tipo, como ventana de abrir o paño fijo.
- Ventana oscilo-batiente: con dos movimientos de apertura, la banderola para ventilación y como ventana de abrir.
- Ventana banderola: que tiene una apertura superior, hacia el interior. Su debilidad es la limpieza del vidrio por su apertura solo a 45º.
- Ventana proyectante: con apertura inferior hacia el exterior y un brazo de empuje. Por su forma de apertura, no permite colocar elementos de seguridad o mosquiteros. Su limpieza tampoco es sencilla.
- Ventana desplazable: tiene una apertura inferior, igual a la ventana proyectante. La gran diferencia consiste en que cuenta con tijeras de acero inoxidable laterales que permiten regular la apertura. No tiene el brazo de empuje central. Con este modelo la limpieza es más sencilla.
- Ventana guillotina: consiste en hojas verticales que se trasladan sobre guías laterales. Es importante que posean unos compensadores que permiten regular la ventilación en la apertura.
Para lograr condiciones ideales de confort, al momento de elegir el tipo de abertura, es necesario tener en cuenta algunas cosas. Por ejemplo, si son de gran escala, es muy importante evitar que el vidrio produzca grandes ganancias o pérdidas de temperatura, según la época del año. Además, y esto para los que viven en zonas más transitadas de la ciudad, hay que tener en cuenta qué formato brinda la mejor insonorización posible del espacio.
Para atacar la cuestión de las pérdidas o ganancias de temperatura en el ambiente, se puede recurrir a los vidrios flotantes. Esto consiste en dos vidrios separados por una cámara de aire seco, que le da capacidad de aislante térmico y disminuye las pérdidas de calor en más del 100% y ayuda a disminuir el consumo de energía.. Esta opción también sirve como aislante acústico.
En algunos casos, estos vidrios dobles vienen con componentes que también disminuyen la transmisión de rayos UV, que suelen percudir los muebles y las pinturas de interiores.
Otra cuestión a tener en cuenta son los herrajes. Es importante que sean de cierre multipunto (que aseguran la abertura en diferentes puntos del perímetro); esto más el correcto uso de burletes, brindarán una mayor hermeticidad al ambiente y un mejor control de la temperatura y el sonido.
Controlar el paso de la luz también es importante al momento en pensar en una abertura. Las opciones más usadas son las persianas o cortinas, en cualquiera de sus versiones: madera, plásticas, tipo celosía, cortinas de género o tipo black out. Es importante que estos sistemas no perjudiquen la ventilación del ambiente, ya que es la herramienta que nos permitirá controla la humedad.
En cuanto al material resaltan las de madera. No solo porque son las de apariencia más cálida. Suelen más económicas que las confeccionadas con otros materiales junto a las de chapa doblada. Ambas deben ser tratadas con pintura para prolongar su vida útil al estar expuestas a los agentes climáticos. Y, aunque suene zonzo, las cortinas o persianas que utilicemos deberán garantizar una buena entrada de luz durante el invierno y una adecuada protección del sol durante el verano.
El material de las aberturas también es importante. Las más caras son las de aluminio, pero es una inversión que se amortiza con el tiempo; son las que más duran y las que menos mantenimiento requieren. Tengamos en cuenta que el aluminio tiene una gran resistencia, es muy liviano y es un material que no se corroe y su deterioro es muy lento, si lo comparamos con la chapa, la madera o el PVC.
Estas aberturas pueden ser de aluminio anodizado (permite mantener su apariencia metálica) y, su mantenimiento para mantener su aspecto original, solo requiere limpieza con agua y jabón o detergente. También puede ser de aluminio pintado (se realiza con pintura en polvo horneado la pieza llevándola a una temperatura de 200ºC durante 15 a 20 minutos, obteniéndose como resultado un acabado perfecto con una gran variedad de colores).
Si las de aluminio te parecen muy caras, también podés recurrir a las de PVC, un material mucho más económico y de gran resistencia. Estas tampoco se degradan por la luz solar y también ofrecen un buen aislamiento acústico y térmico.