Te contamos de dónde viene su popularidad y cómo probar sus beneficios.
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El ginseng es parte del folklore energético alrededor del mundo. Casi no hay ciudad de este planeta en que no se consiga ginseng en comprimidos, tecitos y polvo bajo promesas de un mejoramiento en nuestra energía y vigor sexual.
¿Es realmente así? Te contamos de dónde viene su fama y cómo podés probar sus propiedades.
¿De dónde viene la legendaria reputación del ginseng?
En Occidente, el Ginseng entró en el radar durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno de la antigua Unión Soviética comenzó estudios enfocados en encontrar sustancias naturales que permitieran aumentar el potencial de los soldados en contextos de máximo estrés. Los seres humanos no estaban exentos de participar en la enorme competencia por la productividad, la eficacia y el rendimiento que la guerra exigía de manera planetaria. Pero en realidad, ya antes de que los rusos le prestaran atención, hace miles de años, la medicina china le había asignado la clasificación de “tónico superior”, por sus excelentes propiedades durante el combate.
¿Cuáles son exactamente esas propiedades?
Para definir el tipo de acción que plantas como el ginseng ejercen sobre el cuerpo, los rusos usaron el concepto de “adaptógeno”. Una planta adaptógena, es una planta que cuenta con una sustancia capaz de inducir en un organismo un estado de resistencia aumentada para contrarrestar las señales de estrés y adaptarse a un esfuerzo excepcional. Las pruebas clínicas más convincentes están relacionadas a sus efectos neuroprotectores y al mejoramiento que produce en funciones cognitivas, a la hora de compensar estados de fatiga y depresión.
Lo interesante de esta raíz es que actúa frente a todos los factores de estrés (biológicos, químicos, físicos), sin ejercer una función específica frente a ningún órgano, función fisiológica o patología concreta. Su acción es más bien “normalizadora”, ya que mejora las capacidades homeostáticas del cuerpo, es decir, la capacidad de adaptación, de resistencia del organismo frente a la tensión.
¿Qué tiene todo esto que ver con el sexo?
Para comenzar, hay que tener en cuenta siempre que la capacidad de respuesta sexual es en realidad una manifestación de nuestro estado de salud. Cualquier sustancia que tienda a tonificar y recuperar nuestro organismo, tendrá su efecto en nuestra sexualidad. Al tener el ginseng una repercusión positiva en el sistema nervioso, y actuar como compensador frente a la fatiga y las condiciones de estrés, la restauración de la potencia sexual se vuelve más posible. Además, esta raíz posee propiedades vasodilatadoras que mejoran el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, también a nivel genital.
¿Sirve para hombres y mujeres?
Claro. En el caso de los hombres, las propiedades vasodilatadoras son muy importantes no solo para lograr la erección, sino también para mantenerla. En el caso de las mujeres, el aumento del flujo sanguíneo combinado con la arginina, también presente en el ginseng, reduce la sequedad vaginal, y aumento de la sensibilidad del clítoris, por ende, la posibilidad de orgasmo.
¿Recuperar nuestra respuesta sexual es tan fácil como tomar ginseng?
La verdad que no. Aunque el ginseng proporciona un resto energético interesante para recuperar el deseo y la acción, hay que decirlo: no obra milagros en casos de problemas endocrinológicos ni orgánicos más profundos como pueden ser la diabetes o los efectos de adicciones. La idea es siempre, que el consumo del ginseng venga acompañado por medidas enfocadas a recuperarnos del cansancio físico, del consumo excesivo de alcohol, la mala nutrición y el estrés. Y por supuesto, siempre hay que chequear que no haya enfermedades de base que estén interfiriendo en nuestra respuesta erótica.
¿Cómo se consume?
La raíz fresca puede conseguirse en verdulerías. Hay gente que la come cruda, cocinada al vapor durante 10 minutos para que se ablande, y cortada en rodajas. Como su sabor es suave al principio y luego ligeramente amargo, se lo puede condimentar con miel, limón y aceite, pero hay formas más fáciles de incorporarlo. El ginseng suele venir en cápsulas, en forma de extracto para preparados, en polvo, semillas, y bebidas. Algunas casas lo ofrecen en ampollas. Lo usual es tomarlo en forma de té: vas a encontrar sobrecitos listos para diluir en una taza de agua caliente. El polvo también es super cómodo ya que podés ponerlo en guisos y ensaladas. Respecto a la cantidad, el código de las hierbas medicinales de Corea informa que la norma es entre 1.5 a 10 gramos diarios, pero como mucho, se pueden tomar hasta 30 gramos al día.
¿Cuál es más conveniente, el ginseng rojo, blanco o marrón?
En realidad, es la misma planta, lo que cambia es el tiempo de existencia y el tratamiento que se le da. El marrón es el fresco, extraído antes de los cuatro años, el blanco, el que ya fue extraído entre los cuatro y los seis y secado después de pelado. El rojo, es el más antiguo, el que permaneció en la tierra al menos seis años y fue cocido con su piel, lo cual acentúa sus propiedades.
¿Es el ginseng es una raíz inofensiva?
No tanto. Su incidencia en el organismo debe ser tomada en serio en lo bueno y en lo malo. El ginseng tiene contraindicaciones en personas con la enfermedad de hipertensión de grado 3 y las enfermedades infecciosas. Pacientes con patologías como esclerosis múltiple, artritis reumatoide o lupus y pacientes que estén tomando fármacos antiplaquetarios, debería abstenerse de esta raíz. Además, aunque es un energizante, no debe ser consumido cuando el cuerpo es muy débil pero la enfermedad no está identificada. Tampoco cuando hay un estrés mental excesivo, una fiebre muy fuerte o sangrado severo. Tampoco es recomendable para los cuadros gripales muy fuertes ni para las personas con estreñimiento. Por último, el ginseng en casos excepcionales, puede presentar efectos secundarios, como diarrea, picazones en la piel, leves trastornos gastrointestinales y presión arterial elevada y definitivamente, no debe ser consumido por personas menores de 16 años de edad.
Especialista consultada: Dra. Yanina Cangelosi Alba, cardióloga, especialista en prevención salud vegetariana/ vegana. @syncronatural
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