Gal Gadot, del ejército israelí a ponerse el traje de la Mujer Maravilla
Fue Miss Israel y formó parte del ejército de su país. En pleno servicio militar, una sesión de fotos oficial con «los soldados más sexis del mundo» para la revista Maxim le dio popularidad. Su papel de Wonder Woman la consagró en Hollywood. "Me comprometí con el personaje", le dijo a LA NACION revista antes del estreno de la secuela.
LOS ÁNGELES.- En 2016, mientras estaba embarazada de su segunda hija, quien más tarde se llamaría Maya, la exmodelo y actriz israelí Gal Gadot tuvo que vestirse con el traje de Mujer Maravilla y el departamento de efectos especiales le abrió un tajo al medio para no comprimir su panza. Después le aplicaron una tela verde que sería borrada digitalmente.
La película que estaba filmando era La Liga de la Justicia dirigida por Zack Snyder, quien fue el encargado de promover el nuevo mundo de los superhéroes de DC. Hombre de Acero (2013) y Batman v. Superman (2016), donde apareció por primera vez Mujer Maravilla en la pantalla grande, fueron realizadas por él, quien además había tenido la idea de contratar a Gadot (pronúnciese con la T fuerte al final) para el rol de Diana Prince, la amazona de la isla Temiscira, un lugar habitado solo por mujeres y oculto mágicamente del mundo. Eso, según el comic; la verdadera Temiscira era una ciudad costera emplazada en la actual Terme, provincia de Samsun, Turquía. Al momento del casting, Gadot no sabía que estaba pujando por ser la Mujer Maravilla, sino que le dieron páginas de guion falsas. Recién al final Snyder le preguntó: "¿Sabés para qué personaje es?".
La carrera actoral de Gadot se dio por casualidad y lógicamente tiene que ver su trabajo previo como modelo, que también fue por una serie de eventos afortunados. Nacida en Israel el 30 de abril 1985 de padre ingeniero y madre profesora de gimnasia, Gadot creció en la ciudad de Rosh Ha’ayin, al este de Tel Aviv, y sus primeros trabajos adolescentes fueron los usuales, como el de cualquiera. Atendiendo en Burger King, por ejemplo. Decidida a estudiar Derecho, las personas que la rodeaban no podían evitar proponerle que también comenzara una carrera como modelo. Esbelta y de rasgos finos, Gal es muy fotógenica y en la vida real es prácticamente igual que en las fotos profesionales del perfume Gucci Bamboo, a quien le hizo la campaña.
Gadot está sentada en un sofá blanco y viste un vestido del mismo color, similar al que tiene en una escena de una fiesta en el museo Smithsonian de Mujer Maravilla 1984. La suite del London Hollywood Hotel en Los Ángeles es el escenario del diálogo entre la actriz y la nación revista, realizado a fines de febrero de 2020, unos días antes de que comenzara la cuarentena en todo el mundo. Nada parecía que el mundo iba a virar 180 grados y que el estreno se postergaría durante meses. La conversación giró en torno al personaje, su vida y el feminismo.
"Cuando me dijeron que iba a tener mi propia película, pensé: ‘Oh, no, van a descubrir que no soy una buena actriz. ¿Cómo voy a filmar una película entera de alto presupuesto de Hollywood, donde interpreto al personaje del título?’ Es mucha presión. Me sentí como la niña que está parada en la base del Kilimanjaro y se pregunta cómo lo va a escalar. Pero tuve suerte porque [la directora] Patty Jenkins me acompañó, tuvo una gran visión y me guio día a día, literalmente llevándome de la mano. Me comprometí con el personaje y lo amé. Quise demostrar que lo podía hacer y que merecía tener su historia. Hicimos la película y fue muy bien recibida. No lo podía creer; fue sorprendente ese sentimiento. Ahora, volviendo para otra película, ya no me siento como esa niña que mira la montaña. Sé lo duro que va a hacer, lo que va a demandar, sé lo que implica el proceso. Pero ahora estoy en una posición más comprometida, sé más sobre la historia y el personaje. ¿Cómo la vamos a contar? Como soy productora, estoy involucrada en otras maneras que me hicieron sentir mejor. La segunda, en cierto modo, sabía en lo que me metía, fue más sencilla desde un punto de vista mental".
Mujer Maravilla 84 es la secuela del éxito de 2017, que como bien apunta Gadot, la tuvo como protagonista y además fue la primera película de una superheroína como personaje principal desde Elektra, en 2005, con Jennifer Garner. El personaje tuvo su famosa serie de televisión entre 1975 y 1979, con Lynda Carter como Diana Prince, y diversas adaptaciones a dibujos animados, pero hasta llegar a Gal Gadot nunca estuvo en la pantalla grande.
La Mujer Maravilla fue creada en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, por el psicólogo norteamericano William Marston, quien además fue el inventor del polígrafo, el detector de mentiras. Marston era poliamoroso y convivía con su esposa, Elizabeth, su amante Olive Byrne (una exalumna) y cuatro hijos (dos de cada mujer). Marston sostenía que las mujeres no eran iguales al hombre, sino superiores. "La Mujer Maravilla es propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujer que debería gobernar al mundo", afirmaba Marston.
Cuando Gadot terminó el secundario y antes de entrar en el servicio militar obligatorio que duraría dos años, se inscribió como participante para competir en Miss Israel. Y ganó. En 2004, a los 18 años, fue a Ecuador a participar en Miss Universo, pero ni llegó al top 20. De vuelta a Israel para el servicio militar, Gadot fue asignada más tarde como entrenadora de instrucción y en 2007 fue parte de una sesión fotográfica para la revista Maxim en la nota "Mujeres del Ejército Israelí". Mientras servía en el ejército, conoció a Yaron Varsano, un empresario de la construcción y en 2008 se casaron mientras ella estaba decidida a no vivir de modelo, sino comenzar una carrera en la universidad estudiando Derecho. Al día de hoy, Gadot y Varsano siguen casados con dos hijas. En 2015 vendieron el hotel de su propiedad, The Varsano Hotel en Tel Aviv, por 25 millones de dólares al magnate ruso Roman Abramovich, dueño del equipo de fútbol Chelsea.
A Gadot, la academia le duró poco; un año, exactamente. A partir de las fotos de Maxim, un encargado de casting la contactó para que se probara en el nuevo film de Bond, Quantum of Solace con Daniel Craig. Gadot no quedó (el rol fue para la ucraniana Olga Kurylenko), pero ese casting le abrió el acceso a otra película: Rápidos y furiosos de 2009, la cuarta parte de la franquicia aún vigente. Su pasó previo por el ejército fue clave para que le dieran el personaje de Gisele, que aparece en dos películas más de la saga. De ahí, directo a Hollywood y la posibilidad de ser la Mujer Maravilla. Gadot se convirtió en un epítome feminista por su personaje y porque además adhiere al movimiento. Desde el comienzo ha ido apoyando a las mujeres a través de las posibilidades que le da ser una celebridad reconocida en todo el mundo.
Ecos de un gran personaje
La primera película de Mujer Maravilla transcurría durante la Primera Guerra Mundial. Ahora, en su secuela, la acción se traslada a 1984. ¿Por qué? "Quería que ella esté en la cima de su poder –cuenta la directora Patty Jenkins en otra charla privada–. Es una historia que el mundo me obliga a contar. Es intrínseco a nuestra época, pero quería relatarla a través de la metáfora y la yuxtaposición antes que literalmente. Los ochenta fueron la cúspide de la civilización occidental que nos llevó a donde estamos ahora. Era el colmo de la felicidad, lo que nos iba a hacer recordar lo grandioso que era todo. Es una buena década para hablar de la actual, sin hablar de la actual".
Es inevitable vincular el estreno de Mujer Maravilla con el auge de los movimientos feministas. "Hay una historia que me impactó y la cuento siempre –continúa Gadot–. Una vez, una señora me dijo que llevó a su hijo a ver Mujer Maravilla. A su hijo. Siempre hablamos de empoderar mujeres, pero somos el 50 por ciento del mundo. No se puede empoderar un lado sin traer al otro al nuestro".
-Hay un montón de películas hechas por mujeres, pero después ves las nominaciones al Oscar y es como un paso atrás.
-Sí, eso es muy decepcionante.
-¿Dónde creés que estamos al respecto?
-No en el lugar correcto. Hace tiempo tenemos talentos femeninos sobresalientes. Cuando tenés directoras como Patty Jenkins, Ava DuVernay, Greta Gerwig, Alma Har’el, brillantes y visionarias, que prueban que llevan gente al cine, el hecho de que no se las reconozca apesta y es una decepción. Espero que eso cambie pronto.
Para que eso cambie, Gadot con su esposo formaron en octubre de 2019 una productora llamada Pilot Wave, dedicada a desarrollar proyectos para televisión y cine. Gadot va a protagonizar una serie para Apple TV sobre Hedy Lamarr, la estrella de Hollywood de los treinta y los cuarenta e inventora para el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial de diversas formas de comunicación de ondas, antepasadas del Bluetooth y del wi-fi. Pilot Wave también va a producir una película sobre Irena Sendler, una integrante de la resistencia polaca en Varsovia durante la ocupación nazi.
-Te erigiste como una de las puntas de lanzas del feminismo porque Mujer Maravilla llegó con la era del #MeToo en Estados Undos. ¿Cuál es el estado de eso tres años después?
-Creo que el feminismo progresó. Ahora las mujeres podemos hacer distintas cosas: tener carreras, ser madres, lo que querramos. Pero queda mucho camino a recorrer. No tenemos igual paga ni oportunidades. Pero empezamos a ver más películas protagonizadas o dirigidas por mujeres. En esta industria avanza, pero requiere de tiempo, sí.
-Es interesante porque la civilización occidental se mueve hacia adelante pero los gobiernos van hacia la derecha: aquí, en Europa, América Latina. Es como una reacción a los progresos que se están desarrollando.
-¿Cómo creés que afectan a las mujeres?
-Porque los gobiernos de derecha no quieren igualdad de oportunidades para las mujeres.
-No sé la agenda de todos los de derecha en el mundo. Pero creo que el mundo se oscureció y se volvió más nacionalista. Es importante que recordemos cómo podemos ayudarnos y ser buenos entre nosotros. Es como tratamos a la Madre Tierra y a los demás. Debemos ser más considerados sobre cómo hacemos las cosas. No soy política, pero lo que está pasando es muy triste.
Mujer Maravilla 84 comienza con Diana Prince tabajando en el Museo Smithsonian en Washington como arqueóloga, viviendo sola con el recuerdo de su único amor, Steve Trevor (Chris Pine), muerto en la película anterior, hace ya sesenta años en la ficción). Al museo llegan dos nuevos personajes, Max Lord (Pedro Pascal) un magnate del petróleo, de saco con hombreras y sonrisa de chanta, quien ofrece una donación al departamento y Barbara Minerva (Kristen Wiig), una científica torpe y tímida, quien inmediatamente queda prendida del magnetismo y carisma de Diana. Y también llega al museo un objeto extraño, que es el que va a desatar una andanada de catástrofes. Para los conocedores del cómic, Barbara Minerva es Cheetah, la archienemiga de la Mujer Maravilla, una villana con poderes sobrenaturales también creada por Marston, como la contracara de la heroína.
El encontronazo con Cheetah es inevitable y para eso Patty Jenkins llevó a Gadot y Wiig a ver un show del Cirque Du Solei. "En muchas películas de superhéroes, cuando la mujer pelea solo sabe pelear como hombre, porque las mujeres generalmente no pelean –describe la actriz–. El Cirque nos inspiró para armar nuestras coreografías y usar cables. Estuvimos meses entrenando colgadas para que al momento de filmar nos moviéramos como acróbatas". "En la primera película descubrí que, si bien tengo gente muy talentosa trabajando conmigo, las peleas eran muy masculinas –agrega Jenkins–. Me he enojado con gente y me dieron ganas de pegarle, pero nunca de darles un cabezazo. Las mujeres pelean de manera distinta. Así que en la primera película me interesó cómo pelearían las amazonas: no les interesa dominar a otro, sino noquearlo. Era divertido de descubrir porque las mujeres somos distintas".
En 2017, se estrenó La Liga de la Justicia, cuyas últimas semanas no las terminó Zack Snyder, el director original, sino Joss Whedon. Snyder decidió alejarse por el suicidio de una de sus hijas y Warner Bros. lo llamó a Whedon, el director de las dos primeras Avengers de Marvel, para que terminara el film. Cuando se pudo ver en cines, no causó demasiado impacto. Se notaba que el producto final era una mezcla tomas inconexas y la intención original estaba perdida. En las rondas de prensa, a Gadot y el resto del elenco no se los notaba muy entusiasmados. Con el paso del tiempo un movimiento de fans en internet comenzó a pedir que Warner estrenara la visión original de Snyder. El pedido fue creciendo hasta que en 2020 el estudio anunció que La Liga de la Justicia de Zack Snyder se va a estrenar en la plataforma HBO Max a mediados de 2021 y que va a durar cuatro horas. Para eso se filmaron escenas adicionales, con un costo de setenta millones de dólares.
Pero el movimiento pro Snyder logró solo eso, sino que comenzaron a destaparse internas entre principalmente Whedon y Fisher, quien en Twitter le dijo de todo menos lindo al director, acusándolo de racista y de sostener un "ambiente tóxico". Al comienzo era solo el actor de Cyborg, pero de a poco se fueron sumando otras voces, como el de Momoa. A su vez, una periodista contó que Gadot se rehusó a filmar una escena donde Flash terminaba encima de ella. Al día de hoy, WarnerMedia (el nuevo nombre del conglomerado multimedia) está desarrollando una investigación interna sobre los dichos de Ray Fisher y las semanas en la que estuvo Whedon.
Gadot también tuvo sus problemas con Mujer Maravilla. O, básicamente, la película tuvo conflictos por declaraciones de la actriz, quien suele manifestarse desde sus cuentas de Twitter (@GalGadot) y Facebook. En esta última red social había publicado, en 2014, un apoyo a los soldados isralíes «que arriesgan sus vidas defendiendo mi país ante los terribles actos que Hamás está llevando a cabo. Se esconden como cobardes detrás de las mujeres y los niños...¡Venceremos!», escribió. En 2017, fueron varias las prohibiciones de la película en países árabes a raíz de su participación, entre ellos Túnez, Argelia y Líbano. El boicot en Beirut tuvo efecto apenas unas horas antes del estreno. "No solo se trata de una actriz israelí –dijeron desde la ONG Campaña de Boicot contra el Apoyo a Israel–, sino de una soldado que ha servido en las filas del Ejército israelí y de alguien que en su página de Facebook apoya públicamente los ataques a la Franja de Gaza". Esta situación no movió la aguja de la recaudación mundial, que superó los 820 millones de dólares. Para la gran mayoría, el traje de heroína le calzó de maravillas.