Fue asistente de Diego Maradona durante 14 años. Dice que no fue al entierro “para no agarrar a las trompadas a más de uno” y asegura que El Diez tenía amigos que lo querían de verdad “pero también estaban en estado de adicción”
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Gabriel Buono (52) es, sin lugar a dudas, una de las personas que más conoció a Diego Armando Maradona. Este porteño, cultor de un perfil extremadamente bajo, trabajó junto al genio del fútbol durante 14 años, desde 1998 hasta 2012, y forjó una amistad que lo marcó a fuego sobre la cual se explaya profundamente en este mano a mano con La Nación, a horas del que hubiera sido el cumpleaños 61 de unas las estrellas más importantes de la historia del deporte.
-¿Cómo conociste a Maradona?
-En el año 91, estaba cerca de Miguel Brindisi, hacía gestoría de cédulas y pasaportes a jugadores de fútbol, y me fui haciendo parte de ese universo. Después de atender a muchos, un día me toca hacerle el pasaporte a Diego.
-Tu ídolo …
-No, Diego no era mi ídolo en esa época. Mi ídolo futbolístico fue el “Loco Gatti”. Yo iba a la cancha de Boca a ver a Gatti.
-¿Y entonces?
-Guillermo Coppola, a quien yo ya conocía, me dice: “Che, Gabi, hay que renovarle el pasaporte a Diego”. Y Diego, recuerdo, estaba con una sanción por doping. Llega el día y aparece con una barba de bajón, de angustiado… no era una barba que le gustara. Ese día lo conocí, pero arranco a trabajar con Maradona en el 98, fuera del fútbol, con un Diego que estaba muy complicado económicamente y con un tema de adicción complicado también, en donde todo eso no lo dejaba generar todo lo que él necesitaba para mantener la estructura que tenía.
-¿Cuál era específicamente tu función con Maradona?
-Al principio era asistente, porque Guillermo era el manager. Yo era segunda línea. Venía Coppola, después Quique Torres, un hombre que falleció hace poco por esta pandemia, y atrás yo. A fines del 2003 Guille decide irse y me quedo yo solo con Diego hasta 2012, cuando se corta la relación.
-¿Por qué se corta la relación entre ustedes?
-Diego no la corta: me la cortó la gente que estaba alrededor de él. A esa altura, lo administrativo lo manejaba Claudia Villafañe. Me sacaron del equipo de trabajo y, además, me cortaron todo tipo de comunicación con él. Diego se va a Dubai un 3 de agosto de 2012, y recuerdo bien ese día no por el viaje, sino porque cumplía años Doña Tota y yo decía: ‘”¡Justo se va el día de cumple de Tota, a quien Diego adoraba!”. Y bueno, después sale Claudia y entra esta gente que estuvo hasta lo último, por desgracia, y ellos siguieron con la postura de no permitirme arrimarme a Diego. Sin embargo, cuando yo conseguía los números de teléfono de Diego lo llamaba y teníamos charlas, pero ni bien ellos se enteraban le volvían a cambiar los teléfonos… y así sucesivamente.
-¿Hablabas con él sobre las adicciones?
-Sí. A él la faltó decir más claro “la droga no”. Hacé deportes, creé en alguien, tené fe... Diego creía en Dios. Sí, era creyente. Tenía una forma distinta de manifestarse, decía que hablaba “con el de arriba”, “el barba”... Sin dudas era creyente. Una vez, en el haras de General Rodriguez, Diego estaba muy mal y me pidió que lo llamara al pastor Giménez. Era el 19 de abril del 2004. Yo le había dicho que Héctor le mandaba saludos. Lo llevé escondido en una camioneta para que no crear revuelo con la prensa.
-¿Cómo fue ese encuentro?
-Milagroso, porque hicimos una oración. Diego, Alfredo Cahe, el pastor y yo, estábamos los cuatro en la habitación, solos. Ahí el pastor le preguntó “¿Qué sueños tenés?”, y Diego le contestó “¡Qué sueños voy a tener, pastor, mirá como estoy!”. Diego, realmente estaba muy mal. Y el pastor le retrucó: “Pero algún sueño debés tener”. Diego respondió, “sí”. “Entonces vamos a orar por ese sueño -insistió Giménez-. pero si vos tenés fe, las cosas van a ocurrir”. Finalmente, Die (NdeR: de ese modo Buono se refiere a Maradona) se sinceró y le dijo “yo quiero ser técnico de Boca o de la Selección”. Esto sucedió en el 2004. Y fíjate que a los cuatro años se convirtió en el DT de la Selección. Ojo que esa gestión la hago yo solo con Julio Grondona. Después de esa charla con el pastor Giménez, Diego empieza a reestablecerse y deja las adicciones con mucho esfuerzo. Allí hubo algo místico sin dudas, empezando por las cadenas de oración que hacía la gente. No tengo dudas de eso.
-¿Llegó Maradona a recuperarse ciento por ciento de su adicción a las drogas?
-Al cien por cien. Y todos los 19 de abril que lograba hablar con él yo le decía “hoy hace tantos años que dejaste de consumir”.
-¿Cómo fueron los entornos con los que convivió Diego, empezando por Coppola?
-Bueno, fue el entorno que me tocó vivir a mí… Era gente que estaba a su alrededor en su misma situación de enfermedad pero que no tenían maldad. Eran adictos. Una época difícil porque se trabajaba poco y era muy difícil conseguir laburo por la imagen que daba Diego.
-Más adelante llega Matías Morla …
-Para mí fue lo peor que le pasó a Diego. Creo que ni Víctor Stinfale se dio cuenta de lo que le estaba poniendo al lado a Diego, porque Víctor era un tipo muy inteligente.
-¿Cuál es tu opinión sobre Matías Morla?
-Es el responsable de la muerte de Diego.
-¿Sos así de determinante?
-Sí, es el responsable, sin dudas. Nosotros, a la fuerza, lo internamos dos veces, una con ayuda de la familia, de los hermanos, y la segunda, también con la ayuda de los hermanos y de Verónica Ojeda. Y él no hizo nada.
-Alguna vez dijiste que Morla priorizó los contratos por sobre la salud de Diego.
-Sin ninguna duda. Y ya Diego no necesitaba plata. Diego no necesitaba ir en las condiciones en que lo llevaron el día de su cumpleaños a la cancha de Gimnasia, en donde siquiera Gabriel Pellegrino, el presidente de Gimnasia avalaba eso. Pocos saben que Pellegrino no lo dejó entrar a Diego a varios entrenamientos porque Diego estaba mal, no lo dejaba entrar al predio si Diego estaba mal.
-¿Creés que Diego tuvo amigos de verdad o la gran mayoría fueron “los amigos del campeón”?
-Tuvo amigos … tuvo amigos y fueron aquellos que no buscaron a Maradona para hacer un negocio. Y tuvo muchos amigos en adicción que no estaban por la guita, y lo acompañaron cuando Diego no tenía un sope. Diego termina vendiendo su Porsche, su Ferrari y lo único que le pide a Guille fue que no le venda el camión Scania. Sin dudas, su gran amigo fue Coppola. También Leo Sucar, Omar Suarez, Mariano Israelit, quienes estuvieron en la mala, porque en las buenas están todos.
-¿Qué fue lo más loco que te tocó vivir junto a Diego durante su período de adicción?
-Escucharlo a Diego que me diga que la droga era su medicina. Durísimo para cualquiera y más para mí, que siquiera tomo alcohol ni consumí nada, mucho más aún. Escucharlo decir una cosa así te lleva a pensar que estaba totalmente loco. Así fue como una noche lo llamé a Lalo y le dije ‘si a Diego no lo internamos se va a morir’.
-Hablemos de la familia: empecemos por Claudia.
-Claudia se ocupó mucho de sus hijas y con Diego hizo lo que podía, hasta que se cansó. Diego estaba en adicción y ella debía preservar a sus hijas.
-Dalma y Gianinna …
-Es muy difícil ser las hijas de Diego, los hijos de Diego. Es muy feo escuchar que hablen mal de tu papá. ¿Quién de nosotros no comete errores en la vida? Pero éste era Maradona y se la cobraban distinto. Ser infiel está mal, robar está mal, evadir impuestos está mal… ¡Ah, no, pero lo que Maradona hizo no tiene nombre! Lo que Maradona hizo para la ley de Dios está mal igual. Ellas van a extrañar a su papá eternamente de otra manera porque acá se lo nombran siempre. Y todos los días, y es uno de los ídolos más grande de todo el mundo.
-¿Y las hermanas?
-Las hermanas siempre estuvieron al lado de él mientras Diego las dejaba. Ellas lo disfrutaron mucho cuando él volvió a la casa de Tota y estaba todos los días con ellos.
-¿Tenía una hermana preferida?
-Y… capaz sea Lili, porque era la que estaba siempre con él, la que le cocinaba, pero con todas se llevaba bien.
-¿Los hermanos? ¿Lalo y el Turco?
-El Turco se fue a vivir al exterior, y era el que más se peleaba con Diego, por lo que contaba él. Y Lalo, un tipo divino, que cuando lo internamos estuvo rápido en el Juzgado de Morón para firmar la internación forzosa. Se la jugó y Diego se enojó mucho, como todo adicto cuando lo guardan, y después cuando se recuperó le agradeció lo que hizo por él.
-¿Vos fuiste contemporáneo de qué parejas de Diego?
-De Laura Cibilla, con la cual tuvo una relación muy enferma, porque los dos estaban en adicción.
-Más tarde, Diego, tras ser pareja de Verónica Ojeda, conoce a Rocío Oliva, y de quien se dice que estuvo muy enamorado: ¿Sos de aquellos que sostienen que, en parte, Diego se murió de amor?
-No, ni en pedo. Para mí no estaba enamorado de Oliva, sino obsesionado.
-¿Quién dirías que fue el gran amor de su vida?
-Sus hijas, sus hijos. Son los que estuvieron arriba de todo y de todos. Si te tuviera que decir quien fue el gran amor de su vida te diría que fue Tota.
-Volvamos a la última etapa. Otro personaje controvertido es el doctor Leopoldo Luque, ¿Qué grado de responsabilidad creés que tuvo en la muerte?
-Luque se asesoraba sobre que pasaría si se moría Diego. ¿Por qué no se preocupó en internarlo en vez de ver cómo iba quedar parado si se moría? ¿No le ofreció a Morla internarlo? Y si lo hizo y no le dieron bola,¿por qué no se fue? Quizás lo compraron, le pusieron guita para que se quede…
-¿Imaginaste alguna vez un final tan triste como el que tuvo o sos de los que creían que siempre se iba a salvar?
-No, jamás lo imaginé. Cada día que pasa me arrepiento y digo yo tendría que haber hecho algo más, tendría que haber hecho algo más. ¡Me arrepiento tanto! ¡Me arrepiento tanto, pero tanto! Yo el 27 de noviembre dije “a Diego lo mataron” y lo voy a seguir sosteniendo. Lo mataron con la desidia, con el abandono. Con cariño Diego hubiera vivido tranquilamente hasta los 75 años o más. Pero no les interesaba la felicidad de Diego, a ellos le interesa la guita. Fueron vivos para dibujar la guita pero no parar darse cuenta que si se llegaba a morir en que situación iban a quedar todos ellos.
-¿Dónde estabas cuando murió Diego? ¿Cómo te enteraste de su muerte?
-En mi casa. No lo podía creer. Es el día de hoy que no puedo creer que Diego falleció. Y siento muchísima impotencia sabiendo que esto se pudiera haber evitado.
-¿Vos creés que Diego tiene más hijos que aún no fueron reconocidos?
-No, para mí no. Es una estrategia de mugre, para ensuciar, y esas cosas se pagan. Morla siempre quiso ensuciar y lo hacía en eventos distintos, cuando se casó Dalma, cuando tuvo su hija, él se paseaba por los canales hablando boludeces, y no pudo comprobar nada. En Cuba, tampoco. Yo viajé a comprobar eso especialmente, con el aval de Diego que estaba internado en Parque Leloir. Yo viajo especialmente para hacer dos gestiones: ver el hospital en donde se iba a internar Diego, que era el hospital Censam Marine, que era un hospital militar, y también hago la gestión de comprobar que su expareja de aquella época, Adonay Frutos, no estaba embarazada.
-Por estos días, casualmente, se estrena en Netflix la serie biográfica de Diego: ¿Qué reflexión te merece?
-No la vi aún. Ojalá que se cuente la verdad. Y creo que ninguno de los que realmente queríamos a Diego vamos a estar allí, porque eso está manejado por Morla. ¿Cómo sabés si Diego estaba bien cuando firmó los derechos, si lo tenían todo el día recontra dopado? ¿Cómo sabés si estaba en su sano juicio? ¿Cómo saber si las firmas son reales? Es muy sucio lo que está por detrás de todo esto. Quisiera saber cuánta verdad van a decir.
-Hace poco surgió una grave denuncia de Mavys Alvarez hacia Diego y su entorno, donde los acusa de corrupción y abuso de una menor, justamente en los años que vos estabas con él. ¿Qué podés decir al respecto?
-Es una tristeza total. La vi una sola vez en mi vida y me tocó verla cuando ya no era pareja de Diego, en 2004, cuando él estaba haciendo la segunda rehabilitación, la más seria, y ella vino a saludarlo a Diego. Estuvieron una hora hablando y ahí fue donde la vi. No la vi nunca antes. Es un tema muy delicado. Hay que tomar con mucha seriedad lo que dijo ella para que pueda servir a futuro. Yo no vi nada, simplemente porque no estuve en ninguna de esas situaciones que relata.
-Hoy Diego hubiera cumplido 61 años …
-Siento una impotencia total por no haber podido hacer algo más. Lo que hice no alcanzó. Y me hubiera gustado que el gran mensaje de Diego hubiese trascendido más, ese que dijo: “Sabés que jugador hubiera sido yo si no me hubiese drogado”. Ese fue el mejor mensaje, el que los pibes tienen que tomar. Y me hubiera gustado que su testimonio hubiese sido más recalcado y sirviera para sacar a muchos chicos de la droga.
-¿Fuiste al velorio?
-No.
-¿Te arrepentís?
-No, porque si iba me hubiese agarrado a trompadas con más de uno.
-¿En serio?
- Sí, sí, si.
-¿Con quién?
- Eso me lo guardo. Soy un tipo recontra creyente. Me gusta vivir en paz, pero tengo sangre en las venas y a veces el temperamento te juega en contra, como hubiese sucedido en este caso, y no me gustan las injusticias. Por esto, no me arrepiento de no haber ido al velatorio.
-¿Cómo te hubiera gustado despedirte de Diego?
-Nunca me hubiese despedido de Diego, nunca. Y me hubiese encantado que el día que le tocase fuera por vejez y no por una irresponsabilidad…
-Si tuvieras la chance de escribir su lápida, ¿qué pondrías?
-El título que él se autocolocó: “El Diego de la gente”. Y, también, “sembró de gloria este suelo”.
-La última: ¿creés que Diego descansa en paz?
-Ya sí. A él le costó encontrar la paz. Sí, Diego está en paz, Dios lo recibió, porque él nunca tuvo maldad. Se equivocó como nos equivocamos todos. Le dio mucha alegría a la gente, algo que no todos tienen esa chance, la de darle alegría a la gente, y eso, yo creo que eso en el cielo se valora.
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