Furor por cazar viajeros que trabajen a distancia
Como legado de la pandemia, los nómadas digitales cobran protagonismo y ayudan a reactivar economías en crisis
LA NACION
“Queridos nómadas digitales, si están buscando un lugar lejos de casa, hagan de Croacia su nueva oficina. Pueden quedarse viviendo y trabajando hasta 12 meses. Contamos con excelente internet, se habla inglés ampliamente, tenemos un clima moderado y gente amigable y hospitalaria”. Como un aviso publicitario, se puede leer esta cordial invitación en el sitio web oficial de la oficina de turismo croata.
Croacia es uno de los tantos países del mundo que salió en busca de estos viajeros, que suelen ser profesionales, trabajadores independientes o emprendedores, generalmente relacionados con el mundo tecnológico. ¿Qué es un nómada digital? La persona que, por medio de internet, puede desarrollar su trabajo de manera remota, establece su oficina en cualquier lugar y elige pasar temporadas en diferentes países, un sutil viajero en permanente movimiento, aunque con pausas prolongadas en cada destino, un estilo de vida que crece.
Para ser un nómada digital hay que cumplir determinados requisitos, pero el fundamental es tener un trabajo estable, un ingreso mensual demostrable generado afuera del país que se elige para quedarse por un tiempo y es necesario tramitar una visa que acredite esta situación.
No se va en busca de buscar trabajo, sino de la experiencia de vivir en una cultura diferente. Eso es justamente lo que lo vuelve muy atractivo para los países receptores, una gran oportunidad para que ingresen divisas y remontar economías en crisis. Los nómades digitales gastan incluso más que los viajeros tradicionales. Tienen que alquilar un departamento, generan gastos en comida, otros consumos, hacen actividades de esparcimiento, viven la ciudad que eligieron y en la que estarán por un tiempo largo, que puede llegar hasta el año.
No se va en busca de buscar trabajo, sino de la experiencia de vivir en una cultura diferente. Eso es justamente lo que lo vuelve muy atractivo para los países receptores, una gran oportunidad para que ingresen divisas
“En Croacia el programa fue introducido a principios de año y además se estableció la Asociación de Nómadas Digitales de Croacia con nuevas leyes que contemplan esta categoría. La idea principal es atraer a tantas personas como sea posible, que a través de sus gastos contribuirán al presupuesto de Croacia”, explica Maja Steović, asesora de la embajada de Croacia en Buenos Aires. Además, confirma que recibieron unas cuantas consultas de argentinos interesados en radicarse por un tiempo en Croacia.
Los nómadas digitales se expanden a paso firme en el mundo, favorecidos por el crecimiento del trabajo a distancia que deja como legado la pandemia. En los últimos años aumentaron más del 50% en Estados Unidos: pasaron de casi 5 millones en 2018 a más de 10 millones en 2020, según un estudio de MBO Partners. El 40% gana más de 75.000 dólares al año.
En el último año Georgia, pequeño país que perteneció a la Unión Soviética, picó en punta de manera inesperada con su programa “Remotamente desde Georgia”, para nómadas digitales y su bajo costo de vida comparado con otros países. Ante la falta de turistas por el parate que provocó el Covid-19, encontraron en los trabajadores remotos una fuente de ingresos: solo aceptan a aquellos que puedan demostrar un ingreso como mínimo de 2000 dólares mensuales para vivir por un año.
En España una ONG creó la Red Nacional de Pueblos Acogedores, que nuclea a poco más de 30 pequeños pueblos, la mayoría desconocidos, que invitan a teletrabajar. Son pueblos en zonas rurales prácticamente deshabitados que buscan sangre joven para que, por un tiempo, pueblen sus desoladas calles.
El plan de Buenos Aires
Buenos Aires está en plena campaña para atraer trabajadores remotos con la creación del programa Nómades Digitales BA. Las autoridades se plantearon el desafío de lograr que arriben 12.000 viajeros con esta modalidad en 2022 y que lleguen 22.000 en 2023, que podrían dejar un gasto cercano a los 150 millones de dólares. Antes de la pandemia, en 2019, llegaron ceca de 8000 trabajadores remotos para vivir en Buenos Aires de manera temporal, principalmente de Estados Unidos y Europa, beneficiados por las sucesivas devaluaciones del peso, que hacen de la capital argentina un destino económico.
Hasta ahora, se pueden quedar 3 meses con visa de turista y pueden renovar por otros 3 meses más, pero según informaron desde el Gobierno de la Ciudad, están trabajando con Nación para lograr visas especiales que habiliten estadas de hasta un año.
“Buenos Aires es una capital atractiva para nómadas digitales por la calidad de vida que ofrece, su oferta cultural y su diversidad. Esta es una de las estrategias para reactivar la economía”, explica Fernando Straface, Secretario General y de Relaciones Internacionales del GCBA. El 65% de los viajeros que llegan a Buenos Aires para trabajar a distancia tiene entre 20 y 34 años y un nivel de gastos promedio de más de US$6300 por estada, 56% más que el turismo internacional. Nada despreciable, por cierto.
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