Hice mi primera clase de functional, y esto fue lo que aprendí
Así como en otros ámbitos, en el mundo del fitness también existen tendencias y tipos de programaciones que se popularizan. En este contexto es que el Functional Training (entrenamiento funcional) logra cada vez más adeptos, al punto en que se convirtió en una de las opciones con mayor popularidad entre los argentinos.
Conociendo el escenario, e invitados por Reebok, nos animamos y nos sumamos a una clase para poder conocer desde adentro de qué se trata este entrenamiento.
Cómo son las clases
Investigando me enteré que el Functional Training tiene su origen en los 90 y, como tantos otros métodos, su nacimiento está íntimamente relacionado con la rehabilitación. En cuanto a su filosofía, se trata de un concepto de fitness que tiene una conexión directa con la funcionalidad de los movimientos. De hecho, su máximo objetivo se centra en mejorar la capacidad funcional de las actividades individuales.
Cuando le pregunté al coach sobre la clase, lo primero que me dijo fue que se dividen en tres momentos (warm up, functional y elongación) y que era fundamental que hiciera a consciencia cada uno de los ejercicios, así como que me concentrara más en la constancia de los movimientos que en la velocidad.
- Warm up. Con ejercicios muy simples, el principal objetivo fue aumentar la temperatura corporal. Casi como si estuviésemos bailando, el profesor nos guió en la ejecución de movimientos circulares en la zona alta del cuerpo (brazos y hombros) así como en la inferior (piernas y cadera) y lo combinó con pequeños saltos que empezaron a subir el ritmo cardíaco. Esta parte no presentó ninguna dificultad y, de hecho, está pensada para entrar en ambiente y divertirse un poco.
- Functional. Estructurando la rutina en ejercicios secuenciales (en donde, por tiempos, se combinan momentos de fuerza y de descanso), el esfuerzo y la dificultad fueron en aumento. La principal idea fue trabajar todas las partes del cuerpo y por esto esas secuencias combinaron ejercicios como diferentes tipos de abdominales, burpees, bicicletas, sentadillas, lagartijas y saltos.En este caso particular, después de la clase de functional, corrimos cerca de tres kilómetros en donde los coach nos acompañaron y aconsejaron tanto en el ritmo como en la forma de respirar.
- Elongación. Con un ritmo de música mucho más tranquilo y siguiendo con la estructura de la parte anterior, esta última instancia se concentró en bajar el ritmo cardíaco, recuperar energía y estirar todas las partes del cuerpo que se trabajaron durante la clase. Movimientos constantes y lentos, estiramientos y relajación, la respiración también tiene que acompañarnos en cada uno de los ejercicios.
Qué aprendí y qué tenés que tener en cuenta a la hora de arrancar Functional
- El profesor cumple un rol central. Como en la mayoría de las rutinas que se estructuran bajo el formato de "clase", la onda del coach es un elemento motivacional súper importante. Me dí cuenta que no solo era crucial la forma de explicar los ejercicios (mostrando cómo se hacen, recordando a qué prestarle atención y dando alternativas a quienes no estábamos tan cancheros), sino también la energía que compartía. Tanto el "No aflojen", el "Muy cómo lo están haciendo" así como que venga a corregir para enseñarte a hacer el ejercicio correctamente, de verdad fue importante para tener ganas de seguir y esforzarme.
- El outfit correcto es crucial. Durante esta clase puse a prueba las Reebok FloatRide Energy, una zapatilla muy versátil y liviana, con un agarre que me dio mucha seguridad durante las rutinas. Es que, no tener que estar preocupándome por si la zapatilla me quedaba cómoda o si me resbalaba durante un movimiento, me permitió estar atenta al ejercicio y dónde tener que hacer fuerza. En definitiva, tanto durante el entrenamiento funcional como durante los 3 kilómetros que corrimos y el cierre de la actividad, este calzado me resultó muy cómodo y acompañó en cada instancia.
Las nuevas Reebok Forever Floatride Energy se caracterizan por su suela de espuma Floatride Energy, una innovadora plataforma de TPU que se encuentra en la entresuela del calzado y su ligera capellana de malla. Esta combinación brinda el balance perfecto entre amortiguación, respuesta y flexibilidad. Si quieren saber más sobre este lanzamiento, pueden ingresar en
- Es importante prestar atención a los movimientos que hacemos. La dificultad de los ejercicios va cambiando de acuerdo a las secuencias y pueden variar de acuerdo a nuestra experiencia previa. Yo desconocía muchos de los movimientos que contenía la rutina diseñada por el coach y ahí, prestarme atención, trabajar la coordinación, conocer mis límites y superar la barrera mental, fueron las claves para disfrutar de una clase que es exigente pero también muy satisfactoria.
- Comprender el valor de la respiración. Como ex-alumna de Yoga y Pilates, sabía la importancia que tiene la respiración a la hora de hacer cualquier actividad física. Pero con un entrenamiento que pone particular foco en lo cardiovascular, el desafío fue mayor y preocuparme por cómo inhalar y exhalar, en combinación con momentos de esfuerzo y fuerza, marcó la diferencia.
- Ni el warm up ni la enlongación tiene que dejarse de lado. Muchas veces el "pre" y "post" de una clase, son los momentos a los que menos atención les damos y eso es un error gravísimo. En propuestas como las de functional el calentamiento de músculos y articulaciones tiene que ser a conciencia, así como estirar cada parte del cuerpo que se trabajó. Hacerlo bien significa que al otro día no vas a tener el cuerpo adolorido y hasta puede evitar el riesgo de una lesión.