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El alerta llegó a través de la redes sociales. Una potranca de tan solo un mes de vida, yacía en un basural de la localidad de Mariano Acosta, partido de Merlo, con una infección importante en una de sus patas. El animal se encontraba tan débil que no tenía fuerza para ponerse de pie. A su lado, estaba su mamá.
La familia, que dio el aviso de inmediato, las ingresó a su domicilio para ponerlas en resguardo. “Pero ese fue en realidad el principio del fin ya que, al presentarnos en el lugar, los dueños de la casa no quisieron entregarlas. La vida de la potranca, a la que bautizamos Helena, pendía de un hilo: no podía alimentarse, hervía de fiebre y no estaba recibiendo atención veterinaria”, explica Karen Lemos, voluntaria de Equus, una ONG que rescata y rehabilita caballos víctimas del maltrato.
“Temimos lo peor: la potranca estaba totalmente descompensada”
Durante dos días voluntarios de la ONG se hicieron presentes en comisaría reclamando que los escucharan. Mientras la potranca agonizaba. “La única esperanza que nos quedaba era la difusión del caso en las redes ya que en la comisaría nos decían que tenían asuntos más importantes que atender. Hicimos la denuncia como nos indicaron, pero fue por medio de la difusión en redes que pudimos hablar con el fiscal a cargo y de inmediato dispuso la entrega de ambas. Sin embargo y lamentablemente se las habían llevado del domicilio que nosotros habíamos visitado y ahora estaban a 20 kilómetros de ese lugar”.
Cuando el personal de turno de la comisaría de Mariano Acosta encontró a Helena y Bahiana, las ubicó en un patio trasero de la dependencia -de mala gana y sin agua ni abrigo- hasta que llegaron los voluntarios de Equus. Finalmente, luego de tres días Helena y su madre Bahiana llegaron al predio de la ONG. “Temimos lo peor: Helena estaba totalmente descompensada y su pata infestada por larvas complicaba aún más el panorama”.
Mientras la potranca luchaba por su vida, desde Equus pudieron saber que los animales tenían un responsable, que se habían escapado del campo donde vivían y que, en el camino, Helena se había lastimado la pata. El paso de los días sin los cuidados necesarios hizo que se formara una enorme “bichera”.
“Teníamos la esperanza de verla recuperarse”
“A Helena le dimos atención veterinaria desde que llegó a nuestro predio. El segundo día de medicación y de suero, cuando la fiebre empezó a bajar, la pusimos de pie. Helena se sostenía unos minutos y tomaba la leche de la madre, pero luego volvía a echarse. Fue devastador verla apagarse. Lo que hicimos no alcanzó. En cuestión de días y producto de una septicemia generalizada, la muerte se llevó su pequeño cuerpo. Bahiana estuvo con su cría en todo momento hasta que falleció. Se despidió de ella relinchando”, cuenta Karen entre lágrimas.
Y agrega: “Lamentablemente llegamos tarde. Esos días que se perdieron en la comisaría y mientras las buscaron fueron cruciales. Teníamos la esperanza de verla recuperarse pero su alma no soportó tanto abandono y desidia. Cuando una vida está en peligro, no hay tiempos, ni fiscales, ni comisarias que entiendan la urgencia. Helena es una más de todos los caballos que día a día son explotados y que esperan que alguien los vea”.
Un mes y medio después de aquel triste desenlace y todavía en pleno duelo, Bahiana vive en libertad junto a sus pares, forma parte de una manada y es respetada por todos los humanos que la rodean. Está en adopción, es una yegua sana que merece vivir en un campo siendo libre y valorada.
“En Equus recuperamos y damos en adopción a los caballos, es la única manera de poder seguir rescatando ya que el lugar físico no alcanza y las deudas cada día crecen más. El proceso de adopción lleva tiempo, se controla que el adoptante cumpla con los requisitos para poder recibir a un rescatado, se entrega un contrato de adopción y se realiza seguimiento de por vida”, detalla Karen Lemos.
“Todos los caballos que pasan por la ONG nos dejan una enseñanza. La triste y corta vida de Helena nos demostró que jamás debemos darnos por vencidos, que el momento de luchar por la vida de los otros animales es ahora. Desde nuestro lugar, vamos a hacer hasta lo imposible por devolverles la dignidad que en algún momento se les arrebató y nos vamos a asegurar de que tengan la vida digna que se merecen”.
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