Se trata de un lugar cargado de historias, que pasó de ser un centro de producción y diversión a convertirse en un enigma en ruinas; a pesar de un intento de venta en 2022, su futuro es incierto
4 minutos de lectura'

La provincia de Buenos Aires ofrece una gran variedad de propuestas para quienes buscan conocer nuevos lugares, desde actividades al aire libre hasta construcciones cargadas de historia. Entre ellas, hay una que logra captar la atención de cualquier persona que pase por la zona: el Castillo de Cañuelas. Ubicado entre la Ruta 3 y la Ruta 205, este edificio de cinco pisos, inspirado en los castillos medievales europeos, ocupa un terreno de casi 5000 metros cuadrados. Durante años fue símbolo de innovación y esplendor, pero con el tiempo cayó en el abandono. Aun así, su presencia imponente todavía despierta curiosidad y deja entrever las huellas de una época que marcó a la región.
A solo 55 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Cañuelas no solo es conocida por su industria láctea, sino también por historias que parecen extraídas de otro tiempo. Entre ellas, destaca la de su construcción más emblemática, un edificio que evoca los castillos medievales ingleses y que, a pesar del paso de los años, asombra con su historia.

Inaugurado en 1932, el castillo fue idea de Gustavo Eugenio Artaux, un empresario francés especializado en alimentos deshidratados. La edificación albergó la planta de la compañía Finaco, que alcanzó su apogeo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando exportaba leche, huevos y otros productos esenciales a Europa. En su mejor momento, la fábrica empleó a 400 trabajadores y procesaba cantidades extraordinarias de materia prima, lo que la llevó a ampliar con el tiempo su producción a dulce de leche, mate cocido, té en hebras, mermeladas y hasta productos medicinales naturales.
Un enigma en ruinas, cuya historia está marcada por la transformación y el abandono

El castillo de Cañuelas, cuya edificación remonta a 1932, fue encargado por Gustavo Eugenio Artaux, un empresario francés especializado en la elaboración de alimentos deshidratados. La construcción, de estilo industrial europeo, albergó la fábrica Finaco, dedicada a la producción de leche y huevo en polvo, además de otros productos como el dulce de leche Che-roga y el mate cocido Yerbalet. En su auge, la planta operaba a una capacidad impresionante, ya que procesaba 80.000 litros de leche y 80.000 docenas de huevos diarios, con un importante papel en la exportación durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, la historia de este castillo no está exenta de altibajos. A fines de la década del 50, el gobierno de Juan Domingo Perón expropió la fábrica y la transfirió a IMFASA, una empresa dedicada a la importación de películas fotográficas. A pesar de la intención de mantener el negocio activo bajo la presidencia de Arturo Frondizi, la compañía sufrió graves dificultades económicas y terminó en quiebra en 1965, lo que marcó el inicio del lento, pero inevitable, deterioro del edificio.

En 1986, el empresario Néstor Corsi adquirió el castillo con la intención de transformarlo en un espacio de exposiciones de autos clásicos y un parque de plantas tropicales; no obstante, el proyecto no prosperó por problemas familiares. En los 90 se convirtió en un tenedor libre, lo que lo convirtió en la parada más popular para quienes pasaban por la zona. Su última transformación fue en una bailanta, a cargo del empresario Ricardo Magallán; sin embargo, en la actualidad permanece deshabitado y olvidado.

Qué le depara al castillo
En 2022, la noticia de que la imponente edificación estaba en venta despertó expectativas sobre su posible recuperación. Sin embargo, el tiempo pasó sin avances concretos y el proyecto quedó en el aire. No fue hasta mediados de 2024 que resurgió una iniciativa con la esperanza de devolverle su esplendor, enfocándose en su preservación como un ícono arquitectónico y cultural de Cañuelas.
El plan busca que el castillo sea declarado patrimonio histórico, lo que permitiría iniciar las tareas de restauración. No obstante, hasta el momento no hubo avances significativos y, aunque la propiedad sigue en venta, parece que nadie está dispuesto a asumir el desafío de rescatar este símbolo de la identidad local y provincial.
Cómo llegar al Castillo de Cañuelas
Más allá de su estado de abandono, el Castillo de Cañuelas se convirtió en una parada obligatoria para quienes visitan la zona. Su arquitectura imponente, el misterio que lo rodea y su valor histórico lo transforman en un lugar que invita a detenerse, sacar fotos y dejar volar la imaginación. Es uno de esos sitios que, aunque ya no cumpla la función para la que fue pensado, despierta el interés por lo que representa y por la atmósfera única que lo rodea.
Otras noticias de Escapadas
A pocos km. Cinco destinos poco conocidos para disfrutar de aguas termales cerca de la Ciudad de Buenos Aires
El paseo que no falla. Buenos restaurantes, visitas imperdibles y otras perlitas a 70 km de la ciudad
Escapada. De Salamone a la cría del pejerrey, en uno de los destinos más buscados para un fin se semana
- 1
Quiso grabarse en el gimnasio y sucedió algo inesperado que la volvió viral
- 2
Cómo evitar el deterioro cognitivo y preservar la memoria en la tercera edad
- 3
Llegó por la carne y las mujeres hermosas, se fue a su país pero volvió a Argentina y cuenta por qué la elige: “Tiene mucho más sentido acá”
- 4
Efemérides del 31 de marzo: ¿qué pasó un día como hoy?
Últimas Noticias
“Estoy haciendo esto por ti”. El hombre que intentó asesinar a Ronald Reagan para impresionar a Jodie Foster
Trágico final. Ella fue sin ganas y él pidió su mano a los tres días: la historia de amor de Grace Kelly y Rainiero
Imparable. Tiene 90 años, fue campeona de gastronomía y reveló su secreto para “hacer de todo”
Ahora para comentar debés tener Acceso Digital.
Iniciar sesión o suscribite