"Solamente quería encontrar cariño y gente que me cuidara". Así, en una simple frase, Frédéric Bourdin resume el objetivo de su vida. Pero este francés de 46 años, de pelo oscuro y ojos marrones es único y tiene la increíble capacidad de hacerse pasar por otra persona. Ningún rasgo es un desafío para él. Ni la diferencia de edad ni las características físicas lograron persuadirlo. Llegó a utilizar gorras para ocultar su calvicie, hablar diferentes idiomas y depilarse la cara para parecer un adolescente de 15 años. Probablemente tener una contextura menuda fue un beneficio que le permitió incluso suplantar identidades de niños reportados como desaparecidos.
Frédéric es más conocido como "El camaleón" y sabía hacer su trabajo a la perfección. Él mismo admitió en una nota de la BBC haber cambiado su personalidad 500 veces, porque "necesitaba ser aceptado por alguna familia y ser amado".
Recién pasados sus 30 años pudo aceptar su real identidad. Vive en Francia, está casado y tiene cinco hijos. Incluso, hace unos meses grabó un video con un mensaje para el país: "Ustedes, los argentinos entienden mejor por qué hice lo que hice".
Una vida difícil
Frédéric fue criado por sus abuelos en un pueblo cerca de Nantes, en Francia y nunca conoció a su padre. Ya de pequeño inventaba que su padre era un agente secreto británico. Sin embargo, quienes lo conocieron aseguraron que era un niño cautivador y precoz que tenía la especialidad de que todos conectaran con él.
Viviendo en el pueblo, aseguró haber sido abusado,pero nunca se investigó el caso. El joven tenía actitudes cada vez más extrañas. Una vez se dibujó a sí mismo ahogándose. Con el transcurrir de los años, empezó a robar y a los 13 fue enviado a un centro de menores,donde solía fingir tener amnesia.
A los 16 años se escapó y comenzó a habitar nuevos personajes. Le dijo a un policía que era británico y estaba perdido, pero lo descubrieron y devolvieron al centro. En 1991 fue encontrado en una estación de tren y decía no saber de dónde venía. Fueron las primeras de muchas invenciones. A veces lo descubrían, a veces era él quien revelaba la verdad.
Al cumplir 18 se hizo pasar por un niño mudo y así continuó inventando ficciones y creando identidades. A mediados de la década del 90, Frédéric era conocido por la policía, tenía antecedentes y la Interpol tenía sus datos. Su estilo de vida llamó la atención de la prensa y fue invitado a programas donde reconocía crear identidades.
En una extenso perfil sobre El Camaleón publicado en The New Yorker, el hombre reveló cuál fue su secreto para lograr asumir nuevas identidades: "La clave es no mentir sobre todo".Para evitar una confusión, era necesario mantener todo lo más simple posible. "Un buen mentiroso usa la verdad", sostuvo.
En 1997, mientras vivía en un orfanato, las autoridades desconfiaron de su edad y lo instaron a que demostrara que era un adolescente. Frédéric temió y actuó rápido. Llamó a un centro estadounidense donde se reportaban niños desaparecidos, mintió diciendo que había aparecido un niño norteamericano y lo describió parecido a él. La mujer del otro lado de la línea dijo que podía tratarse Nicholas Barclay, quien había sido reportado como desaparecido en Texas hacía 3 años, cuando tenía 13 años.
Frédéric estaba dispuesto a dar su golpe maestro. En vez de inventar un nuevo disfraz, decidió robar la identidad de alguien real.
Al rato volvió a llamar al centro y aseveró: "Tengo buenas noticias. Nicholas Barclay está a mi lado". Nicholas era rubio, de ojos claros y tenía un tatuaje. Pero eso no se interpuso en su objetivo: El Camaleón se decoloró el pelo improvisó un tatuaje parecido al de Nicholas utilizando una aguja y tinta de lapicera.
La vida como Nicholas Barclay
El 13 de junio de 1994 Nicholas Barclay se había juntado con unos amigos para jugar al básquet, pero después de despedirse de ellos no se supo nada más de él. No volvió a su casa y fue reportado como desaparecido hasta que en 1997 la familia recibió un llamado en el que le decían que un joven decía ser Nicholas y que había logrado escapar de una red de prostitución infantil. El nuevo Nicholas contaba cómo lo había torturado y abusado y que incluso le habían inyectado químicos en sus ojos para cambiar el color.
Frédéric voló de Europa a Estados Unidos y el 18 de octubre de 1997 fue recibido con mucho cariño por la familia de Nicholas. Todos lo abrazaron y no dudaron ni de su color de ojos, del pelo teñido ni de su marcado acento francés. "Tu corazón toma el control y quieres creer", dijo la hermana de Nicholas tras conocerse la verdad.
A fines de 1997 comenzaron las sospechas. Todo salió a la luz gracias un detective privado contratado por un programa de televisión que quería averiguar más sobre el secuestro. El detective no estaba encariñado como la familia y podía observar con un ojo crítico: las orejas eran diferentes. Eso, sumado al cambio en el color de los ojos y el acento le dieron la certeza de que se trataba de otra persona, pero la familia continuaba sin querer aceptar la realidad.
El FBI también comenzó a desconfiar y temía que este joven de acento francés fuera en verdad un espía. Para corroborar las sospechas, le pidieron a la familia hacerse pruebas de ADN, pero esta se negó. Según se cree, la madre y el hermano de Nicholas podrían haber tenido algo que ver con su desaparición por lo que no quería colaborar con las autoridades y preferían que el caso se diera por cerrado.
Finalmente, en febrero de 1998, el FBI logró una orden judicial para analizar el ADN y las huellas dactilares.Así pudieron confirmar la verdadera identidad del joven: no era Nicholas Barclay. Al cotejar las huellas con Interpol descubrieron que en verdad se trataba de Frédéric Bourdin, un hombre de 24 años.
Ante las evidencias, en septiembre de 1998 el francés se declaró culpable de perjurio y de utilizar documentación falsa y fue condenado a seis años de prisión. "Pido disculpas a todas las personas de mi pasado por lo que hice. Deseo que me creas, pero sé que es imposible. Soy un prisionero de mí mismo", confesó Frédéric ante el tribunal.
Pero su tiempo detrás de las rejas no lo pudieron rehabilitar. En 2003 quedó libre y volvió a hacer lo que mejor sabía hacer: suplantar identidades. "Solo busco amor",admitió frente a cámaras de televisión en busca de empatía.
Su último acto
Ese año, intentó suplantar la identidad de otro niño desaparecido cuando aseguró ser Leo Balley, un francés de 14 años que había desaparecido hacía casi ocho años. Pero los test de ADN demostraron que no se trataba de él. Nuevamente, en 2004 asumió otra personalidad y dijo ser Rubén Sánchez Espinoza, un niño que había perdido a su madre en los atentados de Madrid de ese mismo año. Pero la policía logró descubrir que no era y fue deportado a Francia.
No haber logrado el objetivo en sus últimos intentos no lo desanimó y al año siguiente lo consiguió. Convenció a varias personas de que era un huérfano español.
El 3 de mayo de 2005, en Francia un niño llegó solo a un edificio de asistencia social infantil. Mostró un documento en el que indicaba que se llamaba Francisco Hernández Fernández,que era español y que había nacido hacía 15 años. Contó que sus padres y su hermano habían fallecido en un accidente de autos y un tío se había hecho cargo de él. Pero que el hombre lo abusaba por lo que había decidido huir a Francia.
Nadie lo dudó: era un adolescente que necesitaba ayuda, por lo que lo enviaron a un orfanato. Pero en realidad era Frédéric, el ilusionista, un hombre de 31 años que nuevamente había logrado engañar a todos.
Consciente de la marcada diferencia de edad, Frédéric intentó ocultar sus rasgos y, aduciendo tener quemaduras en la cabeza, utilizaba las 24 horas una gorra que le ocultaba la calvicie.Además, se depilaba la cara para evitar que se le notara la barba de adulto.
Comenzó a asistir a una escuela secundaria cercana y nadie dudaba de que no fuera quien decía ser. Pero la mentira duró solo un mes.
El 8 de junio, un profesor del establecimiento hizo la denuncia tras haber visto la cara de su nuevo alumno en un programa de televisión sobre delitos de usurpación de identidad. Lo había delatado el espacio entre sus dientes frontales.
Frédéric fue preso y admitió ser un usurpador que en los últimos años había inventado numerosas identidades en cinco idiomas de más de 15 países. Benjamin Kent, Jimmy Morins, Alex Dole, Sladjan Raskovic, Arnaud Orions, Giovanni Petrullo y Michelangelo Martini, eran solo algunos de los nombres que había elegido para iniciar una nueva vida.
El Camaleón fue acusado de utilizar una identificación falsa y volvió a prisión por unos pocos meses.
Un cambio de vida y su mensaje a los argentinos
Si bien solía elegir como personaje para interpretar a un niño abusado que debía ser cuidado, también se había hecho pasar por un sacerdote y un domador de tigres a lo largo de su repertorio. "Puedo convertirme en lo que quiera", resumió.
Como si se tratara de un Peter Pan eterno, cuando se intentó determinar por qué un adulto de 30 años querría hacerse pasar por un adolescente, los investigadores no lograron entenderlo. Frédéric no era pedófilo ni buscaba una renta financiera. Además, se estableció que el francés no era psicópata y que estaba totalmente cuerdo.
Tan consciente era de su realidad que tenía un tatuaje en su antebrazo que decía: "caméléon nantais" (El Camaleón de Nantes). "Lo peor que puedes hacer es engañarte a ti mismo",llegó a afirmar.
En 2005 decidió ponerle fin a esa vida. ¿El motivo? Encontró un gato y supo que a menos que la mascota muriera, no iba a poder abandonarlo."Amo los animales, y este gato me salvó la vida", sostuvo.Conoció a Isabelle, una francesa que lo había visto en la televisión y se sintió tan conmovida que quiso localizarlo. El 8 de agosto de 2007, tras un año de noviazgo, se casaron.
En la actualidad, es padre de cinco niños y ante el escepticismo que suele mostrar su familia, que afirmó que estos cambios forman parte de un nuevo personaje que lastimará a su esposa e hijos, Frédéric rebatió: "No eres papá durante seis días o seis meses. No es un personaje, es una realidad".
El Camaleón es consciente del daño que ocasionó y admitió que su accionar fue erróneo y que se arrepentía de todo. Tiene un canal de YouTube donde sube videos para sus seguidores y expone sus sentimientos.
En su última grabación, se mostró hablando en español con un mensaje para los argentinos, en donde contó que recibe muchos mensajes con buenos augurios y saludos desde la Argentina. "Quiero darles las gracias. Ustedes argentinos entienden mejor por qué hice lo que hice y me demuestran cariño.Les quiero dar las gracias porque no es fácil la confianza en la persona que no conocen. Ustedes no me juzgan.No quiere ser un ídolo. No soy un ídolo, soy una persona que tuvo una vida única, como todas las personas", dijo.
"Yo sufría y no quería beber alcohol, tomar drogas o suicidarme, solamente quería encontrar cariño y gente que me cuidara.Entonces lo encontré, ahora tengo cinco hijos y varios gatitos. Una vida particularmente especial. Me dio mucho placer que en Argentina lo entiendan más que aquí.Les doy las gracias por todos sus mensajes. Créanme que los leo. Quién sabe, a lo mejor algún día podría venir algún argentino y conocer a mis hijos. A veces me gustaría escapar de este planeta, la Argentina no es otro planeta, pero está bastante lejos de aquí".
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