François Vérove: el asesino serial y violador que era policía y que confesó sus crímenes antes de suicidarse
El homicida, que fue descubierto por una prueba de ADN, dejó una carta en la que dio detalles de su perturbadora conducta
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“Nada queda oculto” o “no hay nada nuevo bajo el sol”, son frases de la biblia que se atribuyen a los misterios que, sin importar cuan demorados sean en resolver, llega el momento en que todo se resuelve. François Vérove fue un despiadado homicida que tardó 35 años en ser descubierto por las autoridades francesas y que mató y violó a varias mujeres en el país de la famosa Torre Eiffel.
En 1986, Cecile Bloch, una niña de 11 años, fue la primera víctima en morir a manos de Verove. Su madre la reportó como desaparecida al percatarse que no llegó de la escuela en el horario habitual. Las autoridades comenzaron su búsqueda con la esperanza de encontrarla viva y llevarla de nuevo a casa. Sin embargo, desafortunadamente, la pequeña fue encontrada muerta debajo de una alfombra vieja en un sótano con signos de tortura.
Varios testigos aseguraron haber visto a la niña por última vez junto a un hombre que tenía marcas de acné en la cara. El medio hermano de la víctima, Luc Richard, recordó haber visto a un adulto con características similares en el edificio donde vivía él y su fallecida hermana. Richard ayudó a la policía a dibujar un boceto del sospechoso y le dijo a los oficiales que recordó haber compartido un ascensor con el sujeto, el cual al parecer, se veía muy seguro de sí mismo.
“Recuerdo que ese día me dijo algo como, que tengas un muy, muy buen día y luego cada quien tomó su camino. No hubiese pensado que fuera el asesino de Cecile”, contó en una entrevista en el periódico Sud Ouest en 2015. Desafortunadamente, aunque las investigaciones siguieron y ya tenían un sospechoso, las autoridades no obtuvieron respuestas positivas para la captura del presunto asesino de Cecile Bloch.
Los asesinatos continuaron
En 1987, se conoció el caso de una pareja que fue estrangulada en el distrito central de Marais de la capital. De igual manera, los homicidios no se detuvieron y comenzaron a salir a la luz los casos de Gilles Politi, de 38 años, una mujer alemana de 20 años, Irmgard Müller y Karine Leroy, de 19.
Pese a no saber con certeza cuál era el asesino de estas mujeres, seguían apareciendo testigos que daban la misma descripción del presunto homicida de Cecile Bloch, quien fue apodado como Le Grêlé (hombre picado de viruela u hombre viruela) por las marcas de acné en su rostro.
El policía asesino
Durante décadas, varios miembros de las fuerzas especiales de investigaciones de París intentaron dar con él y, aunque no lograban determinar un posible vínculo, las pistas iban saliendo poco a poco. Varios detectives se convencían cada vez más debido al modus operandi de que el sospechoso podría ser un gendarme, es decir, un policía militar. Así que expertos en crímenes sugirieron que tenía entrenamiento especial.
Por consiguiente, en el año 2021, un juez de instrucción decidió enviar cartas de citación a 750 policías militares retirados y presentes en la región de París, incluyendo a Verove, quien había sido gendarme y policía.
Por tanto, fue citado el 24 de septiembre para ser interrogado cinco días después. Sin embargo, el 27 septiembre su esposa lo reportó como desaparecido, lo que alertó a las autoridades de un posible escape. No obstante, según la BBC, el 29, día en el que sería interrogado, encontraron muerto al hombre que supuestamente estaba casado y era padre de dos hijos, en un piso alquilado en Grau-du-Roi en la costa mediterránea.
La sorpresa fue que en sus manos tenía una nota en la que decía que “no estaba bien durante los homicidios que cometió, pero que en 1990 se había recuperado y dejó de matar”, cuenta la BBC.
Al hacer todas las pruebas de ADN pertinentes, los fiscales confirmaron que coincidía con la evidencia encontrada en varias escenas de los crímenes 35 años atrás, incluyendo el de la niña de 11 años, Cecile Bloch. ”Confesó haber experimentado impulsos y dijo que desde entonces se recuperó. Asimismo, admitió los asesinatos sin detallar las víctimas o las circunstancias”, explicaron los informes franceses en el periódico Le Parisien.
Didier Seban, un abogado que representa a una de las familias de las víctimas de Le Grêlé afirmó en France Info TV que: “Teníamos la convicción de que era un oficial o un gendarme, tanto por la violencia que usó contra sus víctimas como por las tácticas que adoptó”.
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