Filtración: las fotos que comprometen al príncipe Harry y Meghan Markle
Se los acusa de hipócritas por hablar del cambio climático y viajar en jets privados; su última visita a Nueva York reavivó una controversia de hace dos años
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Son consistentes: aunque se lo reprochen, los Sussex parecen no ceder en el uso de jet privados, incluso cuando viajan a actividades por el cambio climático. Una vez más, el príncipe Harry y Meghan Markle están en la mira por su lujoso estilo de vida y enfrentan acusaciones de hipocresía.
En 2019, la pareja desató la primera polémica tras subirse a un jet luego de que Harry pronunciara un discurso, al parecer descalzo, sobre la amenaza climática en una conferencia de agentes de poder de Wall Street y Silicon Valley. En ese momento, pese a su compromiso, tomaron cuatro aviones privados en 11 días. Se volvió aún más incómodo cuando, semanas después, Harry fue a Ámsterdam para lanzar su iniciativa de viajes ecológicos Travelyst.
Desde entonces, los Sussex abordaron aviones privados en varias oportunidades. En marzo del año pasado, llegaron a Los Ángeles en el Embraer-E190 de 205 millones de dólares de Tyler Perry y, en agosto, el príncipe viajó a un partido de polo benéfico en Aspen en el Gulfstream de 20 asientos del empresario estadounidense Marc Ganzi.
Las fotos que dispararon las críticas (de nuevo)
En las últimas horas, trascendieron fotos de Markle y el nieto de la reina Isabel, una vez más, descendiendo de una de estas exclusivas aeronaves. Primero viajaron a Nueva York: allí asistieron a un concierto benéfico, el Global Citizen Live, donde pidieron la equitativa distribución de vacunas, además de exigir a Estados Unidos que reduzca a la mitad sus emisiones y que las naciones más ricas del mundo ayuden a los países en vías de desarrollo a volverse más sustentables. Luego volvieron a Los Ángeles, la ciudad a la que se mudaron en 2020 tras abandonar sus obligaciones en la corona.
El año pasado, una investigación de Save on Energy nombró a los Sussex como los miembros menos ecológicos de la casa real. No importa que haya más de 300 vuelos directos diarios entre las dos ciudades todos los días; no importa que Harry, en el pasado, viajara a nivel nacional en los Estados Unidos en vuelos comerciales y en clase económica. Harry y Meghan no parecen tener absolutamente ningún interés en hacer alguna concesión en este frente en particular, apegándose al slogan: “Haz lo que decimos, no mientras volamos”.
La controversia llama aún más la atención ahora que tanto el hermano de Harry como su padre han estado generando proyectos e iniciativas serias en relación al cambio climático. La semana pasada, se anunció que el príncipe William se había asociado con el legendario Sir David Attenborough para una serie de televisión llamada The Earthshot Prize: Repairing Our Planet, y luego, el sábado, el tráiler de la película de cinco partes llegó a internet. “Este es un momento de esperanza, no de miedo”, dice William a la cámara. “Imagínense, lo que podría ser posible”, dice Sir David en su tono característico.
Pero William no es el único Windsor que entra en el juego de la televisión. También el sábado, se reveló que el príncipe Carlos lanzará un nuevo canal ambiental en Amazon Prime. En este sentido, expresó: “He pasado gran parte de mi vida tratando de involucrar a personas y a empresas con los problemas y soluciones de la crisis climática”.
Ambas salidas son atractivas, positivas y se trata de empoderar a la gente común para que actúe. Y ambos proyectos pusieron en relieve el jet privado de Harry y Meghan y su viaje a Nueva York.
Durante tres días, los Sussex tomaron la Gran Manzana con una serie de sesiones fotográficas que los vieron entrando y saliendo de edificios oficiales, incluidas la ONU y la OMS, llevando consigo importantes “carpetas”. Mientras tanto, se supo que un camarógrafo los seguía. La información que trascendió es que estaban filmando un documental de Netflix sobre sus vidas.
Sin embargo, no hubo ningún anuncio significativo ni reuniones particulares. En este escenario, es difícil escapar a la presunción de que todo el viaje fue una especie de gira de marketing. Una fuente, en diálogo con The Sun, dijo que el palacio “no quedará impresionado con que Harry y Meghan actúen como cuasi-miembros de la realeza y busquen publicidad después de afirmar que renunciaron por privacidad. Esto será algo normal y no solo en los Estados Unidos”.
Aún así, hay otra cosa que revelan esas fotos de Harry y Meghan: él parece feliz. Posaron abrazándose al personal, un gesto inusual para cualquier miembro de la realeza en público. De hecho, una muestra de afecto tan natural personifica lo lejos que han llegado y hasta qué punto son libres para comportarse como quieran. Si bien el camino en el que parecen estar los Sussex, uno en el que son seguidos por las cámaras de Netflix, puede sonar un poco más vacío que el que están recorriendo William y Carlos, lo cierto es que a Harry se lo ve mucho más alegre.
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