Femicidio en Hurlingam: las capas complejas de un filicidio
En las últimas horas se conoció el caso de Ariana Yésica Palacios, de 30 años de edad, asesinada por su padre y enterrada en el jardín de la vivienda de la localidad Hurlingham que compartían junto a su madre, hermanos y su hija de 5 años de edad. El hecho parece haber sucedido tras una pelea y haber sido encubierto por el resto de la familia. El asesino es un hombre que siempre ha sido violento y la víctima tenía mala relación tanto con la madre como con su padre/asesino. Otro caso atroz que se suma a una interminable y lamentable lista de casos de femicidios y filicidios.
Si bien la idea de asesinar a un hijo nos impacta hasta la perplejidad, no es ajena a las bases de nuestra constitución psíquica. Según la tesis freudiana del Parricidio (asesinato del padre), el mito de la muerte del padre de la horda primitiva instaura las leyes de prohibición del incesto y del parricidio que fundan la humanidad y nos convierten en sujetos incluyéndonos en la cultura. La prohibición de la muerte del padre como ley luego se extendió al resto de los familiares, por ello podemos pensar en los distintos asesinatos intrafamiliares como metáforas del mismo hecho: el incumplimiento de la Ley. La subjetividad está sujeta a estas leyes y cuando se comete un crimen como estos quedan en evidencia graves fallas subjetivas en el que asesina.
En el caso de Ariana, si bien aún se está investigando, se sospecha de un encubrimiento del hecho por parte del resto de la familia, lo que nos lleva a pensar en una falla grave de los valores y códigos socio-culturales a nivel familiar. Una nota de color en esta escena dantesca es que el padre/asesino trabaja en una funeraria, de modo que podemos pensar en la muerte como sostén económico de la familia, la muerte con un significado particular atravesando a esta familia.
El filicidio va de la mano del maltrato infantil así como el femicidio de la violencia de género. El asesinato aparece como la expresión última de una situación de maltrato que no respeta derechos. En este momento de máxima expresión del feminismo, pareciera que cada vez hay más asesinatos de mujeres en manos de hombres, en lo que parece ser una muestra de la resistencia del poder patriarcal en su peor versión. En el caso de Ariana podemos pensar que existió una confluencia de motivaciones filicidas y feminicidas, por tratarse de una mujer de 30 años de edad.
Pero entender lo que lleva a un padre o a una madre al asesinato de un hijo, nos lleva directamente a pensar en las distintas y graves patologías psíquicas que pueden derivar al desenlace fatal.
El filicidio es penalizado en diferentes países con distintas leyes y condenas. Y podemos dividirlo en categorías además de pensarlo según haya sido la madre o el padre el homicida. Si se comete este crimen en las primeras 24 horas de vida, se llama neonaticidio y suele llevarlo a cabo la madre, seguramente en un estado de psicosis post-parto. Infanticidio es el asesinato de un hijo durante el primer año de vida, y una tercera forma es la que se produce luego del primer año. Este último modo suele ser cometido por padres.
Qué puede llevar a matar a un hijo
En todos los casos de filicidio podemos observar enfermedad mental grave como esquizofrenia, depresión psicótica o trastorno delirante, crisis depresivas o psicóticas ligadas al trastorno afectivo bipolar, entre otras. Además hay que considerar factores psicosociales que inciden negativamente en esta situación como la insatisfacción de los padres por tratarse de hijos no deseados, problemáticos o enfermos; que hayan nacido como resultado del incesto o la violación; que los padres se encuentren en un estado de carencia económica y psíquica extremas; o que existan graves trastornos de personalidad, consumo de alcohol y drogas.
Es posible observar ciertas señales que pueden indicar un probable desenlace fatal. Si son padres maltratadores, con ideas suicidas o con fantasías extrañas sobre la salud de sus hijos que denotan rasgos psicóticos, es decir, delirantes; o que sean personas violentas que abiertamente expresan rechazo a sus hijos. Dentro del espectro delirante, puede cometerse el filicidio respondiendo a voces que obliguen a cometer el crimen, como también puede darse un suicidio extendido a los hijos, que se refiere a los casos en los que los padres se suicidan además de matar a sus hijos. También existen casos de asesinatos de niños con el fin de hacerle un daño a la pareja celada, o por rivalidad hacia el niño.
Como vemos se trata de una problemática aberrante sobre la cual es necesario trabajar para encontrar el modo de cuidar a las probables futuras víctimas fatales de filicidio o feminicidio. Este tema debe ser tomado en cuenta desde el ámbito de la salud para que se promuevan acciones preventivas que acompañen y den tratamiento a los padres y madres que sean posibles filicidas, y que protejan principalmente a los hijos; así como también desde el ámbito jurídico que mediante leyes y sanciones adecuadas contribuyan al control de esta situación.
La redactora es licenciada en psicología
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