Felicitas Pizarro: festejo al ananá
Fibroso, dulce, jugoso, el ananá es protagonista de esta mesa de verano para celebrar la llegada del año nuevo
1. Tropical. Encerrada en su cáscara, que es casi una armadura medieval, la pulpa del ananá es dulce, jugosa, pura fibra, sabor y aroma. En la Argentina, se cultiva en Misiones, Salta, Jujuy y Formosa, aunque también se importa principalmente de Ecuador. "Cuando están maduros, en pleno verano, siempre compro uno. Me gusta mucho, en general lo limpio y lo tengo listo en la heladera para comer fresco. Tiene el dulzor y la acidez justa", dice Felicitas Pizarro.
2. Cómo elegirlo. "Un error común es comprar un ananá por el color de su cáscara, pero eso no siempre indica que está maduro. El mejor indicador de que está a punto es el perfume que se percibe con mayor intensidad en la zona de las hojas. Además, la pulpa cede ante una leve presión. Otra marca para observar son las puntitas de las escamas, que deben tener color marrón. Si presenta todas estas condiciones, seguro está listo para disfrutar".
3. Propuestas. Para celebrar la llegada de 2019: "Lo hice grillado para acompañar unas ribs. Lo pongo a la parrilla con la cáscara. Lo corto al medio y lo rocío con un poquito de aceite de oliva. Le doy unas vueltas y le agrego un poco de azúcar para dorarlo. También armé arepas con ananá cortado en brunoise, que mezclé con pescado, hierbas y picantes. De postre, tarta tatin de ananá, como es muy fibroso soporta bien las cocciones".
4. Acuerdos. El ananá tiene amigos potentes: "Las hierbas, los picantes, otras frutas dulces, el cerdo, el hinojo, el cilantro, la manteca, el azúcar, la miel, el caramelo. Me gusta cortarlo en cubos e incluirlo en una jarra de clericó o servirlo con frutillas, combinar dulce y ácido. Siempre hay un descarte, se puede hacer un almíbar con los recortes, me interesa investigar eso. En un viaje probé una crème brûlée dentro de un ananá; con cada cuchara levantabas también la pulpa de la fruta, riquísimo", recomienda Felicitas.