Federico Manuel, el visionario que desafió las convenciones
A comienzos de los setenta, mientras la escena artística de Buenos Aires bullía agitada por los ecos del Mayo Francés; los resabios del Di Tella, clausurado hacía poco por Onganía; y las distintas formas que ya asumía la militancia ideológica, que lo impregnaría todo, Federico Manuel Peralta Ramos cantaba en Mau Mau "Soy un pedazo de atmósfera" y "Tengo algo adentro que se llama coso", los temas que había grabado al comienzo de la década para Columbia. Ya era el famoso irreverente que había usado la plata de la Beca Guggenheim en una gran comida en el Alvear, unos tragos en la boîte Afrika y un par de trajes nuevos. "La vida es una obra de arte –justificó en una carta cuando le pidieron explicaciones desde Nueva York–. Leonardo pintó la última cena. Yo la di". No volvieron a insistir y hoy la respuesta, con el detalle de los gastos, es exhibida enmarcada en las pasillos de la Fundación Guggenheim, en Park Avenue.
Quizá por esta clase de anécdotas Federico Manuel ha sido durante años más destacado como un dandy desfachatado, un loco lindo, un personaje genial de una época irrepetible de Buenos Aires, que como un artista completo, un visionario que desafió las convenciones del arte y dejó perplejo a un establishment cultural que terminó aceptando que se trataba de un genio.
Más de medio siglo antes de que Banksy destruyera en Sotheby's un cuadro subastado en más de un millón de dólares, porque la obra de arte no era el cuadro, sino su destrucción, Peralta Ramos había arremetido con una masa contra un huevo gigante, que construyó de yeso y mampostería, al que bautizó "Nosotros afuera". Si el incierto Banksy sorprende con su arte callejero, Federico Manuel sembró Buenos Aires de mensajes escritos que manifiestan el carácter de su obra. "Soy como el boomerang que no quiso volver porque se encontró con Dios", "Misterio de Economía"; "Solamente consiguen un oasis aquellos que se bancan un desierto". En otro se pregunta qué es el arte. "El arte es transmisión de vida. El arte es hacerse cargo del dolor y la alegría de una época. El arte es caminar por la calle con vos".
Para hacer justicia a su obra y al gran artista que fue, despojándolo del anecdotario hilarante y el exceso de bohemia, se está gestando la Fundación Federico Manuel Peralta Ramos, propiciada por su familia y con un equipo de curadores, encabezados por Sonia Becce, que ya trabaja en la catalogación completa de su obra. La Fundación se lanzará en los próximos meses y dará justa dimensión a un artista que, como Duchamp o Banksy, nos sigue interpelando con aquella pregunta y un debate que no se ha cerrado: qué es el arte.