Te mostramos fotos del antes y el plano detallado de esta fantástica obra con vista al edificio Otto Wulff.
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“La gente que vive acá ama el edificio y la que ahora es nuestra casa estaba en excelentes condiciones”, explican sus felices dueños, Paula y Juan. La guardiana de este tesoro fue una mujer que nació y vivió aquí hasta los 80 años y no podría haberlo pasado a mejores manos, pues Paula (chef y socia fundadora de Casa Guerrero, eventos) pertenece a una familia de arquitectos y sus hermanos se pusieron inmediatamente a su disposición.
Jorge y Eduardo Mazzinghi -del estudio Mazzinghi-Sánchez- acompañaron el proceso desde el principio, con Eduardo a la cabeza de las decisiones arquitectónicas y de diseño. Como suele suceder con las primeras casas, el presupuesto fue limitado, pero se compensó con el estado del departamento sumado a la experiencia de los arquitectos y el buen gusto de una familia amante del arte y del diseño.
"La premisa fue lograr una planta funcional y moderna manteniendo la estructura general de la casa y ese estilo romántico, detallista y elegante de los años 40."
Arq. Eduardo Mazzinghi
Unificar el gran ambiente social generó la amplitud suficiente para poner en valor la chimenea y hacer del fuego un elemento en torno al cual reunirse y organizar el espacio.
El comedor
El estar y el comedor se comunicaban por una doble puerta de vidrio repartido. Eliminar ese tabique sumó luz y espacialidad, pero la abertura no se fue muy lejos: terminó en manos de otro vecino del edificio.
“Al principio sentí que estábamos tirando un montón de paredes y me asusté”, cuenta la dueña. Poco después, se animó a unir living y comedor y consolidó así el equilibro entre tradición y modernidad.
Una cocina más grande e integrada
Donde estaba el pasillo distribuidor -que iba desde la entrada hacia los dormitorios- se hizo un desayunador que integra la cocina y suma un shock de color con las banquetas metálicas.
La dependencia y la vieja cocina, pequeña y aislada, son ahora la nueva cocina: amplia, con una gran ventana y la barra que la integra al flamante espacio de living-comedor.
"Cuando cocinás mucho, es fácil ensuciar los muebles; así que prefiero tener todo a mano para no andar abriendo puertas."
Paula Mazzinghi, chef y socia fundadora de Casa Guerrero eventos
Qué se hizo
Despejado y vintage
“Busco practicidad; me gusta que la casa sea despojada, con pocos muebles y suficiente espacio para circular bien”.
En el baño, a falta de azulejos celestes, un gran espejo cubrió el espacio de la puerta que conectaba con el cuarto.
Las únicas intervenciones que se hicieron en el baño fueron para revertir reformas anteriores que no se adecuaban a la estética de los 40. También se eliminó una segunda puerta que daba al dormitorio principal.
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