El limón aparece en poemas románticos, como cuando Goethe pregunta: "¿Conoces la tierra donde florecen los limoneros […] donde una suave brisa sopla bajo el cielo azul?". ¡Es así en nuestra tierra también! El limonero prospera en casi todas las huertas donde la helada no dañe sus flores. Puede sobrevivir en una maceta, pero en pocos años empieza a sufrir.
En la cocina inteligente siempre hay un limón al lado del salero. Si es muy inteligente, también hay una mezcla de cáscara seca y molida con sal que da la chispa. La sal y el limón cumplen la misma función: hacen salivar. La saliva es el solvente que nos permite percibir más sabores. La diferencia es que la sal hace la comida salobre, mientras que el limón aporta claridad y frescura a la comida. Además, hasta ahora, no hay médicos preguntándonos, con caras severas, por la cantidad de limón en nuestra dieta. Al contrario, el jugo de medio limón en un vaso de agua es excelente para nuestra salud.
No es solamente una "cara bonita" para adornar repasadores y platos de cerámica, dar su forma globosa a cuadros de Manet o su color eléctrico a Braque y a Matisse. El limón llena los huecos de la vida culinaria. ¡El limón es imprescindible!
Mousse fría de limón
Ingredientes
125 g de manteca; ralladura de 1 limón; 175 ml de jugo de limón; 300 g de azúcar; 1 taza de crema; ¼ cucharita de sal; 3 yemas y 3 huevos enteros.
Preparación
Hacer primero un lemon curd: Derretir en fuego muy lento la manteca. Añadir la cáscara rallada finita (sólo la parte amarilla) del limón, el jugo de limón, la sal y el azúcar. Aparte, batir juntos las yemas y los huevos enteros. Agregar los huevos batidos a la mezcla de limón, batiendo siempre sobre fuego lento, hasta que espese. ¡No dejar hervir! Mousse de limón: Batir la crema hasta que duplique su volumen. Combinar, con cuidado, la crema con el lemon curd. Colocar la mezcla en un bol para el freezer y congelar varias horas. Se sirve con salsa de fruta de sauco o de zarzamoras, o simplemente rociado con berries.
En la cáscara es donde reside la esencia pura del limón: el aceite. Después de sacar el jugo de sus limones, ¡no tire estas cáscaras! Ponerlas en un recipiente con azúcar (dos partes de cáscara por una de azúcar) y dejarlas 12 horas. Colar el sirope que resulta, embotellarlo. Tomar con soda o en un café helado; usarlo en crema chantilly o sobre un bizcocho caliente.
Ideas para sacarles todo el jugo
- El jugo del limón atenúa el "ardor" del ajo cuando están molidos juntos, y deja un sabor más suave; es el método ideal para preparar hummus o baba ganush.
- Los postres con limón son incontables: lemon pie con merengue encima o entreverado; pastel chiffón hecho con limonada, crema y gelatina; cheesecake de ricota y limón; cuadros de crema de limón con merengue italiano; suflé de limón. Un sorbete de limón en la mesa anuncia el verano.
- Se puede conservar rebanadas de limón en partes iguales de azúcar y sal gruesa, usándolas después cuando se saltea pescado o lomitos de cerdo; las rebanadas se caramelizan en la sartén y, junto con manteca y hierbas, forman la salsa.
- El lemon curd es apto para rellenar tartaletas; para una pavlova con crema chantilly y almendras tostadas; para mezclar con yogur espeso o con ricotoa; dentro de un bizcocho rociado con coco rallado; en sándwiches con pan de jengibre; horneado adentro de cuadritos de masa mil hojas… o batido con crema y congelado, servido en bol de cristal, cubierto con salsa de moras.
- Sobre todo, no olvidemos: cuando la vida nos da limones, ¡hacer lemoncello!
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Texto: Janet Winter. Profesión: jardinera. Especialidad: aprovechar la producción de su huerta para la cocina
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