Después de pasar la cuarentena en Los Abrojos, su quinta en Polvorines, Mauricio Macri (61), su mujer Juliana Awada (46) y su hija Antonia (8) volaron a París. Si bien el destino final será Suiza, donde a mediados de mes el ex presidente cumplirá con una serie de obligaciones derivadas de su rol en la Fundación FIFA, decidieron recalar primero en Francia, un país que adoran y con cuya lengua se llevan de maravillas (Juliana lo habla a la perfección y Antonia cursa en Buenos Aires tercer grado en el Liceo Jean-Mermoz). El plan es transitar la cuarentena que les exige Suiza con un descanso con acento y sabor francés. El hisopado que se hicieron en Buenos Aires antes de salir –cuyo resultado dio negativo– los habilita a moverse libremente por Francia, donde el confinamiento es parte del pasado.
CAMINATAS, AMIGOS Y UN HOTEL ÚNICO
Desde su llegada y al menos hasta el domingo, se hospedaron en La Réserve, un coqueto hotel ubicado sobre la Avenue Gabriel, en el que suelen parar cada vez que visitan París (los precios por noche oscilan entre los 900 y los 1800 euros). El edificio del siglo XIX fue construido en 1856 por el duque de Morny, medio hermano de Napoleón III, y su ubicación resulta estratégica. Las altas temperaturas veraniegas, con máximas de 36 grados centígrados, los invitaron a largas caminatas para mostrarle a Antonia algunos de sus rincones favoritos. Aunque la agenda de Macri priorizó a sus chicas, aprovechó la oportunidad para alguna que otra reunión, como la que mantuvo con el presidente del Paris Saint Germain, Nasser Al-Khelaïfi (es considerado uno de los 100 hombres más ricos del mundo e invirtió en los pases más caros del fútbol, como el de Neymar, o el de Mbappé, con el único objetivo de que el PSG pelee la Champions League "mano a mano" con los grandes) y para revisar las pruebas de su próxima biografía, que prepara junto a su ex ministro de Cultura, Pablo Avelluto, y Hernán Iglesias Illia, uno de sus colaboradores en el área de comunicación.
El sábado, a las 19.45, tomaron un taxi rumbo a un departamento ubicado en Boulevard Raspail. Media hora más tarde salieron acompañados por amigos, con los que caminaron unos 650 metros hasta Les Deux Magots, la brasserie que eligieron para comer en la "Rive Gauche".
DOMINGO EN SOLEDAD
El domingo, en tanto, amanecieron temprano. La ex primera dama, que hoy comparte su pasión por la cocina, la huerta y la decoración a través de su cuenta de Instagram, hizo una salida en solitario por la mañana. En tanto, Mauricio y Antonia dejaron el hotel para ir a comprar algo dulce (fueron a una chocolatería y a la pastelería Paul), pero, como todo estaba cerrado, volvieron con las manos vacías. Esta semana tienen planeado trasladarse a algún destino en la Costa Azul, lejos de los flashes. Se reunirán con Valentina, la hija mayor de Juliana, fruto de su relación con Bruno Barbier, para seguir disfrutando de un tranquilo descanso en familia.
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