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La noticia del barco llamado Ever Given, que estuvo varios días atascado en el Canal de Suez obstaculizando operaciones comerciales por decenas de miles de millones de dólares, fue recibida con algarabía por las redes sociales. Por un lado, era un cambio en el panorama: algo inesperado que nos sacaba de la letanía de casos, contagios, vacunas, cepas y camas de terapia intensiva que el Covid hegemoniza en el reino de las informaciones. Por el otro, era una metáfora instantánea. La imagen de la descomunal embarcación atravesada en diagonal impidiendo el flujo normal de barcos yendo y viniendo con sus mercancías, funcionaba sin muchos matices. Bastaba con ponerle al barco el nombre de tu hipótesis de por qué cada uno, o la Argentina o el mundo no funcionaba bien y la cosa andaba sola.
— Bruno (@el_bru) March 26, 2021
Dolor de cabeza en la economía mundial
Lo cierto es que lo que empezó como una nota de color fue ganando espacio en los servicios informativos y terminó reconocido como un dolor de cabeza fenomenal para la economía del mundo, ya bastante resentida por la pandemia. Si los datos del propio Ever Given (400 metros de eslora, 200 mil toneladas de peso, 20 mil containers) eran impresionantes, los de los impacientes barcos haciendo cola, ya sea en la desembocadura del canal sobre el Mediterráneo como en el Mar Rojo, eran contundentes: “La mayoría son buques graneleros (98) y portacontenedores (96); además aguardan retomar la navegación 35 buques petroleros que almacenan crudo, 26 buques tanque de productos químicos, 24 buques de carga general, 22 cargueros de vehículos, 16 buques cisterna de gas natural licuado GNL, 14 buques cisterna de petróleos refinados, 11 buques de ganado, 10 buques cisterna de gas licuado GLP y 15 barcos que cargan otro tipo de mercancía”, según decían las notas referidas al tema.
Hace cuatro siglos, los barcos europeos en el Océano Índico cargaban 1.000 toneladas. Un barco como el que se ha atascado en Suez puede llevar 200.000 o lo que es lo mismo, el equivalente a TODA la carga que transportabanTODOS los barcos del Índico en TODO un año en el s. XVII. pic.twitter.com/4PDOxUM5Zk
— Guerra en la Universidad (@GuerraenlaUni) March 27, 2021
Desde ya que no faltaron las notas que utilizaban el episodio para señalar las limitaciones del capitalismo y/o de la globalización. Es una línea de pensamiento que continúa aquella en la que se señalaba a la pandemia como un llamado de atención de la naturaleza a la globalización. Muy probablemente, esas notas coexistan con otras que señalan la velocidad con que se alcanzaron vacunas muy razonablemente efectivas y la necesidad de que su distribución sea global.
El barco de Evergreen logró más en 4 días que todo el Tercer Reich cuando intentó bloquear el Canal de Suez para destruir al Imperio Británico pic.twitter.com/NBNM1pOT8W
— Memes Históricos, Historiográf O Histozr Con Memes (@Mhhhm_OK) March 26, 2021
En Twitter, como corresponde, la diversión fue total
Se usaron todas las aristas posibles para hacer chistes.
En primer lugar, destaquemos a los de influencia lacaniana de quienes utilizaron con sagacidad la polisemia del vocablo “canal” y la ambigüedad de las imágenes.
Si no te gusta Suez cambiá de Canal. Nadie te obliga a ir por ahí.
— gbazzan (@gbazzan) March 27, 2021
Si no te enteraste de lo que pasó en Suez es porque estabas mirando otro canal.
— Guillermo Bazzola (@GuilleBazzola) March 28, 2021
Hoy un barco ha atascado el Canal de Suez y está provocando pérdidas millonarias por minuto al bloquear uno de los puntos comerciales más importantes del mundo. Además, antes de entrar al canal, decidió trazar un rumbo en forma de polla. He just woke up and choose violence pic.twitter.com/V9sKhmrelo
— Víctor 🇧🇧 (@Pangolean1) March 24, 2021
Después vinieron las interpretaciones acerca de lo que se podía representar con la desproporción entre el obstáculo y las herramientas para removerlo:
— La R es secreto. (@LaRessecreto) March 25, 2021
Vamos arrancando que ya es lunes 45 de marzo. Alegría! pic.twitter.com/WwpeYLZPgd
— Corralón Ciudadela (@CorralonC) March 29, 2021
Todos somos el barco de Suez. pic.twitter.com/rYegyPxlTH
— Minutella (@EmileSand) March 25, 2021
— Bernardo Erlich 🍋 (@berlich) March 29, 2021
Entrenándose para sacar al barco encallado en el canal de Suez..... 😂😂😂😂😂😝😝😝😝😝 pic.twitter.com/RaHo9IjqIG
— Eduardo Garcia (@Eduardo38Garcia) March 27, 2021
El origen del atascamiento fue uno de los grandes misterios: cómo alguien puede atravesar una embarcación en forma diagonal en un Canal que evidentemente está diseñado para circular en línea recta.
¿La madre del que trabó el buque será de las “el barco está mal hecho y el canal es muy chiquito” o de las “yo te dije que fueras por Magallanes”?
— Antonella Costa (@AntonellaCosta) March 29, 2021
La respuesta parece ser la de vientos especialmente fuertes que hicieron perder el control del Ever Given. Según algunos, no se trataba de vientos inesperados sino que venían del fondo de la historia.
Mucha sorpresa porque el barco que encalló en Suez fue justo en Pesaj, pero hay una explicación lógica. El mismo viento estacional que lo desvío de su curso, el jamsín, es el que abrió las aguas del Mar Rojo. Más mañana, en el próximo #YallaBalagan https://t.co/qg70u5rQfe
— Diego Mintz (@TheGotzReport) March 29, 2021
Otra forma de encontrarle su encanto al percance –una que elude tanto la metáfora express como el chascarrillo insensible-- es la de apreciar que permite, después de estar sumergidos durante tanto tiempo en la virtualidad, recuperar la idea de lo físico. Tendemos a pensar en los objetos que llegan a nuestra casa vía delivery como puntos en un mapa que se van desplazando hasta nuestra puerta y que se corporizan en el momento en que suena el timbre. El episodio nos hizo tomar conciencia de que cada papel higiénico que viaja de Asia a Europa, cada prenda manufacturada en China que se consume en Occidente, cada gadget electrónico, tiene que viajar físicamente, atravesando distancias y fronteras a través de diferentes medios de transporte, incluyendo los barcos, a quienes teníamos olvidados.
Lo que dejó la mala maniobra del Ever Given
Las imágenes de los miles de containers que portaba el Ever Given resultaban impactantes: de alguna manera, el ser humano embarca y acomoda cosas de diverso tamaño en esas jaulas gigantescas y logra que lleguen a la dirección indicada, una proeza no menor que la secuenciación genómica o la construcción del puente de Brooklyn. La mala maniobra del Ever Given le mostró a la humanidad que ese camino tenía trampas, estrecheces y todo tipo de dificultades. Volvimos a mirar mapas, a ver cuál era el Mar Rojo, qué papel cumplía el Canal de Suez, cómo se comparaba con el de Panamá. Imaginamos objetos reales desplazándose por el espacio con todas las dificultades que eso implica. Fue, de alguna manera, el retorno de lo real.
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