Entre tantas mujeres que demostraron que lo imposible no existe y que la brecha de género no es más que una imposición cultural, Evelina Cabrera se destaca. Atravesó una infancia y adolescencia muy duras, pero el amor al deporte y su fuerza interior la ayudaron a salir de la situación de calle en la que se encontraba e, incluso, ir mucho más allá: se convirtió en jugadora y no paró hasta fundar la Asociación Argentina de Fútbol Femenino, que actualmente dirige. Además es coaching ontológico, oradora Tedx y viaja para dar charlas y conferencias. Justamente fue una de las referentes argentinas que participó del lanzamiento mundial de la campaña #mostremos, de Dove, realizado en Londres.
¿Cómo se siente ser una mujer que resalta en un ámbito masculino?
Difícil en un comienzo, pero como dice el slogan de este campaña: "No podés ser lo que no podés ver". Eso me pareció maravilloso y algo real. Lo comparo mucho con mi trabajo; haber sido jugadora y hoy desempeñarme como dirigente de fútbol marca un precedente de lo que otras mujeres pueden llegar a ser.
¿Y qué importancia le dabas a la imagen dentro de esa elección tuya?
De chica, en la situación de calle de la que venía, la verdad es que sólo pensaba en comer. No estaba traumada por el cuerpo, no le daba importancia. Después, siempre sentí que tenía, de alguna manera, referentes a las que me veía parecida. Y por eso me dejaba llevar por el afuera, lo que me ponía, lo que me compraba, lo que trataba de mostrar era lo que veía en las revistas. No tenía sentido, pero yo lo intentaba. A los 20 años engordé y empecé a tener complejo con las caderas, trataba de ponerme ropa holgada para que los tipos en la cancha no me miraran mucho. Pero me di cuenta de que eso no tenía nada que ver conmigo, ni con que yo "los provocara", sino que era un tema de ellos. Me había dejado estar, engordé todavía más y siempre usaba ropa negra, nada apretado…
¿Y actualmente?
Recién ahora me estoy aceptando como soy, aceptando mi cuerpo, y sé que así va a salir lo mejor de mí. También me di cuenta de que este cuerpo es el que me hace mover, caminar e ir hacia donde yo quiero. Ese cuerpo que uno tanto repudia o rechaza es una herramienta en tu vida, tu motor.
¿Qué crees que es lo más importante para sentirse bien?
Conocerse, saber qué nos gusta, qué nos apasiona, cómo vamos en busca de nuestros sueños. Y no conformarnos, siempre intentarlo. Tal vez el intento te lleva por otro camino, y si fracasás no tiene nada de malo, forma parte del proceso.
¿Qué creés que debe cambiar a nivel social?
Dejar de separarnos. Dejar de pensar "esto es de hombres, esto es de mujeres"; o "la mujer en la casa, el hombre trabajando". O en mi caso, "tal deporte es para mujeres, el fútbol es de hombres". La perspectiva se cambia con acciones que nos hagan reflexionar sobre esos estereotipos, y dando uno el ejemplo.
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