Si bien en el otoño avanzado y en el invierno se realizan muchos tipos de poda, también hay prácticas muy beneficiosas para algunos arbustos de jardín que deben realizarse en primavera . Independientemente del tipo y la época de poda, las heridas causadas y el estrés ocasionado en el vegetal por la eliminación del área fotosintética, da paso al advenimiento de adversidades causadas por plagas y enfermedades. Por eso, al momento de realizar la poda, conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
Desinfección de las herramientas. Tradicionalmente, las herramientas de poda y deshoje se desinfectan con hipoclorito de sodio. Sin embargo, algunos paisajistas y jardineros lo han reemplazado por otros desinfectantes, buscando superar algunas de las limitantes del hipoclorito (efecto corrosivo, inactivación por materia orgánica y fotosensibilidad, entre otras). En primavera, cuando la temperatura va en franco aumento, hay mejores opciones que el hipoclorito, como limpiar las herramientas de poda con un algodón empapado en alcohol iodado, con alcohol etílico o isopropílico al 70%, o sumergir 10 minutos las herramientas en agua y detergente (2 mililitros de detergente por litro de agua). Cuando se trata de podar grandes cantidades de plantas en corto tiempo, viveristas y paisajistas profesionales utilizan un producto comercial que contiene Bis(peroximonosulfato)bis(sulfato) de pentapotasio.
Desinfección de las heridas. El objetivo de la desinfección es crear una barrera física de protección en heridas de poda en leñosas contra hongos, bacterias y algunos insectos que se introducen por las heridas. Durante la poda invernal no es necesario aplicar nada en las heridas si no son de gran magnitud, ya que la baja temperatura impide la infestación por insectos y la infección por bacterias u hongos; comúnmente la planta cicatriza sola a partir de las callosidades que crecen desde el cambium y cubrirán toda la herida en el mediano plazo. Pero en la poda primaveral es conveniente cubrir las heridas causadas con productos preventivos. Se comercializan pinturas cicatrizantes de heridas de poda cuya formulación es una combinación de desinfectante con una capa elástica que protege de la infección de hongos y parásitos, además de repeler el agua y el rocío. Los principios activos son una combinación de fungicida de contacto a base de azufre, un insecticida de contacto y un solidificante sellador a base de goma arábiga.
Qué y cuándo podar
Según sea el tipo de estructura que se presente y el objetivo perseguido, existen seis tipos de podas primaverales.
Grupo 1
Compuesto por plantas leñosas de hoja caduca, de crecimiento lento. Solo hay que podar las ramas entrecruzadas y muertas. Algunos ejemplos:
- Cerezo ornamental (Prunus cerasus)
- Almendro (Prunus dulcis)
- Nogal (Juglans regia),
- Ginkgo biloba
- Prunus serrulata ‘Kanzan’ (también llamado cerezo de Japón)
- Liquidambar styraciflua
- Acer palmatum y sus variedades
- Magnolia liliflora y todas sus variedades caducas.
Grupo II
Arbustos caducos de crecimiento rápido, que forman estructura en la base y que florecen en madera de un año o más. En general, estas plantas florecen a fines de invierno o en primavera temprana. La poda de floración consiste en sacar la mitad las ramas que dieron flor –unas 10 yemas por debajo de los restos de flor– y la otra mitad de los tallos se limitan a cortarse solo dos o tres yemas por debajo de los restos florales, en la época en que esta termina, es decir promediando la primavera. Algunos ejemplos
- Chaenomeles japonica (membrillo japonés)
- Forsythia x intermedia.
Grupo III
Arbustos caducos de crecimiento rápido, que forman estructura en la base y que florecen tardíamente en madera de ese mismo año. Estos arbustos deben ser podados en la primavera temprana, para que se produzcan vástagos vigorosos que florecerán en el verano o el otoño. Si no se podaran, se desarrollarían como vegetativos, llenos de ramitas que gradualmente se van deteriorando. Ejemplo: Buddleja davidii.
Grupo IV
Arbustos caducos de crecimiento rápido que no llegan a formar estructura desde la base y sobre estas ramas florecen. Estos arbustos pueden ser podados cada dos o tres años prácticamente a 12-20 cm a nivel del suelo en primavera temprana, una vez finalizado el período de heladas, acompañando con un abonado o fertilización balanceada. El resto de los años también se podan, aunque mucho menos intensamente: acortar las ramas en primavera temprana a fin de lograr mejores floraciones a fines de la primavera y verano. Algunos ejemplos
- Ceratostigma plumbaginoides
- Spiraea cantoniensis
- Kerria japonica
- Hortensias de hoja caduca (Hydrangea sp).
Grupo V
Arbustos caducos de crecimiento rápido y que no forman estructura en la base, pero cuyas ramas portan el valor ornamental. Este grupo incluye a los arbustos que son podados severamente en primavera temprana, cada año, para obtener la formación de madera nueva que se despojará del follaje el invierno siguiente, dejando ver su color. Algunos ejemplos
- Cornus chinensis
- Salix alba.
Grupo VI
Compuesto por arbustos siempreverdes o persistentes de crecimiento lento, que casi no requieren poda. Esta se reduce a sacar la madera muerta, enferma y entrecruzada, y a recortar acompañando la forma natural de la planta. Algunos ejemplos:
- Buxus sempervirens
- Camellia japonica
- Rhododendron sp.
Otros, de crecimiento rápido y vigoroso –como las ligustrinas (Ligustrum sinense)– deben ser podados para que mantengan la forma y no se vean desprolijos. En todos los casos esta tarea se realiza en otoño o primavera, lejos de las heladas.
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Receta para cubrir heridas de poda
Preparar dos soluciones: solución A con medio litro de agua y 100 gramos de cal de obra; solución B con medio litro de agua y 150 gramos de sulfato de cobre (el mismo que se comercializa para aplicar al agua de piletas de natación). Al momento de utilizarlo se combinan partes iguales de cada solución y, con un pincel, esponja o similar, se pintan las heridas causadas. Si fuera posible, realizarlo al mediodía, para que la temperatura seque rápidamente el producto y selle la herida.
Por qué podamos
La poda es una práctica que conlleva una agresión al árbol, dado que produce heridas en los tejidos de la corteza, que constituyen una puerta de entrada a diferentes patógenos. Si no se conoce la técnica y se realiza en forma errónea, normalmente se observa una pudrición desde las ramas hasta el tronco, provocada por hongos; este proceso es irreversible. El arte de podar consiste, entonces, en alcanzar todas las ventajas derivadas de la poda, sin acortar la longevidad de las plantas, ni disminuir su vigor. En el jardín se consideran tres estrategias que se hacen con la poda:
1. Abrir la copa para dejar entrar la luz y el aire.
2. Regular el crecimiento para obtener la mayor cantidad de yemas floríferas en el momento del año propio de la floración de la planta podada.
3. Podar dejando el ejemplar en su forma natural, libre, respetando el hábito de crecimiento y forma natural de cada especie.
Por Carlos Luis Boschi Facultad de Agronomía – UBA. Profesión. Ingeniero agrónomo. Especialidad: floricultura y sanidad de las plantas.
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