Estas son las claves para saber si sos adicto al trabajo, según expertos
Esta adicción puede causar ansiedad, depresión e incluso problemas cardiovasculares
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Aunque parezca extraño, la adicción al trabajo existe y es uno de los problemas que más afectan la salud mental y física de las personas. Es por eso que laborar más horas del tiempo establecido puede desencadenar afecciones graves, por lo que se deben identificar señales de alerta para saber si se requiere de ayuda psicológica.
El entorno laboral influye demasiado en la productividad de las personas y en la forma como se relacionan con su trabajo, debido a lo cual muchas empresas invierten una buena parte de su capital para hacer que sus empleados se sientan a gusto en sus labores diarias. Según lo informó un artículo del portal especializado Empleo, cuando un individuo tiene problemas en su trabajo, puede desarrollar cuadros de depresión o ansiedad, lo que afecta la productividad en las compañías.
Como consecuencia de esta problemática, se estima que, al año, la economía mundial pierde 1 billón de dólares por una deficiencia en la producción. Generalmente, la sobrecarga laboral no se asocia como algo negativo, ya que las personas adictas al trabajo piensan que, cuánto más tiempo pasen trabajando, van a ser más productivos, cuando en realidad están afectando gravemente su estabilidad emocional.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 28 por ciento de los empleados en Colombia trabaja más de 50 horas a la semana. Tanto los funcionarios como las empresas le han restado importancia a esta situación, pero puede ser la causa de muchas dificultades que se presentan en el día a día.
¿Cómo saber si sos adicto al trabajo?
Tal como se explica en artículos de los portales especializados en el cuidado de la salud mental en el ámbito laboral Momentu e Infojobs, estas son algunas señales de alerta que debés identificar para saber si sos adicto al trabajo, o como se le denomina comúnmente, si sos un workaholic.
Siempre estás conectado
Estás disponible las 24 horas del día para responder llamadas o mensajes de trabajo. Siempre tenés tu celular cerca con buena conexión a internet: pensás que en cualquier momento te van a contactar.
Pensás que nadie va a hacer el trabajo igual que vos
No confías en la labor de los demás y no te sentís cómodo encargándole tareas a tus compañeros. Sentís que debés ocuparte de todo para que todo se realice correctamente.
Le restás importancia a la vida social
Un adicto al trabajo evade las salidas con su familia, pareja o amigos, ya que su prioridad es estar en la oficina o en su casa, lugares donde puede trabajar. Siente que estas actividades le restan tiempo de productividad.
Llevás tus responsabilidades laborales a todas partes
Incluso cuando estás con tu pareja o amigos, el único tema de conversación es el trabajo. No prestás atención a lo que le dicen los demás por estar concentrado produciendo. Puede que las personas más cercanas sean muy pacientes con vos, pero eso no significa que no te estés comportando equivocadamente.
Es egocéntrico
Una persona adicta al trabajo suele pensar es la salvación a las dificultades de la compañía y el fracaso lo asocia con la falta de dedicación y disciplina de los demás. Su desempeño es el único que cuenta y si emplea a menudo frases como: “Si no fuera por mí, esto no habría salido bien”, es muy probable que sea un Workaholic.
Trabaja más tiempo del necesario
Sos el primero en llegar a la oficina y el último en irte; sentís que estás siendo más activo que tus compañeros. Un adicto al trabajo puede durar hasta 12 horas laborando e igualmente siente que debería laborar más.
No tenés amigos en el trabajo
No te interesa mucho relacionarte con tus compañeros de la oficina. No los ves como amigos, sino que, por el contrario, los considerás competencia.
Te genera culpa descansar
Cuando pasa tiempo de ocio viendo películas o simplemente descansando, al adicto al trabajo le genera ansiedad y preocupación porque no está siendo productivo. Su prioridad es el trabajo y, casi siempre, tiene una excusa para no disfrutar tomarse un receso.
No duerme ni come bien
El adicto al trabajo le resta importancia a su alimentación y sueño. Procura comer algo rápido para llegar temprano al trabajo o suele llevarse su desayuno al escritorio para no perder tiempo de productividad. Además, se levanta muy temprano y se acuesta tarde por estar laborando.
No sabés decir “no”
No podés establecer límites con tu jefe ni tus compañeros. Cuando te asignan trabajos nuevos, no puodés rechazarlos y siempre aceptás encargarte de todo, aunque no tengas tiempo para ello, ya que te preocupa demasiado que piensen que vos no sos capaz de asumir responsabilidades laborales.
Soluciones
Si te sentiste identificado con las señales que fueron mencionadas anteriormente, es muy probable que seas adicto al trabajo. Estás a tiempo de hacer un alto en tu vida, asumir que tenés un problema y trabajar para mejorarlo.
Alejandra Osorio, directora de Training and Consulting de Adecco, una compañía de recursos humanos, brindó algunas recomendaciones en el medio peruano Andina, para cambiar hábitos que pueden contribuir a evitar volverse adicto al trabajo.
La directora sugiere desconectarse y tomar en serio su tiempo libre. Cuando estés en una salida con tu familia o amigos, procurá dejar el celular a un lado y disfrutá, ya después habrá otro momento para seguir laborando. Organizá tus prioridades del día a día. Si es necesario, anotalas en tu agenda y, cuando hayas cumplido con todo, tendrás toda la libertad y tranquilidad de irte a descansar.
Osorio también recomienda realizar alguna actividad de ocio y/o practicar un deporte, con el fin de que puedas encontrar un momento en el que tu mente esté despejada fuera de la oficina. Incluso, tomar unas vacaciones no te vendría nada mal. Según la directora, irse de viaje y desconectarse por completo un par de días puede ayudarte a tener una relación mucho más sana con el trabajo.
Si ya adoptaste todos estos hábitos y sentís que aún no podés despegarte del trabajo, no descartes la idea de acudir con un profesional. De seguro, un psicólogo te puede ayudar a mejorar el problema.
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