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Terminaba el otoño cuando recibieron una alerta sobre dos perras abandonadas en un barrio en las afueras de Boston. Quienes se acercaron hasta el lugar para brindar ayuda a los animales, nunca supieron cómo ni quién las había dejado allí. Pero querían actuar rápido para llevarlas a un lugar seguro, de modo que dejaron las investigaciones para otro momento. Una vez rescatadas, y aunque fueron trasladadas juntas al refugio de Animal Rescue League (ARL) de esa ciudad, la primera decisión que se tomó fue separarlas. Algo en su comportamiento indicaba que no tenían vínculo más allá de haber compartido el mismo destino.
Para Karma, la perra mestiza a la que le calcularon unos 5 años, el comienzo fue muy difícil. Estaba aterrada: los ladridos del resto de los perros allí alojados, el movimiento constante y la inseguridad de no saber realmente dónde se encontraba, hicieron que los primeros días en el refugio fueran estresantes y que su adaptación al entorno se volviera realmente complicada.
“Gigi pudo calmar a Karma”
“Hasta que el personal del refugio decidió hacer un intento y moverla al mismo recinto en el que estaba Gigi, la chihuahua de 2 años que había sido rescatada con ella. Casi de inmediato, y a pesar de las circunstancias adversas, Gigi pudo calmar a Karma. A partir de ahí, el vínculo se forjó muy rápidamente”, contó el responsable de prensa del refugio, Mike Defina, a un medio local.
Dadas sus diferentes personalidades y tamaños, nadie confiaba en que el vínculo entre ellas funcionara, pero las perras sorprendieron a todos. “Juntas son cómicas y se equilibran entre sí de manera perfecta. Gigi es el alma de la fiesta; quiere conocer a todos y experimentar todo. Su personalidad ayuda a Karma a tener la confianza para conocer nuevas personas y animarse a descubrir nuevos espacios y explorar situaciones distintas. Karma es muy dulce, pero su miedo le impide estar abierta de inmediato a cosas nuevas. Se encariña lentamente, pero una vez que lo hace, es una perrita increíblemente dulce y cariñosa”.
A pesar de sus diferencias, Karma y Gigi desarrollaron un vínculo inquebrantable que se fortaleció a medida que fue pasando el tiempo. Así, ante la alegría de todos, las perras lograron adaptarse sin problemas a las rutinas de la otra y se negaban a separarse sin importar lo que estuvieran haciendo. “Se volvieron inseparables. Ya sea salir a caminar, conocer gente o perros nuevos, comer o dormir, lo hacían todo juntas”.
Después de pasar en el refugio unas semanas, Karma y Gigi se embarcaron en una nueva aventura: encontrar el mismo hogar para siempre. Si bien dar con una familia dispuesta a adoptar dos perros a la vez puede ser un desafío, la gente de Animal Rescue League sabía que alguien querría a ese dúo tan especial.
“El poder de su vínculo es increíble”
Antes de que se dieran cuenta, llegó la familia perfecta. Joanie Reynolds Daly y Philip Reynolds habían perdido recientemente a sus dos perros mayores. Y, aunque estaban atravesando el duelo, no pudieron evitar enamorarse de Karma y Gigi. Pronto solicitaron adoptar a las perritas y fueron aprobados rápidamente.
“El hogar de ensueño de Karma y Gigi era uno con un entorno relativamente tranquilo, donde tendrían el espacio para esparcirse y ser ellas mismos. Abrir su corazón y su hogar no a uno, sino a dos animales es un gran compromiso. ¡Estamos muy agradecidos de que los dos hayan encontrado la situación perfecta!”.
Karma y Gigi, ahora llamada Gaga- pasaron las Fiestas de Fin de Año en familia. A pesar del cambio de entorno, las perritas siguen tan unidas como siempre. “Son muy tiernas entre sí y, después de jugar, siempre se acurrucan juntas para tomar una siesta. ¡Son muy dependientes la una de la otra y el poder de su vínculo es increíble!”.
La gente de ARL no podría estar más feliz de ver a Karma y Gaga prosperar en su nuevo hogar: un final feliz que desean ver para cada animal que cruza sus puertas. Mientras trabajan para hacer realidad ese sueño para cada nuevo residente, no pueden evitar recordar la magia que Karma y Gigi llevaron al refugio. Desde 1899, Animal Rescue League de Boston (ARL) brinda apoyo a los animales en situación de riesgo, las familias y los vecindarios locales a través del trabajo de una red de 1.200 voluntarios y 100 miembros permanentes, preocupados por mejorar la calidad de vida de animales necesitados y darles una segunda oportunidad.
“Cada animal que llega al cuidado de ARL es especial y único a su manera, pero ver cómo Gigi fue capaz de infundir confianza y tranquilidad en Karma fue asombroso. Trabajamos con animales todos los días, pero cuando ves a Karma y Gigi juntas, tienes que detenerte y apreciar la fuerza de su vínculo; es absolutamente maravilloso. Estamos encantados de que las dos hayan podido comenzar el siguiente capítulo de sus vidas juntas y estén felices en su nuevo hogar”.
Fuentes: The Dodo y Animal Rescue League of Boston (ARL).
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