Esta es la pregunta que jamás hay que hacerle a un hijo pequeño cuando vuelve del colegio, según una psicóloga
En una rutina muy habitual y monótona, algunas preguntas no pueden ser las más adecuadas para lograr una buena comunicación
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Con el inicio del nuevo ciclo escolar, muchos padres establecen una rutina al recoger a sus hijos. Sin embargo, una de las preguntas más comunes, “¿Cómo estuvo tu día?”, puede no ser la más adecuada para el momento. Según una especialista, es mejor evitar esta frase ya que hay otras alternativas mejores para facilitar la comunicación.
Evitar la pregunta habitual
Al finalizar la jornada de clases, es normal que los padres pregunten a sus hijos sobre su día escolar. La intención es saber cómo les fue y darle lugar así a la comunicación. De todos modos, muchos niños responden con un simple “no sé” o “bueno”, lo que puede dejar a los padres sintiéndose preocupados o frustrados. Como señaló a HuffPost, Pamela Li, fundadora de Parenting for Brain y psicóloga especializada en paternidad, quien aseguró que esta forma de preguntar puede no ser la más adecuada.
Tal como marcó Li, hay diversas razones por las cuales los niños suelen dar respuestas vagas. En general, se sienten cansados después de un día en la escuela y pueden desear un momento de tranquilidad. Es por eso que la presión de hablar sobre su día puede resultarles agobiante, especialmente si no tienen información emocionante que compartir.
Además, muchos niños, al igual que los adultos, pueden encontrar cierta dificultad para expresar sus pensamientos sobre preguntas generales.
Alternativas para iniciar conversaciones con los niños
En lugar de optar por preguntas amplias, los especialistas coinciden que es más efectivo hacer preguntas específicas que inviten a una conversación más rica, tales como:
- “¿Qué aprendiste hoy?”: Esto permite que el niño comparta algo concreto y relevante.
- “¿Pasó algo gracioso?”: Darle lugar a la risa puede ayudar a que el niño se abra más.
- “¿Tuviste algún proyecto interesante?”: Esto puede motivar a los niños a hablar sobre sus actividades escolares.
Por otro lado, es importante evitar preguntas que puedan parecer interrogativas o que presionen, como “¿Levantaste la mano hoy en clase?”. O: “¿Alguien se portó mal?”.
Es fundamental crear un espacio donde los niños se sientan cómodos al momento de compartir sus experiencias. Una conversación relajada, sin presiones, puede abrir las puertas a un diálogo más profundo. Además, los padres deben estar atentos a las señales de sus hijos y respetar su deseo de no hablar en ciertas situaciones, que si bien pueden no ser traumáticas, el niño prefiere no describir.
LA NACIONTemas
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