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…le pone like como “una señal de que está libre”. Y agregó: “Es como querer llamar la atención del otro, como un toque instagramero, pero nos reímos cuando nos contó. Fue raro, ni idea de qué estará buscando, pero me reí y me pareció irrelevante. No sé por qué saltó esto ahora en enero, se ve que hay gente que investiga, no sé. Pero la verdad es que Bauti es una bomba, cualquier chica le puede dar like, no me genera celos porque sé quién soy, lo que tengo para ofrecer y desde dónde está construido nuestro amor”....
Atenti con el aburrimiento y los días de lluvia, una combinación letal que suele llevarnos compulsivamente a stalkear perfiles en las redes sociales y, en consecuencia, a poner corazones donde no deberíamos. En tiempos en los que pocos individuos se animan a decir de frente lo sienten o piensan, este símbolo y su palabra en inglés viene a expresar intenciones, emociones y deseos que, en algunos casos, pueden prestarse a variadas interpretaciones, como las que despistaron a los protagonistas de este episodio ocurrido semanas atrás en los medios gráficos dedicados al chisme. Todos nos volvemos detectives virtuales cuando alguien llama nuestra atención, pero cuidado: existe una frontera finita entre juego y acoso...
En una encuesta realizada por la empresa de ciberseguridad NortonLifeLock entre más de 2000 adultos de Estados Unidos se comprobó que prácticamente la mitad (el 46 %) habían stalkeado a sus parejas (actuales, pasadas o potenciales) sin el conocimiento y, mucho menos, el consentimiento de éstas; y uno de cada diez confesó haber creado un perfil falso para espiarlas en las redes sociales. Según los datos ampliados, son los hombres más propensos a rastrear la ubicación de una pareja actual o anterior (20% frente al 13% de mujeres) y a tolerar el comportamiento de ‘acoso en línea’ si uno o ambos miembros de la pareja han engañado o se sospecha que lo están haciendo (34% frente a 27%). Los jóvenes son mucho más proclives a involucrarse en estas prácticas, aunque casi la mitad de los consultados de entre 18 y 34 años (45%) considera que es inofensivo. Y lo es, hasta un punto. La principal motivación del detective es ver con quien sale ahora un ex, o bien saber qué hace esa persona con la que tuvimos una relación importante. Cuando conocemos o nos reencontramos con alguien, en especial en las aplicaciones de citas, es lógico -o mejor dicho, indispensable – querer asegurarnos de que es quien dice ser, o quien creíamos conocer bien. Esa investigación inocente se conoce como snooping, y lo contrario, rastrear o perseguir de manera sigilosa a alguien puede convertirse en un patrón de comportamiento rayano en el acoso cibernético. Este puede adoptar muchas formas, pero el denominador común es que no es deseado, es obsesivo y, a veces, ilegal, afirmaba un artículo sobre el tema.
Realizada junto con la consultora The Harris Poll, la encuesta de NortonLifeLock demostró que las formas más comunes de acosar online incluían revisar el teléfono del otro (29%) y el historial de búsqueda en cualquiera de sus dispositivos (21%). Casi uno de cada diez estadounidenses creó un usuario falso para controlar en redes (9%) o rastreó su actividad física mediante su teléfono o aplicación de salud (8%); el 10% admitió usar una aplicación para monitorear los mensajes de texto, llamadas telefónicas, mensajes directos, correos electrónicos y fotos de un ex o pareja actual. “Algunos de los comportamientos identificados pueden parecer inofensivos, pero hay serias implicaciones cuando esto se convierte en un patrón de comportamiento y se intensifica, o cuando las aplicaciones de Stalkerware y creepware caen en manos de un ex o pareja abusiva”, explicaba Kevin Roundy, director técnico de NortonLifeLock. “Estas aplicaciones pueden ser difíciles de detectar ya que se esconden a simple vista como aplicaciones con usos legítimos, como la localización de familiares. Por ejemplo, nuestros investigadores encontraron una aplicación que se marcó como abuso y se autodenominaba ‘Rastreador de novias’ que luego se relanzó y calificó como un rastreador GPS familiar” y agregaba que desde 2017 la empresa viene identificando más de 1000 aplicaciones que podrían permitir el acecho. También detectaron cerca de 1250 dispositivos móviles infectados mensualmente.
Conclusión, lejos estaba la intención de perseguir o tentar al protagonista de esta noticia con unos pocos corazoncitos de buena onda, pero cierto es que todos deberíamos gestionar mejor los likes, léase, nuestro tiempo de ocio. La realidad es mucho más interesante fuera de las redes sociales.
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