Tefi Russo es la creadora de inutilisimas.com, un espacio digital de recetas fáciles. En este lugar produce contenido y escribió su primer libro: Simple, rico y casero.
El estudio de Tefi es un ambiente dentro de su casa de familia. Acá genera contenido de cocina para su blog y escribe los guiones de la serie Tefi en casa. Para las mesas usa placas MDF o puertas viejas. “Sobre la ruta 27, en Benavídez, hay un galpón donde venden ventanas, puertas y portones viejos. Pero hay que revolver un poco…” Dos tablas con caballetes, una pintada y otra natural (Guazú Nambí), son el corazón del ambiente. Hay una soga de pesca con broches de Anthropologie. “El auto es de mi hija. Se lo regalaron para un cumpleaños y decidió que el mejor estacionamiento era mi estudio”.
La decoración se pensó para que todo pudiera moverse de lugar. “Siempre estamos en busca de la mejor luz. Todo lo que se produce en mi estudio se ilumina con luz natural. Por eso hay tablones con caballetes y tapas de mesas de distintos estilos y colores”. Sobre su pasión, Tefi es contundente: “siempre, siempre me gustó cocinar. Pero cuando empecé con Inutilísimas me daba nervios que me siguiera tanta gente porque yo propongo recetas muy simples. Ahora entiendo que es justamente por lo desacartonado que la gente se acerca”.
En la biblioteca, Tefi atesora los libros de cocina y adornos que compra por todo el mundo (vivió en Mallorca, en Moscú, en Berna y en Murcia). En la mesita rodante guarda los repasadores y los utensilios de madera de Anthropologie, Zara Home, Terrain, La Serine, Negro House & Pleasures, Divain Home Deco, Casa Chic, Bartolomea, Reina Batata, Didot, etc. etc. etc. ¿Y la alfombra de colores? “Es un mat de yoga de magiccarpetym.com que me pareció tan lindo que lo dejé de alfombra. En algún momento lo quise encuadrar, como hago con los repasadores que más me gustan”.
A Tefi Russo le importan los colores y es sumamente cuidadosa con la puesta en escena de sus recetas, con la relación cromática de los alimentos con la vajilla. La biblioteca/repisa contiene recipientes y utensilios que usa en grabaciones y fotos. “Es lo primero que llama la atención cuando entrás. Esta biblioteca me consagra como obse. Al principio la tenía ordenada por objetos: platos, bowls, cubiertos, etc. Pero después me di cuenta de que las cosas se aprovechaban, se lucían y se encontraban mejor por color”, dice.
La escalera de ferretería común es un resabio de la obra y todavía tiene manchas de pintura. “Muchas veces me propongo pintarla pero al final me quedo en el intento. Ahora está tapada de delantales. Ahí tengo uno que me trajo mamá de un viaje. Cuando me lo dio no entendíamos cómo se ataba... hasta que descubrimos que ¡era una funda de silla! Pero la adapté y ahora es un delantal divino”.
En el estudio de Tefi también hay un espacio de reunión. Junto a la ventana verde, los diplomas de sus cursos de cocina. “Ahí tengo el del que hice con Donato de Santis, por ejemplo”