El 25 de mayo de 1902., durante su segunda presidencia, Roca inauguró quince nuevos edificios educativos distribuidos en la ciudad de Buenos Aires
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La segunda presidencia del general Julio Argentino Roca (1898-1904) va consolidar su política educativa basada en dos principios fundamentales: “pública y laica” y desarrollada en “palacios-escuelas” de notables dimensiones y con grandes patios de concepción higienista.
Era el espíritu del texto que Roca y su ministro de Justicia, Culto e Instrucción, Eduardo Faustino Wilde, habían firmado en su primera presidencia (1880-1886), al promulgar la Ley 1420 de Educación Común del 8 de julio de 1884 que en su Artículo 2º rezaba “La instrucción primaria debe ser obligatoria, gratuita, gradual y dada conforme a los preceptos de la higiene”.
Wilde volcó en el texto de la ley las dolorosas enseñanzas que recogió durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871, que mató al 8 por ciento de los porteños. Recién recibido de médico, estuvo en la primera línea de batalla, junto con numerosos colegas.
En su segundo mandato, el presidente Roca lo volvió a convocar para dirigir Departamento Nacional de Higiene.
El Consejo Nacional de Educación (CNE) creado por dicha ley, cuyo primer director, nombrado por Roca, fue Domingo Faustino Sarmiento, contaba con una dirección de arquitectura escolar propia, a cuyo frente se convocaba a los mejores arquitectos del momento.
Los establecimientos dónde los niños argentinos iban a recibir educación, serían proyectados por profesionales de la talla de Juan Antonio Buschiazzo, Francesco Tamburini, Gino Aloisi, Carlos Altgelt, Raimundo Batlle y Juan Waldorp, entre otros.
Para el comienzo del siglo XIX, el arquitecto italiano Carlo Morra tuvo la responsabilidad de erigir las casas de estudio palaciegas para CNE.
Morra, marqués de Monterocheta, miembro de una noble familia napolitana que registraba 2 sumos pontífices en su ascendencia, trabajaba en el campo privado para el armador naviero Nicolás Mihanovich, el político Benito Villanueva, las damas de la Misericodia y también para su yerno, Ramón José Cárcano, entre otros. También construyó para el Estado: hizo varios cuarteles, las sedes del Tiro Federal de Belgrano y La Plata, la Lotería Nacional (luego Biblioteca, donde Jorge Luis Borges ocupó el cargo de Director entre 1955 y 1973), que hoy está siendo restaurada por el Ministerio de Obras Públicas de la nación.
Carlos Morra tenía títulos de arquitecto e ingeniero militar formado en Accademia Reale di Torino (Real Academia de Turín) y en la Escuela de Aplicación de Artillería e Ingeniería. Se casó con Inés del Carmen Victorica Urquiza, nieta del general Justo José Urquiza e hija del secretario privado de Urquiza, el general Benjamín Domingo Victorica, múltiple hombre de Estado: ministro de Guerra de los presidentes Derqui, Roca y Sáenz Peña, juez y presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, diputado nacional y presidente de la Cámara, senador nacional, juez provincial, director del Colegio Nacional del Uruguay, decano de la Facultad de Derecho de la UBA y conquistador militar del Chaco y Formosa.
15 palacio escuelas, en un día
El 25 de mayo de 1902, en un acto presidido por Roca en la Escuela Bernardino Rivadavia de la calle Bolívar 1225, se inauguraron la impactante cifra de 15 escuelas.
José María Gutiérrez, presidente del Consejo Nacional de Educación desde su nombramiento en 1895 por el presidente José Evaristo Uriburu, afirmó en su discurso: “No se ha buscado el lujo vano que esteriliza los capitales y que desaparece sin dejar tras sí ningún fruto saludable y útil. Se han consultado los adelantos moderno, teniendo en vista la instalación apropiada, la armonía y severidad de las líneas, la amplitud del espacio, la abundancia y discreta distribución del aire y de la luz, sin las cuales la infancia, como las flores, lleva el sello del aniquilamiento, de las deformidades y del fin prematuro”.
Sus palabras trasuntaban la memoria fresca de las tragedias sanitarias de principios de la década de 1870: el cólera y la fiebre amarilla, que van a impactar de lleno en el urbanismo porteño. La Generación del 80 será la responsable de crear escuelas y hospitales con los conceptos higienistas. En el caso de los establecimientos educativos, para ser precisos, planteaban un ideal de 3 metros cuadrados por alumno. Al ratio se llegaba dividiendo la superficie de la escuela por el número de la matrícula. Recién se alcanzó ese objetivo con la construcción del Colegio Bernasconi, paradigma de la Escuela-Palacio.
En tiempos donde las redes sociales se llenan de memes por la inauguración de una canilla, o muestras la foto de atrás de un acto con plano cerrado dónde la épica se desvanece, hablar de la inauguración de 15 escuelas “a estrenar” en un mismo acto parece una fake news.
Las nuevas casas de estudios respondían a 3 tipologías consensuadas por el Consejo y el arquitecto en 1899, que variaban en su tamaño, simetría y organización espacial.
La tipología “A” eran para lotes estrechos y se organizaban como la “casa chorizo”, o la mitad de la vieja “domus romana”, asimétricas, con dos patios paralelos a las aulas, desarrollados a los largo del terreno, en un solo nivel con aulas y un segundo, sobre la línea municipal, de oficinas, con la entrada pegada a una medianera, izquierda o derecha: Escuela Tomás M. de Anchorena, en Anchorena 855; Escuela José María Gutiérrez, en La Rioja 1848; y Escuela Juan María Gutiérrez, en Rocha 1226.
La tipología “b”, ya contemplaba un terreno más grande, con dos pisos de aulas. Los patios se ajustaban al ancho del terreno: Escuela Florencio Balcarce, en Acuña de Figueroa 850; escuela Tomasa Quintana de Escalada, en Avenida Corrientes 5332; Escuela Bernardino Rivadavia, en Bolívar 1225.
Las escuelas de tipo “C” era más grandes con un volumen central de 2 niveles y dos alas simetricas de un solo nivel, con 2 grandes patios internos. Son: Escuela Juan Bautista Alberdi, en Crámer 2136; Escuela General Las Heras, en Julián Álvarez 2849; Escuela Padre Castañeda, en Morón 3745; y Escuela Salvador María del Carril, en Quintino Bocayuva 620.
Los colegios ya edificados, que fueron ampliados, fueron los siguientes: Escuela Nieves Escalada de Oromí, en San Antonio 682; el actual Colegio Nacional Número 5 General Mitre, en Valentín Gómez 3163; Escuela Rufino Sánchez, en La Rioja 850; y Escuela French y Beruti, en Juncal 690.
En la mayoría de las fachadas se destacaba el orden neoclásico, gran puerta de 2 hojas de hierro fundido, gran ventana termal en el primer piso y un frontis triangular arriba del nombre de cada establecimiento, pilastras rematadas en un capiteles jónicos, reconocibles por representar 2 volutas descendentes.
Los detalles arquitectónicos que remontan a los tiempos de Grecia y Roma, no eran casualidad, el leit motiv era “mens sana in corpore sano”.
Sin embargo, todas esas referencias no siempre eran bien recibidas, decía en un párrafo la nota del día anterior en éste diario “La edificación Escolar en Buenos Aires, Casas Palacios, errores que deben corregirse, comparción con los Estados Unidos”, el escriba nos regala un párrafo de vibrante prosa pasional, y con conocimiento de causa, expresa con una pluma flámigera su parecer, es un lindo ejercio de lectura:
“Con todo, de reconocer y aplaudir sin reservas la buena inteción y el propósito que guió a sus autores, no podemos por menos dejar constancia, ya que la oportunidad se presenta, del erróneo criterio con que la autoridad escolar de la capital principió su edificación propia. Esos palacios que desde hace años muestran su arquitectura pesada y sin estilo, que son un muestrario de molduras y cornisones recargados e impropios, no responden a su objeto y son más que casas para escuelas, racional y científicamente construidas, caserones de muchas piezas, antihigiénicas algunas, reducidas otras y con patios pequeños, con luz y ventilación problemática y que se ha consultado más el efecto de conjunto que la apropiación del detalle. Más de una vez las hemos recorrido, lamentando en cada nueva visita, la inexperiencia con que se ha gastado tanto dinero sin llegar a un fin práctico, útil y excelente como hubiera sido de esperar; y si fuéramos a citar ejemplos podríamos llegar a estas incongruencias, escuelas para 300 alumnos, pero patios para la mitad, con grandes vestíbulos de entrada en los que no se permite estar a los alumnos y corredores estrechos que parecen de vivienda pobre, con estatuas simbólicas, mas o menos mamarrachos y sin servicios internos, espaciosos y bien colocados, con salas de clase que se reciben luz de la derecha, sin elementos para renovar el aire constantemente y no pocas veces sin la capacidad que determinan la leyes más elementales de la materia”
Al final se insiste en adecuar el esfuerzo al entorno, parece duro, pero es una crítica, nunca mejor expresado, constructiva:
“Esto no quiere decir que no se deba tener a la vista estos modelos y hasta imitarlos, pues cada uno, dentro de su grupo porpio, es obra estimable: sino que al recibir indicaciones, al copiar obras que estan consagradas como buenas, se debe tratar de ajustar tan perfectamente sus partes, consultando las exigencias locales, como para que no resulte, cada una con su tendecia propia y sin que todas concurran al mismo fin”.
En la cobertura de tan relevante día, Caras y Caretas publicó fotos de las escuelas a inaugurarse: 12 a estrenar y 3 ampliaciones de obras preexistentes.
El semanario publica, además, el valor total de la inversión educativa: “el valor de estos edificios representa una considerable erogación para el Estado que ha satifecho por ellos la suma total de 1.847.030,87 pesos″
Las tipo “C”, las más grandes, costaron 286.000 pesos.
¿Cómo se financiaron esas 15 escuelas? El texto de la ley 1420, en su capítulo V, “Tesoro común de las escuelas- Fondos escolar permanente”, ofrece el detalle:
Artículo 44º- Constituirán el tesoro común de las escuelas: 1º El 20% de la venta de tierras nacionales en los territorios y colonias de la nación, siempre que no exceda el producido de 200.000 pesos moneda nacional.
2º El 50% de los intereses de los depósitos judiciales de la Capital.
3º El 40% de la Contribución Directa de la Capital, territorios y colonias nacionales.
Amén de éstas 15 nuevas obras, estaban muy iniciadas otras que se inaugurarían en los próximos meses: Lambaré 965, -José Solá- Libertad y Tucumán -hoy Presidente Roca-, Sarmiento y Av. Pueyrredón –Presidente Mitre- y Pringles 263 –General Belgrano-
Menos la de Juncal 690 y la de Cabildo casi Monroe, 13 de las escuelas inauguradas por Roca ese día siguen en pie, tan públicas y laicas como el primer día.