Escándalo en la realeza: la princesa Eugenia mostró por error un tatuaje secreto
La pieza de arte corporal que, hasta el momento, había sido un secreto quedó expuesta durante el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II
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A lo largo de cuatro días, las calles del Reino Unido se tiñeron de fiesta para celebrar el Jubileo de Plata de la Reina Isabel II. Los setenta años de reinado convocaron a toda la familia real así como también a los ciudadanos ingleses, quienes formaron parte de los diversos eventos festivos organizados especialmente para la fecha. Tanto los medios de comunicación como las redes sociales fueron invadidas por los fragmentos del momento histórico. No obstante, el glamour, la moda y los escandalosos encuentros fueron opacados por un impensado avistamiento: el tatuaje de la princesa Eugenia.
Londres se convirtió en el escenario de uno de los sucesos más grandes para la corona británica y, en consecuencia, fue el punto de reunión de la multitudinaria familia real. Príncipes, princesas, duques, condes y condesas (al igual que otras tantas personas portadoras de títulos nobiliarios) desfilaron por las calles de la capital al mismo tiempo que lucían sus mejores trajes. Incluso fueron el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes no asistían a un evento similar desde que abandonaron la corona y se mudaron a Estados Unidos en el 2020.
El variopinto y colorido grupo se ubicó en el centro de la mirada del ojo público, el cuál se dedicó a analizar con detenimiento cada uno de sus movimientos. Desde los atuendos hasta a quien y cómo saludaban fueron observados con atención, en un intento de detectar cualquier mínimo desliz o detalle que pudiera saciar la curiosidad.
Entre los múltiples episodios que fueron comentados por la audiencia, quizás uno de los más llamativos fue la inesperada revelación de la princesa Eugenia. La hija del príncipe Andrés y de la duquesa Sarah, nieta de la Reina Isabel, asistió al Servicio de Acción de Gracias en la Catedral de San Pablo junto a toda su familia real para participar del homenaje a su abuela.
Su presencia captó rápidamente la atención ya que, para la ocasión, eligió un vestido de cuello alto y falda por debajo de las rodillas de un estridente color naranja -obra de su diseñadora favorita, Emilia Wickstead- y lo acompañó con zapatos y un sombrero color negro. Sin embargo, no fue su look el que se destacó sino su peinado, el cual reveló un pequeño tatuaje.
La princesa suele tener el pelo suelto pero, en esta ocasión, lució un semi recogido que mostraba parte del cuello. De este modo, se pudo ver el círculo o corazón ubicado detrás de una de sus orejas. Aunque esto generó un leve nivel de desconcierto, no es la primera princesa o integrante de la corona en lucir orgullosa sus modificaciones corporales.
El caso más recordado es el del rey Jorge V, quien ocupó el trono desde 1910 hasta 1936 y que contaba con múltiples tatuajes. Esto se debió a que él, al ser el segundo hijo, nunca pensó que iba a convertirse en mandatario y vivió gran parte de su vida como un integrante más de la Marina Real.
Tras la muerte de Alberto Víctor, su hermano mayor, él se vio obligado a abandonar su profesión y tomar el mando. Pasó a la historia como uno de los reyes más queridos de la historia del Reino Unido, a pesar de tener un gigantesco tigre tatuado en un brazo y un dragón rojo en el otro.
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