Los felinos fueron abandonados por un circo en 2007; la organización Four Paws ya está en el país para coordinar su traslado
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Al principio, los tigres eran dos, un macho y una hembra, y viajaban con una compañía de circo que recorría el país. Después de cada espectáculo, los acarreaban a su vagón, un rectángulo enrejado de 75 metros cuadrados, y los encerraban hasta llegar al próximo destino. Así, pasaron años. Pero en 2007, mientras la empresa recorría San Luis, algo sucedió, aunque nadie sabe exactamente qué. El director de la empresa dejó el vagón con los dos felinos en un campo y le pidió al propietario que los cuidara por seis meses, hasta que él volviera a buscarlos. Pero nunca regresó, y los tigres, que unos años después se reprodujeron y pasaron a ser cuatro, quedaron enjaulados en ese pequeño vehículo, a cargo de un hombre que poco sabía sobre especies salvajes, durante los siguientes 15 años.
Esta es la historia que llegó, el noviembre pasado, a oídos del veterinario egipcio Amir Khalil, especialista en animales salvajes. Khalil es el director de desarrollo de proyectos de la organización internacional Four Paws, que se dedica, entre otras cosas, al rescate de animales en condiciones de vida insalubres. Parte de su equipo de trabajo ya se encuentra en San Luis ocupándose de hacer los estudios médicos preliminares al rescate de los cuatro animales.
“Pensá que algunas parejas se quejan cuando viven en 45 metros cuadrados. Imaginate cuatro tigres encerrados en 75. Es trágico. Creemos, por los estudios que se hicieron, que los dos más chicos, de unos 10 años, nunca pisaron el suelo”, dice Luciana D’Abramo, argentina que trabaja como directora de desarrollo de Four Paws en Austria, donde se encuentran las oficinas de la organización.
Los primeros chequeos médicos realizados por los veterinarios de la organización mostraron que el encierro de los felinos los ha afectado mentalmente, por lo que anticipan que su traslado y su adaptación a su nuevo hogar será complicado. De todas formas, pese a las “pésimas” condiciones de higiene en las que viven, los especialistas remarcan que, por suerte, ninguno de los cuatro se encuentra deteriorado físicamente.
¿A dónde los llevarán?
Según D’Abramo, lo ideal hubiese sido encontrarles un nuevo hogar en un santuario o en alguna reserva de la región, pero no fue posible, dado que ninguno de estos lugares cumple con los estrictos requisitos de la organización. “Cuando hablamos de bienestar animal, no es solo darles de comer y mantenerlos vivos, hay otros estándares: psicofísicos y emocionales. Estos animales, que no se pueden soltar a la naturaleza porque nunca han vivido fuera de cautiverio, necesitan al menos media hectárea cada uno, estar separados de los otros tipo de animales y tener ciertas actividades que los hagan volver a sentirse animales y recuperar sus instintos. En la Argentina hay reservas y bioparques, pero en estos no se cumplen estas condiciones”, explica.
Four Paws tiene 14 santuarios de animales en diferentes partes del mundo. Los principales se encuentran en Sudáfrica, Holanda y Jordania. “Creemos que van a ir a Lionsrock, en Sudáfrica. Son animales que sufrieron mucho y merecen ir al mejor lugar que podemos ofrecerles”, anticipa Khalil. El tamaño de Lionsrock, según el médico veterinario, equivale al de 3000 estadios de fútbol. Allí viven tigres rescatados de todas partes del mundo.
Como todo rescate, el de los cuatro tigres de San Luis implica la articulación de distintos tipos de vehículos de gran porte, sedantes, papeleo y cooperación internacional. “Mover cuatro tigres adultos no es fácil. Primero, los vamos a sedar, como hacemos cuando tenemos que sacarles sangre o hacerles estudios médicos. Y después los vamos a subir a cuatro camiones, hasta Buenos Aires”, explica Khalil por videollamada, desde Austria. A principios de la semana que viene, el reconocido veterinario estará llegando a San Luis para sumarse a su equipo y al de la secretaría de Medio Ambiente de la provincia, que ha colaborado en todo el proceso. El terminará de concretar la entrega de todos los documentos necesarios para sacar a los felinos del país.
Los cuatro animales viajarán en avión hasta Sudáfrica. La organización está evaluando las opciones que les ofrecieron Air France y KLM. Una vez arriba del primer transporte, los veterinarios a cargo van a despertar a los tigres para que estos puedan estar erguidos durante el viaje, y así evitar que se lesionen.
Cómo suelen reaccionar al llegar al “paraíso”
“De repente llegan al santuario, que para ellos es un paraíso. Cada animal tiene distintas reacciones. A algunos, al principio, les da miedo, porque pasaron toda su vida en un espacio muy acotado y les da miedo moverse. Los osos, cuando llegan, suelen pasar horas oliendo todo lo que los rodea”, detalla Amir.
Los tigres que vivieron años en cautiverio llegan al santuario con instinto para matar, pero no para sobrevivir, dice el veterinario. “Los ponemos en un lugar donde puedan comer, dormir, escalar, nadar. Tienen una gran pileta cada uno”, cuenta. A veces, los cuidadores les esconden la comida, para que aprendan a buscarla, o les colocan distintos obstáculos.
De a poco, los animales salvajes empiezan a recuperar sus instintos. ”Con los osos, por ejemplo, una de las señales de que empiezan a ser osos de nuevo es cuando empiezan a hibernar. Cuando los usan para bailar en restaurantes o para sacarse fotos, dejan de hibernar. Es un gran festejo cuando vemos que empiezan a preparar sus cuevas”, dice D’Abramo.
Durante su adaptación al santuario, cada animal permanece cercado, para evitar que tenga reacciones agresivas con otros. Pero con el tiempo, cuando va recuperando su instinto, puede empezar a convivir con otros de su especie.
Un nuevo santuario en…¿Argentina?
Es la primera vez que Four Paws organiza un rescate en América Latina, pero Khalil espera que sea el primero de muchos. “Hay muchos animales con captura ilegal en la región. Y en la Argentina hay mucho potencial para encontrar una solución de largo plazo para estos animales”, afirma.
El 25 de febrero, el veterinario viajará de San Luis a Buenos Aires para reunirse con el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié. Durante el encuentro, anticipa, la organización y los funcionarios pensarán en conjunto distintas alternativas para encontrarles un nuevo hogar a todos estos animales. “Me encantaría que la Argentina tenga un santuario. Podemos cooperar con el Gobierno para lograrlo. Pero primero hay que hablar con ellos para ver qué pueden hacer, qué no, teniendo en cuenta los problemas económicos del país. Nosotros no podemos hacerlo solos, pero podemos hacer un trabajo conjunto”, suma.
Próxima Misión
Khalil anticipa que este año Four Paws tiene los horarios ajustados, ya que tiene coordinados una gran cantidad de rescates en diferentes partes del mundo. “Tenemos muchos animales para salvar en Sudán: hay dos leones esqueléticos que los vamos a llevar a Jordania. Los estamos alimentando para que estén en buenas condiciones de viajar”, cuenta.
El elefante más solitario del mundo
Entre su historial de rescates, el veterinario destaca un caso en particular, que llevó años de preparación: el del elefante Kaavan, cuya historia se viralizó alrededor del globo. Los medios lo llamaban “el elefante más solitario del mundo”. “Pasó 35 años encadenado en Pakistan. Le dieron comida de mas, así que era enorme. Mató a dos personas debido a su situación y nadie más pudo entrar por tres años. Yo empecé a cantarle. Por alguna razón, le gustó mi canto, algo que nunca me había pasado -se ríe- y nos hicimos amigos. La cantante Cher se enteró y vino a cantar conmigo. Lo fuimos entrenando. Y contratamos un gran avión para llevarlo a un santuario en Camboya”, cuenta.
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