Es socióloga, descubrió la joyería y con puntillas fundidas crea piezas únicas
LA NACIONViviana Álvarez
Una idea desafiante y el gusto por los anillos llevaron a Paula Pereiro a iniciarse en la joyería contemporánea cuando su vida profesional estaba dedicada a la Sociología. Un día se encontró con una amiga que tenía un anillo espectacular que había hecho ella misma. "Entonces yo también puedo hacerlo", fue la afirmación que surgió como una epifanía.
Enseguida empezó a tomar clases con Rita Hampton y Yamila Regueira. El rápido e inesperado éxito de sus piezas la obligó a planificar sus pasos. Primero, surgió el nombre Astoria, un giro femenino al nombre de Astor Piazzolla, amado por Paula. Luego, se instaló en su taller íntimo, amplio y luminoso donde realiza cada pieza de manera artesanal y recibe a su creciente clientela.
Rodeada de imágenes de Frida Kahlo, frases inspiradoras y buena música, Paula escucha con interés y sensibilidad los relatos de quienes se acercan para crear desde cero o darles nueva vida a joyas atesoradas. Así, funde dos alianzas que se convierten en una, diseña talismanes que protegen a quienes les tienen miedo a volar, o graba "palabras clave" que solo entienden tres amigas y que llevarán en sus collares. Cada historia, como cada objeto, es única e irrepetible.
Me gusta lo orgánico y no soy nada prolija. Las piezas que hago podrían haber sido encontradas en una excavación arqueológica
¿Cuáles son tus materiales y técnicas preferidas?
Me encanta el oro porque es dúctil, maleable y resiste el paso del tiempo mucho mejor que otros. En cuanto a técnicas, amo modelar en cera, ya que se obtienen texturas orgánicas muy atractivas.
¿Tenés alguna pieza emblemática?
Si tuviera que elegir una, sería el collar ‘Sors’. En general lo presento grabado con la frase de Virgilio, "Amor Vincit Omnia" (que significa, en latín, "el amor todo lo vence"). Me han pedido grabar en él las frases más increíbles y en diferentes idiomas (como hebreo, francés, italiano) o para simbolizar situaciones personales de lo más variadas. ¡He llegado a grabarle una fórmula química!
¿Cuáles son las que más les gustan a tus clientas?
Les llaman mucho la atención las que están hechas a partir de puntillas fundidas, tal vez por la mezcla entre la calidez de lo textil y la rigidez del metal. Me han traído puntillas que pertenecían a sus madres o abuelas, para transformarlas en una joya que toma un valor muy especial.
¿Qué valor tienen las joyas para vos?
Creo que son más importantes que un simple accesorio, aunque en ocasiones son solo eso, pero también las atesoramos o las usamos como talismanes que nos empoderan o nos ayudan a atravesar distintos momentos.
Por Viviana Álvarez
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