Gaby Machel comenzó a gestar su proyecto en 2007. Instalada en Montecarlo, ciudad ubicada a orillas del río Paraná en la húmeda Misiones, decidió comenzar un nuevo camino laboral, quizá sin saber que se convertiría en empresa productiva. Además de su profesión de paisajista y su claro amor por la naturaleza, se sumó un recuerdo de infancia. Aromas y sabores que permanecían en la memoria. Es que su familia, de origen europeo, solía elaborar conservas de frutas y verduras que se cosechaban en épocas de abundancia, para los momentos menos fructíferos.
Surgió entonces la idea de hacer algo diferente, algo que el mercado no estaba ofreciendo. Basada en su talento y sus imágenes de la niñez, frutas tropicales como mango, papaya y ananá fueron los primeros ingredientes de sus Chutneys y conservas
Reformar la cocina de sus padres fue el paso inicial. Si bien el chutney es muy conocido como condimento originario de la India, el concepto se extendió a todo el mundo y mutó para adaptarse a las necesidades locales, como sucede con la mayoría de los alimentos. El término "chutney" proviene de "chatni", del este de la India, que significa "muy condimentado" y se describe como un condimento que suele estar compuesto por una mezcla de fruta cortada, vinagre, especias y azúcar, cocinados hasta obtener una pasta con trozos de fruta.
Sus recetas son formulaciones que fue ajustando mediante prueba y error, hasta dar con las que ya son un clásico de su marca. Siempre cuidando que sus productos tengan esa impronta casera que los caracteriza.
Luego de tomar capacitaciones y tramitar habilitaciones como producto artesanal, decidió que era necesario tener un espacio propio. A través de un subsidio logró llegar a tener su planta de producción, que se encuentra en Montecarlo. Gaby trabaja con su hijo Christopher durante todo el año y a la hora del acopio de fruta, que es durante el verano, contrata ayuda.
Las especies que se utilizan para la elaboración de las preparaciones son frutas que estaban en el mercado misionero, pero se comercializaban como frutas frescas, como ananá, mburucuyá, mango, limón sutil, entre otras. Son frutas tropicales, por lo tanto sufren las heladas en años muy fríos. Sin embargo, si se plantan en el espacio adecuado, no deberían tener inconvenientes.
El mango crece en cada jardín; al mamón lo siembran los pájaros; los cítricos siempre fueron de esta zona. Arándano y mburucuyá son producciones más nuevas, pero se dan muy bien
Al no tener cultivo propio, recorren con frecuencia la zona en busca de productores pequeños. Pero en general, la fruta la acercan a la fábrica los productores y allí sólo se eligen aquellas que maduraron en la planta, para que mantengan su valor más preciado: la fragancia. Elaboran sin conservantes ni aditivos, bajo normas estrictas de inocuidad y por ello pueden certificar libre de gluten y Ok Kosher Certification. La producción depende del mercado, ya que es un producto gourmet. Al consumidor llegan a través de las tantas ferias en que han participado, tanto en la provincia de Misiones como en el interior del país, en Buenos Aires e incluso en el exterior.
Al original mercado de los chutneys, posteriormente se agregaron mermeladas y luego confituras. La última incorporación fue la versátil salsa de mburucuyá, que puede usarse en comidas agridulces, en postres o incluso en tragos. Y Gaby Machel va por más: "Si me preguntan qué sueño tengo, sin duda diría: sacar una línea de productos con frutas nativas de nuestra tierra colorada.
Sabrosas curiosidades
- ¿Qué porcentaje de fruta se necesita en chutneys y confituras? Entre 45 y 50%, según el producto, en los chutneys y 75% en las confituras.
- ¿Cuánto tiempo dura una conserva? Cuatro años.
- ¿El chutney más solicitado? Cambia según la época del año, pero finalmente gana el de mango, mostaza y vainilla.
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