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Buenos Aires amaneció inmensa y, Tessa, se perdió en la vorágine de sus calles. Hacía apenas unos días que había aterrizado en la Argentina, un país que había visitado en el pasado, pero que ahora la recibía para emprender la mayor aventura de su vida. Observó los edificios y carteles, desorientada, y su mirada interrogante alertó a un peatón que, al advertir su situación, la acompañó hasta la parada del colectivo y aguardó junto a ella la llegada del transporte.
"Cosas así me pasaron muchas veces y, aunque estamos en una ciudad enorme, considero que hay un gran sentido de comunidad entre la gente. El argentino es muy amable", reflexiona la joven nacida en Londres.
Durante los primeros meses, Tessa se dispuso a realizar varios trámites y, junto a ellos, arribaron otros impactos culturales. En aquella odisea descubrió que, en el colectivo, el subte o la fila, terminaba hablando de la vida con cualquier extraño: "Esto me gusta mucho. Te hace sentir menos sola en una urbe bastante caótica. Es muy distinto a Inglaterra – amo la gente de mi país y no es ‘fría’ como se suele pensar, pero sí, son más cerrados con los desconocidos y están más a la ‘defensiva’ en la calle".
Tessa había llegado de Manchester, ciudad en la que se había graduado en administración de empresas y español, pero aun a pesar de dominar el idioma, en un comienzo le resultó evidente su dificultad para adaptarse a la velocidad de las conversaciones y la jerga argentina: "Había aprendido el español de España y me costaba entender de qué hablaba la gente, en especial en grandes grupos, ¡acá todos hablan al mismo tiempo! Cuando por fin comprendía algo y quería acotar, el momento ya había pasado", recuerda entre carcajadas. "Ahora, después de siete años en Buenos Aires, me dicen que hablo como una porteña más: puedo sostener una larga charla con los taxistas o gente desconocida sin que me pregunten: `¿de dónde sos?´"
Sin dudas, adaptarse al país fue un desafío, pero Argentina había ingresado al corazón de Tessa para quedarse, y animarla a descubrir otras facetas de su vida.
Argentina: ¿La decisión correcta?
La decisión de volar de su mundo conocido para vivir en Buenos Aires, fue sencilla y compleja a la vez. Tessa había estado en Argentina en el 2013, en el marco de un intercambio estudiantil, y en aquel tiempo se enamoró de un argentino y de la ciudad. Vivió cinco meses mágicos, regresar a Manchester resultó desgarrador.
"Le siguió un año duro en Inglaterra, había dejado parte de mi corazón en la Argentina", rememora la inglesa, quien tenía 20 años por aquel entonces. "Mi familia sabía que me había enamorado, por eso no le sorprendió que anunciara que quería hallar la manera de irme a vivir a Buenos Aires".
Tessa envió varios currículums hasta que, un día, una buena empresa le anunció que estaban dispuestos a contratarla. No lo dudó, tomó todos sus ahorros provenientes de su trabajo como moza en Manchester, y compró el pasaje que la llevaría de regreso a una tierra que extrañaba y a su amor.
"Mis padres son inmigrantes de Estados Unidos, también dejaron su familia y su mundo conocido para establecerse en Londres, por lo que me comprendieron. A su vez, conocían mi espíritu independiente y explorador, sin embargo, creo que en el fondo no esperaban que repitiera la historia y me mudara tan lejos. Igualmente, yo ya vivía en Manchester y mi experiencia me demostró que cuando la conexión es fuerte, permanecés unido y llega el reencuentro, donde sea y cuando sea. Confío en eso y me tranquiliza".
Tessa lloró desconsoladamente en el aeropuerto. ¿Llegaría hacia el lugar que recordaba? Tal vez, había idealizado. De pronto sintió nervios, pero los dejó pasar. La joven jamás olvidará el sol, el cielo azul y el rostro de su novio, Martín, al salir del aeropuerto de Ezeiza. En ese momento supo que había tomado la decisión correcta.
Vitel toné, tías brujas, los efectos de la lluvia y otras costumbres extrañas
Los padres de Martín le abrieron la puerta de su casa y la hicieron sentir tan bienvenida, que todos los miedos restantes terminaron por desvanecerse. Tessa se sintió feliz. Vivió con ellos durante varios meses, hasta que la pareja pudo mudarse sola: "Vivir con una familia tan abierta y amorosa ayudó mucho en el proceso de adaptarme a mi nueva realidad", reflexiona.
Pero, con el paso del tiempo y su inserción en la sociedad porteña, emergieron nuevos aspectos de la ciudad que la extrañaron positivamente. La inglesa jamás hubiera imaginado, por ejemplo, hallar tanta creatividad.
"¡El talento artístico y musical que encontrás en un subte en Buenos Aires es impresionante!", asegura. "Por otro lado, me impactó la habilidad de agitar los brazos, ya sea en la cancha, una manifestación o una fiesta. Y, hablando de celebraciones, el vitel toné es la combinación más extraña de comida que probé. ¡Pero qué ricos son los vinos y los helados acá!", continúa riendo, "Otra cuestión muy extraña - y acá creo que coincide cualquier inmigrante – es que podés tener la conversación de tu vida con los taxistas, que saben todo de todo. ¡Y acá todos parecieran tener una tía bruja, que tiene fórmulas increíbles para curarte cualquier dolencia!".
"Y, sin dudas, me asombra muchísimo que, cuando llueve, la gente no sale. ¡Nunca podríamos hacer nada en Inglaterra si canceláramos planes por lluvia!".
Buenos Aires creativa, inspiradora, y con sueldos que no corresponden
Los años pasaron y, entre amistades profundas, un amor sólido y un buen empleo, Tessa amaneció un día sintiéndose aceptada como una argentina más. Buenos Aires no solo la había integrado, también le había obsequiado la posibilidad de cuestionarse, redescubrirse y tomar coraje. Ella había estudiado una carrera orientada a los negocios, pero la ciudad y su gente la alentaron a explorar un sueño que traía del pasado.
"Mis amigos argentinos son los que me dieron el empuje para hacer algo que siempre quise hacer: ser DJ. Gracias a ellos, ahora hace más de dos años que lo hago y tuve la oportunidad de tocar en muchos lugares hermosos. Pasar música me permitió compartir parte de la cultura de mi país - o mejor dicho la gran diversidad de culturas que lo conforman - y mezclarlo con las influencias de mi nuevo hogar en Sudamérica. Acá hay muchos centros culturales y lugares hermosos para tocar y siento que hay muchas más oportunidades para artistas emergentes que en Londres, en donde el mercado está saturado y es más difícil entrar en la escena".
"Sin embargo, dedicarse a tiempo completo como DJ para la mayoría no es realista, no alcanza para mantenerse. Durante mis siete años acá, tuve la suerte de tener buenos trabajos en empresas, pero, en general, veo que es muy difícil encontrar un empleo que pague bien; los sueldos argentinos no corresponden con el costo de vida y los precios siguen subiendo: para muchos es difícil llegar al fin del mes", continúa en otro tono. "Por otro lado, ya no veo tantas oportunidades como antes, y este año es duro. En mi caso, perdí mi trabajo – en turismo - a causa de la pandemia, al igual que muchos amigos. Actualmente, todos estamos resignificando nuestras vidas y trabajos".
"Y con la pandemia desparecieron todos los contratos para los DJs y artistas; la cultura, la música y el arte está en un momento de crisis y eso me preocupa mucho. Fue por ello que con mi mejor amiga acá, Rixa, lanzamos un proyecto que se llama Caza Beats, una comunidad musical en la que hacemos streamings semanales con DJs del under, tanto nacionales como internacionales. Me encanta porque puedo combinar mis conexiones con gente de afuera, y compartir y mostrar el talento de los artistas argentinos. En ese sentido, con la pandemia se rompieron las barreras entre países".
La similitud con los ingleses y los aprendizajes de una tierra espontánea
Rodeada de personas con una energía artística que le llena el alma, después de siete años, Tessa se siente integrada. Buenos Aires la inspiró a bucear en sus verdaderas pasiones, y su novio y la familia de su novio, son su familia. Hoy, la inglesa de 28 años, asegura que tiene la fortuna de vivir en una sociedad cálida y amorosa, que sabe disfrutar del presente.
"A pesar de que las cosas a veces se complican mucho, pero mucho, me encanta vivir en Buenos Aires", reflexiona. "Siento que la gente acá es más espontánea, pero que también existe una fuerte similitud entre los ingleses y los argentinos en términos del sentido del humor y la forma cariñosa de `tomarle el pelo´ a tus amigos, algo que me gusta mucho y me hace sentir más en casa", dice conmovida.
"Con mi experiencia aprendí a tener más paciencia y `bajar un cambio´ cuando las cosas no funcionan o no salen exactamente como querés. A su vez, el deseo que la gente tiene en esta tierra de luchar por lo que creen, me inspira cada día. Ver el respeto e importancia que se le da a la familia acá, me hizo priorizar de otro modo a la mía, lo que agradezco mucho", sonríe.
"Acá aprendí a ser más respetuosa y abierta con todas las distintas culturas y costumbres. A no juzgar a la gente, algo muy importante para establecer relaciones y encontrar tu lugar en otra nación. Como inmigrante, nunca vas a entender realmente cómo es ser de ese país y criarse en ese país, pero eso mismo te enseña a escuchar mejor y aprender, para tratar de empatizar y comprender".
"En Argentina aprendí que lo importante en la vida no es lo material y cada día me enseña la importancia de encontrar formas de expresarme y crear. Esta tierra me ayudó a tener más confianza, a entender que, a pesar de todo, tenemos la determinación y fortaleza para superar los tiempos difíciles".
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Argentina Inesperada es una sección que propone ahondar en los motivos y sentimientos de aquellos extranjeros que eligieron suelo argentino para vivir. Si querés compartir tu experiencia podés escribir a argentinainesperada@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
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