Hace 16 años, unos meses después de llegar al Valle de Hudson, en el estado de Nueva York, la argentina Mariel Fiori (42) se anotó como oyente en algunas clases de la Universidad Bard College en Humanidades. Se había graduado en Periodismo a mediados de la década de 1990 en Buenos Aires, donde trabajó en radio, TV y medios gráficos y, a poco de llegar a los Estados Unidos (acompañando a quien era entonces su marido), tuvo una oportunidad que supo aprovechar: la posibilidad de iniciar el proyecto estudiantil de una revista en español: La Voz. Un medio de comunicación que, 15 años después, es un referente para los 140.000 latinos que viven en el Distrito Histórico del Valle del Río Hudson, y que le valió a su fundadora una cantidad de reconocimientos.
Mariel Fiori empezó hace 16 años con La Voz, una revista estudiantil en el Valle de Hudson que hoy se convirtió en una herramienta para visibilizar a la comunidad de habla hispana.
"Cuando llegué encontré páginas en internet y publicaciones independientes en español, pero no eran ciento por ciento locales ni tampoco profesionales, por eso nuestro primer desafío fue quebrar esa imagen de precariedad y realizar un medio en español con un diseño atractivo y bien escrito", explica Fiori, cofundadora de La Voz junto con la periodista Emily Schmall.
En la revista se difunden temas de cultura y educación, además de herramientas útiles para la población hispanohablante. "La necesidad de una comunidad informada y organizada es urgente. Solo en el Valle de Hudson hay decenas de miles de personas que no hablan bien el idioma inglés, no tienen suficiente dinero para vivir y realizan las tareas que casi nadie más quiere hacer por un salario bajo. Esa es la realidad en un momento como el actual, cuando los latinos somos invisibilizados por los grandes medios".
La necesidad de una comunidad latina informada y organizada es urgente.
El proyecto estudiantil comenzó en 2004, hasta que Mariel completó sus estudios de la carrera de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos y propuso a la universidad continuar el financiamiento, sumar anunciantes, hacer crecer el medio, agregarle páginas, darle color y mayor periodicidad, una apuesta que encontró eco en las autoridades educativas y en el público que cada mes espera encontrar una de las 6000 revistas distribuidas en 500 puntos.
"Me di cuenta de que la propuesta estaba funcionando cuando en las ferias que participábamos se acercaban señoras a mirar las revistas y decían: «Esta la tengo, esta también, esta también…». ¡Es que las coleccionaban! O cuando recibí el mail de un estudiante secundario, quien me relató que su profesora utilizaba La Voz para dictar sus clases de español", relata Mariel.
La voz vía Hangouts de esta argentina del barrio de Devoto tiene el tono de doblaje de película. "Uno de los primeros trabajos que tuve fue como tutora en clases de español. Para encontrar un lenguaje común con mis estudiantes, empecé a hablar lento y neutral, al mismo tiempo que me fui mimetizando con los latinos que viven acá, en su mayoría mexicanos o de Centroamérica. ¡Pero cuando viajo a Buenos Aires recupero rápidamente el acento!".
A través de la pantalla, Mariel muestra fotos de una manifestación que cubrió recientemente, un pedido a las autoridades para que reestablezcan las licencias de conducir para todos los neoyorquinos, sin importar su estatus migratorio. Este es uno de los tantos problemas cotidianos que afecta a los latinos, del cual difícilmente nos hayamos enterado, mientras el de la expulsión de migrantes trasciende fronteras: "Hay miles de personas apostadas entre México y Estados Unidos, y todos los días llegan más, esperando su turno para ver si pueden cambiar su suerte. Todavía aprecian la posibilidad de vivir y de trabajar acá, y aunque sean la base de la pirámide, consiguen más que en sus países, y están agradecidos".