Ernesto Neto: energía pura
El artista carioca se prepara para deslumbrar a Buenos Aires con sus impactantes instalaciones
Habla como en torrente, hilando una idea con otra sin pausa; colorido, musical y sinuoso como su ciudad. Exuberante como su obra.
Nacido en Río de Janeiro, en 1964, Ernesto Neto es algo más que uno de los principales referentes del arte contemporáneo brasileño: es el creador de deslumbrantes universos visuales, táctiles y corpóreos (en algunas ocasiones, también olfativos), donde lo orgánico se hace onírico, la escultura se encuentra con la arquitectura y las instalaciones se ofrecen como espacios para ser recorridos, palpados y disfrutados. O degustados, como prefiere decir él. "No quiero que mis obras sean sólo una cosa conceptual o teórica –asegura–. Quiero que sean algo que ocurre en varios tiempos, que se puedan mirar y degustar de diversas formas. Me interesa eso: saborear, como se saborea cada momento de la vida, incluso los más difíciles."
De paso fugaz por Buenos Aires, el artista carioca vino a poner a punto Hiper Cultura Loucura en el Vértigo del Mundo, la muestra que, con curaduría de Jessica Morgan, inaugurará el 21 de este mes en el flamante Faena Art Center (espacio que ese mismo día abrirá sus puertas por primera vez al público). Como al pasar, Neto comenta lo que bien podría ser la clave de ese estallido de vitalidad que sustenta a sus trabajos: "Para mí sólo existen dos tipos de cosas: las bellas y las tristes. Lo opuesto de lo bello no es lo feo; es lo triste. Porque hay tanta tristeza, tanta incomprensión, tanta brutalidad… Pienso que mi trabajo encierra una mezcla de brutalidad con delicadeza."
–¿Cómo se produce esa combinación?
–La idea de delicadeza es muy importante. Y está el trabajo con el crochet. El crochet te permite ser rudo con la delicadeza.
Neto sonríe y enlaza, enfático, unos hilos imaginarios. "Cada crochet es como una espiral –explica, entusiasmado–. Comienzas por el centro y vas abriendo hasta alcanzar el tamaño que quieres... Todo a mano, ¿comprendes? Me enamoré de esta técnica."
El enérgico gesto que hace en el aire remeda el trabajo que, durante meses, realizó junto con un equipo de 30 personas en su taller de Río de Janeiro. Es que, tras mucho experimentar con estructuras de tela transparente, objetos de nylon y suaves membranas de Lycra, hace aproximadamente un año se sumergió en las posibilidades del crochet hecho a mano. Metros y metros de un enorme trabajo artesanal, realizado con cuerdas de todos los colores, nutrirá la ambiciosa instalación que próximamente exhibirá en Buenos Aires: una pasarela que atravesará el amplio espacio de exposiciones del Faena, invitando a los visitantes a subirse y recorrerla. "Podrás llegar arriba y mirar el horizonte –continúa el artista–. Como cuando estás en una montaña y te parece que eso es la eternidad. Pero la eternidad es la vida cotidiana: la calle, los teléfonos, la gente. Nuestra eternidad es, en realidad, finita. Estoy trabajando con eso: la tensión de la forma, el cuerpo y la gravedad frente al respiro que da la visión del horizonte, esa perspectiva, esa esperanza. Esta obra tiene que ver con eso y con la sensación de la vida, la desorientación y el vértigo."
–¿Su percepción de Buenos Aires resonó en este trabajo?
–Hay un camino que une Río de Janeiro y Buenos Aires, que es la vida en la calle. También pensé mucho en el horizonte, en el Río de la Plata. En la mezcla de colores de las cuerdas hay un plateado, además de las que tienden al rosa, al verde y al amarillo.
– ¿De qué modo está manejando el tema de la seguridad?
–Nos asesoramos con ingenieros. Técnicos de la universidad de Brasil hicieron pruebas sobre la resistencia de las cuerdas. Yo hago todos los cálculos con mi cabeza. Pero cuando alguno de mis proyectos puede implicar algún peligro, recurro a ingenieros.
–¿Cómo se logra el equilibrio entre el fluir creativo y lo riguroso del pensamiento técnico?
–Los cálculos no son opuestos a la creación; la vida es una especie de conocimiento. Sí me molesta la obsesión por los protocolos de seguridad: las medidas de Health & Safety. El mundo será destruido por el Health & Safety, ¡son los jinetes del Apocalipsis!
–¿Por qué piensa eso?
–El año pasado, cuando expuse en la galería Hayward de Londres, tuve problemas todo el tiempo. Cada cosa que proponía se enfrentaba con alguna normativa de Health & Safety. Al final, las restricciones se convirtieron en parte del sentido de la obra. De todos modos, creo que el problema es la industria que se genera alrededor de la seguridad. En Brasil, por ejemplo, siempre se vendió jugo de coco en las calles, en las playas. Ahora hay una campaña para prohibirlo. Dicen que es peligroso abrirlo con cuchillo, como es la costumbre. ¡Quieren que se venda envasado! O lo que pasa en Estados Unidos. Allí está prohibido nadar en los lagos, a menos que existan medidas de seguridad. Lo hacen para evitar posibles demandas al Estado por accidentes en el agua. Mientras tanto, ¡te prohíben nadar! Yo no entiendo este destino del mundo, me parece absurdo. ¿A quién le puede interesar? Sólo a las compañías de seguros, a la industria de la seguridad que pretende controlar nuestras vida. Están convirtiendo en dinero la eternidad de la vida cotidiana.
–¿Cuál es su opinión acerca del arte de la periferia ?
–Ahí entramos en un tema muy importante, que es el multiculturalismo. El hombre que hizo los atentados en Oslo quería matar porque no quería aceptar el multiculturalismo. Estamos viviendo un momento dramático, con personas que asesinan en nombre de la pureza. A mí me interesa la mezcla. El problema es que dentro de la palabra multicultural hay muchas separaciones. Por eso prefiero hablar de hiperculturalismo, que sugiere una mayor hermandad: el mestizaje total, la cultura humana. Mira, cada persona es un vaso de cultura. El eurocéntrico se piensa que el mundo existe sólo a partir de su punto de vista, lo cual es muy normal (risas). Yo soy brasileño, mezclado, colonizado…, no está claro dónde comienza o termina mi punto de vista. ¡De lo que sí estoy seguro es que no es un punto de vista europeo! (se ríe con ganas). Somos todos humanos, estamos en un mismo planeta, girando todos juntos alrededor del sol. Tenemos que preservar esa diversidad que es parte de la cultura humana.
Vitalismo ambiente
Por Jessica Morgan
En mis veinte años de curadora, les puedo decir que no he tenido a menudo el placer de trabajar con un artista de la talla de Ernesto Neto. Todos sabemos que a Neto le gusta hablar, filosofar y analizar, pero también le gusta moverse, cantar, bailar, beber y reír. Trabajar en una exposición con Neto es ingresar en un acogedor y estimulante mundo intelectual donde los pensamientos del artista fluyen impresionantemente entrelazados para esgrimir un análisis transversal del estado actual del juego. Es precisamente la combinación de una mirada analítica con una propuesta casi utópica como alternativa (estilo de vida, experiencia espacial, interacción social) lo que genera los ambientes esculturales únicos que él ha estado creando desde hace casi dos décadas. Su trabajo no se parece en lo más mínimo a una propuesta didáctica ni a una representación documental: Neto ha encontrado un lenguaje en la arquitectura y en el ambiente para compensar las ausencias y las negaciones de nuestra sociedad del siglo XX.
En su propuesta vemos un enfoque radical hacia la vida y también una herramienta para examinar aquello que nos rodea día a día. Su trabajo refleja que la vida diaria carece de placeres sensoriales, que la velocidad de la vida en el siglo XXI es tal que los momentos de reflexión sin una dirección predefinida casi no existen, y que el aspecto lúdico en la vida se ha reducido a la comunicación electrónica con poco o ningún contacto social o interacción física. El trabajo de Neto no sugiere una relación ilusoria con una utopía pasada e inventada, sino que plantea la preocupación del artista por la negociación contemporánea del espacio, el lugar, las relaciones sociales y la función de lo local en lo global. Su trabajo ha sido influenciado por su formación en Brasil y por la compleja historia de dicho país: su pasado colonial, la interferencia política de Estados Unidos y el boom contemporáneo.
Para este proyecto, Neto pasó gran parte de su tiempo en donde se encontrará su obra. Se empapó de Buenos Aires, en las calles, las noticias, los grafitis, la historia política y la arquitectura. Si bien es probable que el trabajo final responda más específicamente al ambiente de la sala de exposiciones, es poco probable que hubiera surgido sin este proceso de investigación en la ciudad. En el camino se han perdido varios proyectos que abordaban la política y las características de Buenos Aires, tal vez porque la necesidad de expresarlos se vio mitigada por el deseo del artista de crear otra experiencia o plataforma desde la cual podría considerar el entorno, en vez de ilustrar las cuestiones del día a día. El trabajo de Neto normalmente vuelve a distintos tipos de entornos espaciales y sensoriales: cerrado o aislado, horizontal, elevado y sensual en el uso del sonido, el olfato y el tacto. Nos ofrece una perspectiva que sale de lo común e invita al visitante a quedarse de un modo poco visto en exposiciones contemporáneas. Para esta muestra, Neto decidió rápidamente hacer una obra que le permitiera al espectador experimentar el cenit de un espacio que en una época desempeñó un papel vital en la producción de granos del país. Pero como toda obra del autor, no está del todo completa hasta que el público la camina, la ocupa y la vive.
*La autora es curadora Daskalopoulos de Arte Internacional de la Tate
Tiempo y espacio
Por Emiliano Miliyo
La inauguración de un nuevo espacio para las artes siempre me entusiasma, y las características del Faena Art Center me inspiran especialmente. Su apertura a la experimentación, su apuesta al cruce entre disciplinas y su apoyo a la investigación estética son particularidades que invitan a reflexionar acerca de la naturaleza de los lugares dedicados a la difusión de las producciones artísticas.
El nacimiento del arte moderno no sólo fue el resultado de la instauración del modelo de artista como creador individual, sino también de su inserción en la esfera social, con el surgimiento de los dispositivos de exhibición pública. Hasta el siglo XVIII, en Francia, los Salones eran exposiciones privadas para miembros de la Corte donde participaban únicamente artistas pertenecientes a la Academia. Luego de la Revolución se organizó el primer Salón con una convocatoria abierta a todos los artistas, incluso a extranjeros. Sin bien la admisión de las obras nunca fue enteramente libre, el Salón encarnó las aspiraciones democráticas de 1789 y se convirtió en el primer espacio público para el arte tal como lo conocemos. Un siglo más tarde, esa democratización del hecho artístico escapó de los límites academizantes del Salón para conquistar diversos espacios públicos y privados: estudios de artistas, cafés, galerías. A esto se le sumó la novedad de las Ferias Universales, que originaron un nuevo tipo de exhibición. Muestras como El salón de los rechazados, en 1863; o El salón de los independientes, en 1884, redefinieron los vínculos entre el artista, su obra, la exhibición y el público. No es casual que esa declaración de independencia artística coincida con el nacimiento de la crítica de arte según la practicaron Diderot, Stendhal o Baudelaire. Esa multiplicidad de cambios cimentaron las bases del arte moderno como institución plural y cambiante. Pronto llegarían las bienales, los museos con obra de artistas vivos y las galerías, en un movimiento de continua transformación.
Hoy, el Faena Art Center se postula como un complejo proyecto cultural que se propone brindar a la ciudad de Buenos Aires un espacio único. Concebido para el siglo XXI, se presenta como un proyecto abierto hacia múltiples direcciones, con una programación interdisciplinaria, que contempla la experimentación artística y apoya la investigación.
*El autor es artista visual
Para agendar. Hiper Cultura Loucura en el Vértigo del Mundo (instalaciones de Ernesto Neto)
Desde el 21 de septiembre hasta el 20 de noviembre. En Faena Art Center, Azucena Villaflor 460; www.faenaartcenter.org
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