A una búsqueda precisa le siguió una serie de decisiones acertadas enfocadas en correcciones de obra y detalles de interiorismo muy concretos.
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La brújula interior marcaba el boulevard Cerviño, un departamento al frente con mucha luz y una cocina integrada al living. Con esa clarísima imagen en mente, Juan Grillo empezó un rastreo online hasta dar con este dos ambientes, apenas a dos cuadras de donde vivía. Cuando revisó las fotos, recordó haber visto el departamento publicado en Living. “Lo visité con todo bastante conocido”, comenta divertido. “Tenía los metros justos, estaba en un edificio sólido y, por si fuera poco, en buen estado. Igual, sabía que iba tener que hacerle algunos cambios para sentirlo propio”, cuenta.
Lo que queda y lo que cambia
Lo que al principio iban a ser detalles, se convirtió en un trabajo más extenso junto con la arquitecta Silvia Feijóo. Cambiaron todos los pisos y aberturas, agregaron una puerta hacia el cuarto y pintaron de gris pleno varias paredes, además de modificar la cocina. El estilo, entre neoyorquino y minimalista, responde al gusto del dueño de casa.
Se tapó la vista de la heladera con un murete. Además, sus tres nichos funcionan como estantes decorativos.
“La estructura del living quedó casi intacta, con un estilo más despojado y una paleta acotada al gris y el blanco”
Acá (y en el dormitorio), Juan limitó las cortinas a las roller, que le resultan más netas e igual de eficientes sin sumarles otras de tela. Además, se cambió el piso flotante en mal estado por un porcelanato italiano símil madera (Barugel Azulay) que instalaron hasta en el balcón. La sola excepción fue el baño.
"La dueña anterior me regaló el mueble de TV y biblioteca. Como no me convencía que ocupara toda la pared, la arquitecta propuso cortarle la alzada: quedó como uno nuevo". Hoy, despejada y gris, el color favorito de Juan, casi en el mismo tono del sillón que traía.
Cocina integrada
"El edificio tiene lavadero, pero por comodidad quería tener mi propio lavarropas. Se colocó donde antes estaba la cocina".
Arriba del lavarropas instalaron un anafe eléctrico y un extractor desmontable, y la barra se adaptó para alojar un horno eléctrico que mira hacia la cocina. El calefón estaba a la vista, pero hoy está detrás de una estructura de placa de yeso que también funciona como escobero. Los muebles bajomesada se renovaron con pintura blanca y otros tiradores. Para ganar espacio para la vajilla, hicieron a medida las alacenas, siguiendo el mismo estilo.
“Me gusta la dinámica que introduce la cocina integrada. Sabía que quería eso en mi nuevo departamento”
Nueva organización
“El acceso al cuarto era un panel corredizo. Decidimos agregar una puerta para que, cuando hay invitados, el baño quede accesible y el dormitorio, cerrado”. Además, Juan cambió estantes por un ropero que le permite organizar todos sus pares de zapatillas en la parte abajo, y guardar la ropa de abrigo y la de cama arriba.
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