Espacios definidos, mayor contacto con la naturaleza, objetos y muebles que privilegian la comodidad son algunas de las nuevas tendencias
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Fue muy rápido. En cuestión de días, tras la declaración de la pandemia y del aislamiento obligatorio, comenzamos a convivir 24 horas en casa, ese lugar querido pero en el que no estábamos todo el tiempo. De esa experiencia única que trajo nuevas formas de habitar y pensar los ambientes, traemos testimonios de protagonistas de nuestras notas que hablan de reflexión, creatividad y capacidad para adaptarse a los cambios.
Renovar con accesorios
“Ahora que tenemos tiempo...” Es una de las frases que más escuchamos en estos meses. Estar en casa, observar detenidamente el uso que se le da a cada ambiente y cómo equiparlo, alejó a muchos de las compras compulsivas y derivó en decisiones meditadas y conscientes.
En una nota que formará parte de la edición de mayo de Living Ani Clement, que comparte contenidos sobre diseño y decoración desde su cuenta de Instagram, nos contó que decoró el 80 por ciento de su casa durante la pandemia. Con más tiempo disponible, pudo definir un criterio: elegir un elemento de un ambiente y a partir ahí definir objetos texturas y colores para lograr composiciones serenas y armónicas.
Trabajo artesanal
Durante los primeros días de cuarentena surgieron los planes para ponerse al día con las reparaciones pendientes o con pequeñas modificaciones. Cancheros en la materia porque reconstruyeron una casa en ruinas, hicieron los muebles y hasta las lámparas, la ambientadora Catalina Gallo y su marido Benjamin Powell se lanzaron a hacer el revestimiento en machimbre del dormitorio.
Explorar la veta creativa
Terrazas, balcones o patios fueron los espacios más aprovechados y durante meses, casi la única conexión con el aire libre y la vista al cielo abierto. Geraldine Picayo, una de las creadoras de Lacroze Design Studio encontró en las paredes de la amplia terraza de su departamento de dos ambientes el lugar indicado para desplegar su pasión por la pintura con este mural botánico. Como en su hogar, todas las habilidades artesanales así como los objetos atesorados y recuperados ganaron un lugar especial.
Rituales diarios
A nuestro cronista Rodolfo Vera Calderón la agitación previa a la cuarentena lo encontró en Madrid. “¡Salí de ahí y vení para Palma!”, le dijeron sus amigos Juan Peralta y Mauricio Obarrio, creadores de Contain, un reconocido estudio de iluminación y diseño. Para ellos, mantener rituales diarios, establecer distintos lugares para descansar y definir los espacios de trabajo resultó un buen método.
“Confinados, todos los días empezábamos la jornada escuchando las noticias y discutiendo la situación tan atípica que estábamos viviendo. Armamos un plan en el que cada uno tuviese su espacio donde trabajar y pasábamos largas horas en el pasaje de la finca tomando sol, leyendo o simplemente charlando”, recuerda Rodolfo.
Cambio de escenario
¿Qué aprendimos este año? Que la vida es una sola y hay que disfrutarla sin demoras. Durante la cuarentena, los arquitectos Delfina Riverti y Franco Riccheri (socio del estudio Fram) se mudaron de Palermo a un balneario en Uruguay para cumplir el sueño de despertar cada día escuchando las olas desde esta casa modular diseñada y construida por ellos mismos. Dos días antes de empezar la obra, la pareja supo que esperaba un bebé. ¿La solución? Dos vidrios más y agregar 60cm al cuarto. “El lunes llegamos como si nada y deslizamos los planos nuevos. Es tan modular el diseño que nadie se dio cuenta”.
El entorno y la espacialidad alteran la percepción de esta planta abierta de 45m2. “Nunca parece un monoambiente, se ve mucho verde y hasta un pedacito de mar. Esa fue la búsqueda al abrirnos tanto”.
Una vuelta de tuerca
A Luis Ariel Brusich y Luis Juárez los conocimos en la última producción de la sección Tres Vecinos que hicimos semanas antes de la pandemia. En su departamento de 40 metros cuadrados, las plantas de interior esculturales se destacan gracias a una decoración depurada y minimalista. Confinados, supieron encontrarle la vuelta a las jornadas de home office y se repartieron los espacios: la barra que es la única mesa alta y el dormitorio que puede integrarse o separarse del living según sea necesario. La luz natural abundante hizo que todo fuera más armónico.
Certezas confirmadas
Una distribución simple, sin recovecos ni pasillos; que la cocina fuera central y se integrara con el playroom y con la galería fue una de las premisas de los dueños de esta casa que proyectó el arquitecto Lucio Gernaert Willmar. Los meses en pausa confirmaron que las decisiones fueron acertadas porque ahora más que nunca las cocinas se consagraron como el corazón de la casa. Además, ya no hay cabida para espacios residuales. Cada rincón debe ser práctico, confortable y funcional.
“Me parecía raro poner una mesa negra y cuadrada en el escritorio, pero resultó genial. El color le dio una onda muy canchera al espacio y el formato nos permite usarlo a full ahora que estamos trabajando y estudiando en casa”.
Trabajar en casa
Qué difícil fue coordinar los horarios de clases virtuales con las reuniones de trabajo por zoom. Esta dinámica dejó al descubierto que las plantas integradas son ideales para los momentos de encuentro, pero para concentrarse es necesario tener cierta privacidad. Mirando hacia adelante, proyectar un estudio o destinar un lugar para el escritorio dentro de los dormitorios invertir en sillas y accesorios ergonómicos podría ser una buena idea.
En el dormitorio conectado al balcón aterrazado y con la incomparable vista hacia el Jardín Botánico, la dueña de casa destinó un sector del dormitorio para instalar su escritorio.
Placeres cotidianos
Se trata nada más y nada menos que de vivir rodeados de los objetos que tiene valor emocional, de generar ambientes en los que den ganas de quedarse, con colores estimulantes, variedad de texturas y muebles mullidos de líneas suaves. muebles cómodos, colores estimulantes y líneas suaves. Será cuestión de emprender la aventura de hacer del hogar un oasis personal.
“Mi cumpleaños fue en plena cuarentena; no se podía ver a nadie y estaba medio triste. Cuando me preguntaron qué quería de regalo, les respondí: ‘Nada... no sé, una plantita’”, cuenta Marina Maiztegui, diseñadora de interiores, publicista y creadora de @soloparami, una usina de contenido deco. Con su presencia contundente, la strelitzia que casi toca el techo sacudió la melancolía y se convirtió en naturaleza viva dentro de casa.
Rodearse de lo más querido
Experta en imagen personal, moda y diseño, Carolina Aubele ha sabido mantenerse erguida en las cimas más altas del éxito. Esa templanza se refleja en la segunda reforma de esta propiedad ubicada en una calle inusualmente silenciosa del barrio de Palermo.
“Estos meses necesité mover los muebles de lugar, es algo que me hace muy bien. Todo cambio ayuda, te renueva la cabeza”.
Diez años después, las decisiones fueron rotundas; las más visibles: el primer piso y la apuesta por el total white. “Para mí, el hogar es una experiencia que incluye lo táctil, la luz y los perfumes”, dice acerca del oasis que la contiene y la inspira —entre otras cosas— para las filmaciones de los cursos online de su instituto de formación, Maison Aubele. “Mi casa representa mi mundo”, suelta mientras abre la ventana para renovar el aire con el aroma de los jazmines.
Espacios flexibles
Los ambientes ahora pueden cambiar de uso y función, según sea necesario como pasa con el entrepiso que proyectó en su casa la arquitecta Verónica Gilotaux. del estudio Mezcla. Este espacio que se encuentra sobre la cocina y balconea hacia el comedor diario y el living fue pensado como cuarto de huéspedes y playroom, pero ahora sirve como escritorio.
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