De chica, Soledad Álvarez Campos dormía con su hermana en un cuarto sin ventanas. Sábados y domingos, el barrio de Tribunales quedaba vacío, y entre muebles oscuros y el eco de alguna bocina lejana, ella soñaba con mudarse a un lugar más divertido y luminoso, pero por sobre todas las cosas, repleto de verde. A sus 33 años, nos abre las puertas de la casa del árbol que siempre imaginó. Acá vive junto con su novio, Juan Miguens, a quien conoció cuando ambos estudiaban arquitectura. Hoy, él tiene en su haber el diseño del edificio en el que conviven desde hace poco más de un año (Estudio Lacroze Miguens Prati).
Ella es curadora, y reparte su tiempo entre el arte y los libros como responsable de prensa en Malba y editora web de Revista Atletas y de Literal, la comunidad de lectores de Penguin Random House. La tercera protagonista de esta historia es su singular colección de obras arte: "Sigue la misma filosofía que aplicamos al decorar: los tuyos, los míos y los nuestros".
Juan heredó algunas piezas de su familia de creativos, y ella aportó las propias: desde sus primeras adquisiciones en las grandes baratas que organizan algunas galerías, hasta las de artistas consagrados con los que alguna vez trabajó. Cuando compran juntos, prefieren hacerlo en ferias de arte.
"Hicimos la hamaca juntos. El asiento era una tabla de cortar de Juan; los pompones, parte de una cortina mía; y las sogas, las compramos en una ferretería. Los invitados se marean, pero para nosotros es el lugar de la casa para dejarse ir"
En la biblioteca (Mercado de Pulgas) ordenada por color, oso de cerámica esmaltada del sudafricano Alex Goldberg, lámpara de bronce de Objetos Luminosos (Tienda Malba) y reloj de arena naranja (MoMA Store).
Acá, obras del padre de Juan, un tríptico de hojas de enciclopedia intervenidas por Hernán Soriano y un dibujo de Lucas Di Pascuale (Galería El Gran Vidrio). La del cuchillo (en blanco) es de Eduardo Basualdo y pertenece a una serie que presentó en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
"Cada una de las obras que hay en esta casa tiene un valor sentimental para nosotros. Pero si tuviese que salvarlas de un incendio, me llevaría primero las de Matías Duville y Eduardo Basualdo, porque los quiero, somos amigos; Juan, supongo, las obras de su abuela".
"Hemos hecho fiestas hasta con cuarenta personas en la terraza. De chica, en casa no había grandes reuniones, pero la familia de Juan es todo lo contrario; así que eso de invitar todo el tiempo claramente lo tomé de él".
Debajo de la pérgola de hierro, la mesa ya está servida. Mantel comprado en una edición de Puro Diseño; los platos son de Compañía de Oriente.
La bicicleta de colección es original inglesa del año 1952. La lámpara de mimbre (Mimbrería Gorriti) corona la mesa que Juan compró en un remate para su departamento anterior; las sillas Bertoia (Miagala Decó) vinieron del de Soledad.
"También tengo una ‘colección de arte vandálica’. Hace poco vino Jeff Koons a Malba. Mientras estábamos haciendo fotos, se pasó un peine por la cabeza y me preguntó: ‘¿Así estoy bien? Guardámelo y después me lo das’. ¡Y me olvidé por completo! Así que, aunque solo yo sepa que es de él… ¡puedo decir que en casa tengo el peine de Jeff Koons!".
El living, la cocina y el comedor diario están integrados, y las losas y columnas de hormigón a la vista le aportan al espacio reminiscencias modernistas. Sobre la cómoda restaurada (Mercado de Pulgas), lámpara de Objetos Luminosos. La cortina de baño (H&M Home), como no podía ser de otra forma, es de color verde bosque.
"Hoy el arte y los libros están casi compitiendo por mi interés. Voy a un taller de escritura desde hace dos años. Nos hicimos muy amigas entre todas y cada tanto nos vamos de retiro de lectura. Este año lanzamos Revista Atletas".
Sobre el escritorio que la pareja mandó a hacer, el libro pop-up que recrea el parque de atracciones de Coney Island en formato desplegable es una edición limitada de Ninja Producciones; Soledad lo compró en arteBA. El florero blanco es de Falabella.
"A la personalidad de Juan la veo representada en todos sus proyectos. En nuestra casa se refleja en el color del piso de cemento alisado pigmentado, por ejemplo. No lo había visto en ningún lado hasta llegar acá. Él está más en la estructura; yo, en los detalles".
Sobre el acolchado, la última adquisición de la dueña de casa: una manta artesanal de lana de llama, comprada en Salta. El diseño de los almohadones es de una artista amiga, Laura Riolfi. Mesas de luz (Mercado de Pulgas). Lámpara de techo (Fábrica de Luz). El cuadro es de Josefina Robirosa.
Plano del depto
Más notas de Decoración
Más leídas de Lifestyle
Alerta. Qué le pasa al organismo si no consumo magnesio
Magnesio. Qué son los "hilos" blancos de la mandarina y por qué no deberías quitárselos jamás
Revolucionario. Buscaba tener dinero y descubrió una fórmula que cambió al mundo para siempre
Superalimento. La semilla que regula el azúcar en sangre, reduce el estrés y ayuda a dormir mejor