Una leyenda cuenta que allí vivió una joven mujer que, luego de quedar viuda murió de tristeza o asesinada.
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“Desde tiempos de Felipe II, un espectro blanco se aparece sobre los tejados de la Casa de las Siete Chimeneas. Recordaremos la trágica historia de este icónico edificio próximo a la calle Alcalá, una vía con varias historias fantasmagóricas por conocer. Espíritus atormentados merodean por Alcalá, Montera y Gran Vía. Almas de épocas pasadas recorren la capital al caer la tarde. Descubre sus leyendas con este free tour de los fantasmas de Madrid”.
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Algo de historia
Una de ellas es la que tiene como protagonista a La Casa de las Siete Chimeneas, un edificio construido entre 1574 y 1577 y diseñado por el arquitecto Antonio Sillero.
En 1586 Andrea de Lurano realizó la primera ampliación del inmueble, un caserón rectangular de dos pisos y un techo con tejas a cuatro aguas que remata en siete chimeneas, razón por la cual se la conoce popularmente con este nombre.
Una mujer que cautivaba por su belleza
A la hora de empezar a hablar de leyendas lo primero que hay que contar es que esta casa se habría construido para que viviera la hija de un montero de Felipe II, de quien se sospecha fue amante en secreto. Esta joven, Elena, se caracterizaba por una extraordinaria belleza que cautivó al hijo de Carlos I (rey de España de 1516 a 1556 y emperador de Alemania de 1519 a 1556) cuando aún era príncipe. Se trataba de Felipe II de España, a quien se lo conocía con el apodo de “El Prudente”, rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte.
De hecho, hablando de leyendas, se comenta que Felipe II y Elena tuvieron un breve, pero intenso romance y que las habitaciones de “La Casa de las Siete Chimeneas” fueron testigos de esa encendida pasión que disfrutaban a escondidas. Es más, parte de este cuento asegura que hasta habrían tenido una hija.
Casamiento, muerte, tristeza y melancolía
Sin embargo, esta mujer, que al parecer era bastante enamoradiza, se casó con un capitán del ejército real de apellido Zapata. Su objetivo era emparentar con la realeza ya que carecía de la nobleza necesaria para ese fin.
Pero, lamentablemente, el amor entre ellos duró muy poco ya que luego de dar el sí él partió a la guerra en Flandes contra las tropas francesas y falleció en la famosa batalla de San Quintín.
Siendo muy joven y con las ilusiones que traía a cuestas, a Elena le costó mucho poder salir a flote ante semejante noticia. Se encontrada embargada por tanta tristeza, angustia, desesperación y melancolía. En medio del duelo se sintió desolada y devastada. Y, aparentemente, no tenía con quien desahogarse. Estaba sola y desesperanzada. Y la depresión era tal que hasta había dejado de comer por lo que su aspecto distaba mucho del de esa chica que no hacía mucho había seducido a propios y extraños.
¿Muerte o asesinato?
Algunas personas que contaron y compartieron esta leyenda afirmaron fehacientemente que Elena murió de pena. Sin embargo, otros dijeron que antes de ese fatal desenlace había dado a luz a una niña de la que no se supo nada. ¿Habrá sido hija de su difunto marido o de Felipe II?
Lo cierto es que el tema se complicó cuando los sirvientes que trabajaban en la casa manifestaron que en realidad Elena no había muerto de tristeza, sino que había sido asesinada. Y para eso tenían una prueba que parecía irrefutable: habían descubierto en su cuerpo varias marcas de cuchillos. A partir de ese momento comenzaron a circular rumores que relacionaban la muerte de la joven con el Rey, que había sido su amante y que, tal vez, trataba de ocultar una relación de la que había nacida una supuesta hija por evitar futuros problemas sucesorios.
Una nueva muerte
Lo raro fue que luego de realizar una exhaustiva investigación las autoridades acusaron del crimen al padre de Elena cuyo cuerpo apareció colgado de una soga en una viga de la Casa de las Siete Chimeneas al poco tiempo de ser interrogado.
Tras esa nueva fatalidad las autoridades intentaron reabrir la investigación sobre la muerte de Elena, pero el cadáver ya había desaparecido. A pesar de que se especuló con que podía haber sido ocultado en alguna de las paredes del edificio o enterrada en uno de los jardines nadie nunca supo qué pasó con ese cuerpo.
Lo que faltaba: la aparición de fantasma
Como si fuera poco todo lo que ya había acontecido en esa propiedad, cuando ya parecía que no se hablaba más de los crímenes que habían ocurrido un hombre aseguró haber visto por las noches una figura deslizándose sobre el techo entre las chimeneas de la casa. Según dijo, se trataba de una mujer vestida de blanco que llevaba una antorcha en una mano.
A partir de ese momento se armó una especie de debate entre quienes habían logrado ingresar a la casa. Algunos sostenían que se trataba del fantasma de Elena, que reclamaba justicia y acusaba al Rey de su muerte y de la desaparición de su cadáver. Otros, en cambio, dijeron que era la hija de Elena, que había sido criada como huérfana a pesar de que su verdadero padre habría sido el propio Felipe II.
La Casa de las Siete Chimeneas se encuentra en el barrio de Chueca, muy cerca de la Plaza del Rey y a pocos pasos de la Gran Vía. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico, en 1948 y reformada en 1957 por los arquitectos Fernando Chueca Goitia y José Antonio Domínguez Salazar, siendo desde la década de 1980 y hasta la actualidad una de las sedes del Ministerio de Educación y Cultura de España.