Vivir en el espacio podría brindar las claves para curar enfermedades graves, dice la NASA
La agencia espacial estudia los efectos la microgravedad en las células madre, entre otros doscientos experimentos en el espacio, lo que podría conducir a nuevos tratamientos preventivos
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Hace unos meses, el 4 de marzo de 2024, se lanzó exitosamente la misión SpaceX Crew 8 de la NASA. Desde el Centro Espacial Kennedy, en Estados Unidos, despegó el cohete con una tripulación de tres astronautas y un cosmonauta. Uno de los propósitos del vuelo era desarrollar más de 200 experimentos científicos, con el fin de resolver preguntas sobre el cuerpo humano y distintas enfermedades.
“Hay unos 200 experimentos científicos. Y muchas de las cosas con las que se soñaba en los viejos tiempos están empezando a hacerse realidad: el uso del crecimiento de cristales de proteínas, la investigación médica sobre el uso y el crecimiento de células madre en microgravedad”, explicó el administrador de la NASA, Bill Nelson para el medio loca Florida Today.
De acuerdo con la descripción general de la misión, publicada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, la experimentación también incluirá el uso de células madre para crear modelos organoides, estudiar enfermedades degenerativas y los efectos de la microgravedad y la radiación ultravioleta en las plantas a nivel celular. Según Nelson, indagarán sobre el cerebro y se centrarán en encontrar curas para el cáncer y la pérdida ósea.
Por el momento, se siguen esperando los resultados de los experimentos científicos de esta misión. Sin embargo, investigaciones previas demostrando la utilidad de vivir en el Espacio en el entendimiento de enfermedades y afecciones de salud.
Durante los viajes espaciales, los astronautas se ven afectados por la microgravedad, la radiación y el aislamiento. Algunos de los cambios en sus cuerpos son similares a los problemas de salud asociados con el envejecimiento o el estilo de vida sedentario.
“Los experimentos científicos realizados con astronautas en el Espacio mejoran nuestra comprensión de las condiciones médicas en la Tierra”, indicó un comunicado de prensa de la Agencia Espacial Canadiense.
Vivir en el espacio: el desarrollo de tratamientos para la osteoporosis
La NASA explicó que, por cada mes que pasan en el Espacio, los astronautas pierden el uno por ciento de densidad ósea de los huesos que soportan el peso. Esto se debe a que en la Tierra se trabajan y estimulan constantemente a través del movimiento, pero las condiciones durante el viaje espacial son distintas.
Por lo tanto, se realizaron experimentos en ratones para buscar soluciones. Los científicos Emily Germain-Lee y Se-Jin Lee desarrollaron un experimento en el laboratorio de la Estación Espacial Internacional sobre el efecto de la microgravedad en los roedores.
Los hallazgos del equipo, publicados en un artículo en la revista PNAS, revelaron que la inhibición de las proteínas proporcionaba una protección significativa contra la pérdida de masa muscular y ósea en microgravedad, resultados que podrían conducir a nuevas terapias para pacientes en la Tierra.
Lee explicó que las conclusiones mostraron que bloquear las actividades de la miostatina y la activina A podrían mejorar tanto los músculos como los huesos, incluso cuando los ratones no pueden soportar peso.
“Apuntar a esta vía podría usarse para ayudar a las personas con atrofia por desuso, específicamente a los ancianos y a aquellos que están postrados en cama o en silla de ruedas. También podría ser beneficioso para quienes experimentan pérdida de masa muscular y ósea debido a afecciones como distrofia muscular, osteoporosis, cáncer, enfermedades cardíacas, sepsis y sida”, puntualizó Lee.
El efecto de la microgravedad en las células cancerígenas
Un comunicado de prensa del laboratorio de la Estación Espacial Internacional (EEI) compartió los resultados de los experimentos del doctor Luis Zea, investigador de BioServe Space Technologies.
En su trabajo, explicó que las células que crecen en el espacio se organizan en agrupaciones tridimensionales, que se parecen más a lo que sucede en el cuerpo humano. Su investigación destacó cómo el entorno de microgravedad podría ayudar a los científicos a identificar los cambios celulares que causan el cáncer, lo que podría conducir a nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida de los pacientes o potencialmente desarrollar medidas preventivas.
Por Sofía Arias Martínez
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