Tiene 26 años y fue el elegido de María Becerra para hacer las zapatillas tejidas que usó en River
Lucas Hortiguera fue el encargo de realizar a mano los accesorios que lució la artista durante sus presentaciones en el estadio Monumental; en diálogo con LA NACION reveló cómo fue la propuesta que recibió
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“En Argentina hay una banda de talento y se pueden hacer cosas increíbles; no tiene que ser de afuera para que sea mejor, para que esté bueno. Es nacional, amigo. ¡Es de acá! Porque Argentina es alto país”, fueron las palabras que expresó María Becerra durante su segundo show en el estadio de River Plate. Pero no fue solo un discurso, porque la artista que se convirtió en la primera mujer en presentarse en la mítica cancha cree fielmente en la industria nacional, tanto es así que apostó al trabajo de Lucas Hortiguera, un joven de 26 años que con sus manos crea moda a crochet. En diálogo con LA NACION, el emprendedor reveló el detrás de su trabajo, la propuesta y cómo creó las particulares zapatillas que lució la cantante.
Tras sus shows del 22 y 23 de marzo en River, María Becerra se convirtió en la primera mujer argentina en presentarse en este importante estadio, dejando su huella en la historia de la música nacional. Pero además de haber significado un gran paso en su carrera personal, estas presentaciones tuvieron un importante detrás de escena, porque se apostó al trabajo de artistas “desconocidos” que con su talento le aportaron nivel a los conciertos. Uno de ellos fue Lucas, el artista que realizó a mano los accesorios que lució la cantante en uno de los segmentos de su presentación.
Lucas tiene 26 años, actualmente cursa el último tramo de la carrera Diseño Textil en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 2019 comenzó su camino universitario y en su primer año, para un trabajo práctico, se enfrentó a un nuevo desafío: el tejido. Por supuesto que no era una materia desconocida para él, había crecido con la imagen de su abuela haciendo bufandas y diversas prendas para la familia. “Siempre me generaba entusiasmo verla tejer”, recuerda.
Incursionó en la materia, se adentró y el trabajo que entregó en la facultad, realizado a dos agujas, cumplió el objetivo. Pero además, abrió una puerta de conocimiento para el joven, quien al renunciar a su trabajo como camarero en una casa de té se planteó aprovechar lo aprendido para emprender. A finales del 2019 comenzó a ver tutoriales que le permitieron sumar más técnicas de tejidos y, finalmente, se lanzó a la aventura, pero con el crochet.
Industria nacional, a mano y con mucho esfuerzo
La pandemia del coronavirus, que atravesó la vida de todos, llevó a muchas personas a buscar diversos entretenimientos para ocupar el tiempo de aislamiento, como así también nuevos rubros laborales debido al recorte de personal que provocó la prohibición de circulación. Ambos aspectos fueron para Lucas el impulso que necesitaba para comenzar con su emprendimiento.
Luego de perfeccionarse en el tejido a crochet, puso a la venta en su cuenta de Instagram personal sus primeros trabajos: máscaras y tops. En ese momento, tuvo una rápida y gran aceptación de sus seguidores. Fue así que decidió ampliar su producción, continuando con una impronta propia: sumó modelos a su catálogo, con prendas destinadas para vestir de noche y que “acentuaran el movimiento del cuerpo”.
Su proyecto empezó a crecer y, paralelamente, comenzó a trabajar como asistente de vestuario de Segundo Etchebehere, con el asesoramiento a bandas y figuras de la música argentina. A partir de ese momento, amplió su visión acerca del tipo de producto que quería ofrecer y entendió qué quería comunicar a través de él. Hoy, considera que es “experimental” su uso del tejido, para sacarlo del lugar clásico bohemio que ocupa desde hace largos años. Con esta impronta nació Saint Luky, su marca.
El cambio de imagen de sus redes sociales fue uno de los primeros pasos en este salto, y allí contó con talentos amigos, por ejemplo, en la fotográfica. A fuerza de trabajo, esfuerzo y acompañamiento de sus pares, comenzó a ver los resultados que buscaba.
“Tengo como un proceso un poco más intuitivo, no suelo trabajar tanto con figurines o dibujando la idea antes. Ese proceso no lo tengo tan aceitado, sino que muchas veces empiezo y el mismo material me va a guiando a ver qué es lo que puedo hacer. A veces me pasa que suelo trabajar con determinados tipos de colores, una paleta que yo tengo medio armada, y cuando me sacan de este molde como que bueno es momento de juego digamos”, explica sobre su camino creativo.
Vestidos, vinchas, conjuntos y remeras son algunas de las prendas que crea el joven y que artistas como Cazzu, Trueno, Marilina Bertoldi y Emilia Mernes supieron lucir. “En ocasiones, usan prendas que ya tengo disponibles, pero en otras, que es lo que más me gusta, tengo que diseñar nuevas”, expone sobre su experiencia trabajando con figuras de renombre. Así fue que este 2024 tuvo un nuevo desafío profesional: tejer zapatillas para las presentaciones de María Becerra en el estadio Monumental.
María Becerra y un nuevo desafío laboral
A mediados de febrero, el joven emprendedor recibió un mensaje en su cuenta de Instagram por parte de Belén Gandara, parte del equipo de la artista, quien diseñó los vestuarios de María Becerra y sus bailarines. La propuesta fue por los accesorios que luciría tanto la cantante como su hermana, Ailín, durante la presentación en conjunto de la canción “Pídemelo”.
Lucas no dudó en aceptar. Sería la primera vez que haría ese trabajo: el bordado completo de zapatillas. “Sentí mucha emoción por poder trabajar con María Becerra y también por la gran magnitud del evento. Me pareció espectacular, no lo dudé ni un segundo”, recuerda sobre lo que pensó al momento de leer aquel mensaje.
Poner manos a la obra se trató de un gran desafío. “Fue laborioso, pero tengo conocimiento en moldería, gracias a que tuve una profesora espectacular, y sentí que tenía la cabeza para hacerlo”, expresa el artista respecto a los primeros pasos de ese proyecto.
Este estilo de calzado ya comenzó a ser una tendencia entre figuras del exterior, razón por la cual la cantante de “Ojalá” lo trajo al escenario argentino, de la mano de Saint Luky, quien lo materializó. Para ello, él recibió las pautas por parte del equipo de Becerra, porque los vestidos de las hermanas como la estética ya estaban planteadas. La comunicación fue fundamental, señaló Lucas, quien destacó el importante rol que tienen las personas que se encargan del vestuario de la artista.
“Belén me dio todas las libertadas en cuanto al dominio de la técnica, como del material. Nos fuimos comunicando tanto por los colores a usar, por ejemplo. Me sentí muy escuchado”, destaca y remarca que fue una gran experiencia, ya que él está acostumbrado a trabajar solo, tanto en la confección de las piezas como en todo lo que rodea a su emprendimiento.
En dos semanas las piezas estuvieron terminadas. Dos pares de zapatillas tejidas, dos casquines de cabeza y dos parejas de polainas, que fueron lucidas por María y Ailín Becerra. “Estuve en el primer River. Sentí una alegría y un honor tremendo. Emoción por este trabajo y por el futuro que va a venir”, recuerda sobre el momento en el que vio su trabajo sobre el escenario.
Hoy Lucas analiza los aprendizajes que tiene frecuentemente con su emprendimiento, en búsqueda de innovar. “Tengo videos de chico, con ropa que usaban los artistas del momento; hoy, pensar que puedo generar eso en otros me parece increíble, que algo movilice a otra persona”, analiza.
Por supuesto, ahora tiene muchas metas más por cumplir: posicionarse como diseñador, ampliar su proyecto, armar su equipo de trabajo y tercerizar trabajos que hoy hace solo. Pero además, por supuesto, se encuentra el deseo de recibirse de la carrera universitaria tras rendir la última materia que le queda. “Quiero que sea un año de repunte”, afirma al seguir con su premisa de trabajar, profesionalizarse y siempre continuar estudiando para lograr objetivos, ese es el mensaje que profesa.
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